Cuatro presuntos terroristas vinculados a Abu Sayyaf, un grupo yihadista afín al Estado Islámico (EI), murieron este viernes en una operación conjunta de la policía y el ejército en Parañaque, ciudad del sur del área metropolitana de Manila, confirmó a Efe un portavoz de las Fuerzas Armadas filipinas.
Los agentes de la policía y militares entraron en la vivienda de los sospechosos para un registro cuando uno de ellos abrió fuego y se desencadenó un tiroteo en el que fallecieron los cuatro presuntos terroristas, según figura en el informe policial.
Los yihadistas fueron identificados como Merhama Abdul Sawari, alias Mheng una mujer de unos 40 años; su marido Bensaudi Sali, alias Boy o Bhenz, de 37 años; Rasmin Hussin, alias Boscon, y Jamal Kalimming, alias Pando.
En la casa, los agentes se incautaron de cuatro pistolas, dos granadas de mano, un rifle M16, varios artefactos explosivos y dos banderas negras del EI.
Sawai y Sali estaban fichados por la inteligencia como miembros de la rama financiera y logística de Abu Sayyaf, que recibe dinero directamente de otros grupos leales al Estado Islámico.
Se cree que Sawari recibió dinero del terrorista indonesio Yoga Fabrianto, con el que se financió el atentado contra la catedral de Jolo en enero de 2019, en el que murió una veintena de personas, uno de los más letales de los últimos años en el sur de Filipinas y reivindicado por el EI.
Jolo es la capital de Sulu, archipiélago al sur del país que es la provincia más remota e inaccesible, convertida en refugio de unos 300 efectivos de Abu Sayyaf, grupo nacido en los años noventa en la vecina isla de Basilan, y de terroristas extranjeros huidos de Oriente Medio.
La presencia de yihadistas en la capital ha alarmado a las autoridades, que desde el año pasado han detenido a otros ocho miembros de Abu Sayyaf en Manila, aunque de momento no parece que tengan capacidad para atentar fuera de su zona de influencia en el sur de Filipinas, en la región conocida como Mindanao Musulmán.
“Ni siquiera la COVID-19 puede disuadir a terroristas de Abu Sayyaf y sus cohortes de planificar ataques que maten o mutilen a civiles inocentes y destruyan masivamente infraestructuras y propiedades privadas”, señaló en un comunicado el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Felimon Santos.
Santos resaltó la urgencia de implementar la polémica ley antiterrorista -solo pendiente de la firma del presidente Rodrigo Duterte- que según los críticos servirá para aplacar disidentes ya que amplía el rango de lo que se considera terrorismo y se toma prerrogativas que algunos consideran anticonstitucionales.