Mariano Rajoy se sentó en la silla de los testigos del caso Gürtel a finales de julio para asegurar que desconocía la existencia de una caja B, de una cuenta que se ocultaba a Hacienda, se nutría con donaciones ilegales de empresarios y servía para pagar campañas electorales y sobresueldos a altos cargos del PP. Cuatro meses después, la justicia vuelve a insistir en que existe esa caja B que todo el partido negó.
Las fiscales del juicio sobre la primera época de Gürtel, Concepción Nicolás y Concepción Sabadell, han señalado esta semana, una vez más, que la caja B del PP existió. Sabadell, la encargada de presentar en la sala las conclusiones de Anticorrupción, señaló que estaba “plena y abrumadoramente” acreditada. Remarcó esta conclusión porque, aunque en este juicio no se analiza la existencia de esa contabilidad en negro, demostrar sus existencia sí que es fundamental para apuntalar sus elevadas peticiones de cárcel para los 37 acusados.
La conclusiones de las fiscales remarcan lo que ya dijeron durante las sesiones del juicio y lo que señaló el juez Pablo Ruz, que dio por acreditada la caja B cuando cerró la instrucción de la causa de los papeles de Bárcenas. A pesar de las constantes negativas de los integrantes del PP, que intentan borrar cualquier atisbo de existencia de una caja B, esta vuelve a materializarse una y otra vez por boca de jueces y fiscales. A falta de que la sentencia del caso confirme su existencia, estas son algunas claves de la contabilidad opaca que el PP mantuvo durante más de dos décadas.
Sobresueldos a altos cargos
El testimonio más claro en el que se apoyan las fiscales para acreditar la existencia de la caja B es el de Luis Bárcenas, quien habló de una “contabilidad extracontable” que comenzó con su antecesor en la Tesorería del PP, Álvaro Lapuerta. Ambos manejaron durante años unas cuentas en negro que se destaparon con la publicación de los denominados 'papeles de Bárcenas', unos apuntes contables que recogen cómo se utilizaba ese dinero para retribuir a espaldas de Hacienda a los altos cargos del PP.
Así, entre la lista de quienes recibieron esos sobresueldos figuran Mariano Rajoy, Javier Arenas, Ángel Acebes o Rodrigo Rato. Todos tuvieron que comparecer en el juicio como testigos y todos lo negaron. Según se desprende de la contabilidad del extesorero, ellos y otros cargos orgánicos recibían cantidades que oscilaban entre los 5.000 y los 15.000 euros. Las entregas eran mensuales y a través de sobres.
Aunque para la Fiscalía haya quedado acreditada la caja B, eso no implica que la Justicia dé por buenos los apuntes de Bárcenas. Sus papeles son objeto de un procedimiento separado en el que se investigaban las entregas de dinero de empresarios que se ingresaban en la caja B. Pero del procedimiento han quedado excluidos esos empresarios y la causa ha quedado reducida a un juicio sobre el pago en negro de la reforma de la sede del PP.
El sistema de comisiones: el 3% de la obra pública
El juicio de Gürtel también ha sido el escenario de la explicación detallada del sistema que servía para nutrir la caja B. Comenzó con una frase de Bárcenas dirigida a Francisco Correa, entonces un simple empresario proveedor del PP. “Vamos a intentar hacer gestiones para cuando salen los concursos públicos de la Administración, intentar favorecer o adjudicar a algunos empresarios que luego van a colaborar con el partido”, le dijo, según explicó el propio Correa.
A partir de ahí, Correa relató cómo se organizaron esas gestiones: “Reunía a un empresario que nos daba la licitación para ver si la obra podía ser para nosotros, yo se lo pasaba a Luis Bárcenas, que lo gestionaba con el correspondiente ministerio. Si el empresario conseguía la obra, yo pagaba la comisión del 2% o del 3% a Génova”. Eran, sobre todo, obras del ministerio de Fomento.
Hubo detalles escabrosos, como que Correa entraba directamente por el párking a la sede de Génova con una tarjeta especial, la misma que usaban los dirigentes de la formación. En una de las grabaciones clave de la investigación, Correa se sincera mientras toma unas copas con amigos: “Yo a Bárcenas le he llevado, yo he hecho con él un día...vamos a sumar, 1.000 millones de pesetas. Yo, Paco Correa, le he llevado a Génova y a su casa”.
Ese el era el dinero que presuntamente nutría la caja B, y que luego se utilizaba para pagar sobresueldos y superar los límites presupuestarios en las campañas electorales. Pero, ¿de dónde salían esas cantidades?
Los empresarios donantes
Hay una larga lista de donantes a la caja B acreditada por la Fiscalía. Correa deslizó algunos nombres, como ACS y OHL, que se querellaron contra él por esas afirmaciones. Los papeles de Bárcenas incluyen esos nombres y muchos otros, de grandes empresarios y constructores que aportaban dinero en negro al PP para ganar ventaja en las licitaciones de grandes obras.
Así, aparecen nombres como el de Luis del Rivero expresidente de Sacyr Vallehermoso, Juan-Miguel Villar Mir, presidente del grupo OHL-Villar Mir, José Mayor Oreja, hermano del exministro de Interior, José Mayor, de FCC o Alfonso García Pozuelo, el constructor arrepentido que confesó todo en el juicio de Gürtel, pero se negó a hacerlo en la causa de la caja B. Además aparecen apuntes junto al nombre Mercadona, propiedad de Juan Roig.
Hay más nombres, como el presidente del Grupo Sando, José Luis Sánchez Domínguez, o Manuel Contreras Caro, presidente de Azvy. Muchos de ellos fueron citados a declarar ante el juez Ruz durante la instrucción de la causa de los papeles. La mayoría negaron los pagos y rechazaron la veracidad de las anotaciones del extesorero.
Dinero para las campañas electorales
El dinero de esos empresarios pagaba sobresueldos, pero ese no era su destino principal. El PP usaba el dinero para costear gastos electorales con los que ganar ventaja en la carrera a las urnas. Así lo constata la Fiscalía, que acusa a la formación como beneficiario a título lucrativo en el juicio de Gürtel.
En 2014, cuando Bárcenas se prestaba más a aportar datos sobre el funcionamiento de la caja B, aseguró en la Audiencia Nacional que el PP siempre pagaba en negro parte de sus campañas electorales. Añadió además que el sistema se había descentralizado: “En todas las provincias y regiones se llevaba una caja B para las elecciones”.
Citó una campaña, la de las generales de 2004, pagada en parte con 200.000 euros entregados por el luego presidente de la Cortes Valencianas, Juan Cotino. Hay evidencias que de se abonaron gastos de otras campañas para comicios a La Moncloa, pero también elecciones autonómicas y generales. Los arrepentidos que declararon primero en el juicio de Gürtel corroboraron esas prácticas, que ayudaron al PP a mantener una sucesión de mayorías en las elecciones de algunos de los municipios más importantes de Madrid, como
Los otros destinos del dinero negro
La caja B tuvo otros destinos además de los sobresueldos de los dirigentes y los gastos electorales. El PP usó su dinero negro para, por ejemplo, acciones de Libertad Digital por valor de 400.000 euros. Así lo certificaron cuatro agentes de la UDEF en el juicio, que explicaron que el pago se hizo a través de una “contabilidad ajena al circuito económico”.
Parte del dinero de la caja B acabó también en el bolsillo del presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, según recogen los papeles de Bárcenas. Recibió más de 6.000 euros entre 1994 y 1995, cuando era cronista parlamentario de ABC. Sánchez admitió esos pagos y aseguró que eran la remuneración por trabajos que había realizado para el PP de José María Aznar, que compatibilizarla con su trabajo de periodistas en el Congreso.
La Fiscalía también defiende que parte del flujo de las comisiones se desvió hacia el bolsillo del propio Bárcenas. Aunque él defendió durante el juicio que la fortuna que ocultó en Suiza provenía de sus negocios privados -especialmente de la compraventa de arte-, las fiscales sostienen que el extesorero del PP se quedaba con una parte de las comisiones que cobraban él y Correa.