Susana Díaz y Ximo Puig resarcen a Tomás Gómez con una cena en Madrid
Susana Díaz se esfuerza por curar las heridas en el PSOE tras la violenta salida de Pedro Sánchez de Ferraz. Lo hace en público con una agenda que ha incrementado últimamente y también en privado, como este viernes en una cena con Tomás Gómez y Ximo Puig.
Los presidentes autonómicos aprovecharon su presencia en Madrid, donde participaron en un acto sobre Miguel Hernández –Díaz estuvo antes en uno organizado por el grupo afrosocialista–, para verse con el exsecretario general del PSOE en Madrid, defenestrado por Pedro Sánchez hace casi dos años.
La cena, celebrada en un hotel de la capital a instancias de la dirigente andaluza, y según han explicado varias fuentes, tuvo como objetivo resarcir a Gómez tras su destitución apenas unos meses antes de que se celebre el congreso en el que se elegirá al próximo líder del partido. En las filas socialistas se da por hecho que Díaz competirá por ser la secretaria general.
El tomasismo, apartado en la federación madrileña tras la caída de Gómez, ha ayudado a los barones en la operación que acabó con Sánchez. Gómez fue uno de los dimisionarios que buscaban la salida de Sánchez de Ferraz junto con Eva Matarín, responsable de inmigración de la Ejecutiva federal y líder próxima al exalcalde de Parla. Matarín llevó en su coche al andaluz Antonio Pradas a Ferraz para que registrara las 17 firmas, entre las que estaba la del exlíder madrileño, a quien Sánchez no se atrevió a sacar de la Ejecutiva en la que era vocal tras su destitución en Madrid por la vía del Comité Federal pese a que estaba en un principio determinado a hacerlo.
En el Comité Federal del 1 de octubre los miembros cercanos a Gómez votaron contra el ahora exsecretario general y tres semanas después avalaron la decisión de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Ahora no esconden su proximidad al socialismo andaluz. Este viernes, algunas de sus caras más visibles, como Maru Menéndez, Eusebio González o Matarín, asistieron a los actos de Díaz en Madrid. En la batalla por el liderazgo, la presidenta andaluza tiene garantizado el apoyo de este sector del socialismo madrileño y buscarán un oponente para el candidato del sanchismo en el congreso regional. De momento Sara Hernández ha manifestado su intención de presentarse a la reelección.
Los presentes en la cena de este viernes desvinculan la reunión de las batallas orgánicas: “Fue una cena totalmente personal. No le había visto prácticamente desde el hecho luctuoso –explica Puig en referencia a la decisión de Sánchez de destituir al líder madrileño en febrero de 2015–. Me decepcionó mucho lo que se hizo y cómo se hizo. Se hizo mucho daño innecesariamente”.
La cena fue una forma de pedirle perdón casi dos años después de la maniobra que acabó con su liderazgo al frente del PSOE madrileño y de la candidatura a la presidencia de la comunidad tres meses antes de las elecciones.
Los barones que apoyaron a Sánchez frente a Eduardo Madina, fundamentalmente Díaz y Puig, arrastraron, junto con José Luis Rodríguez Zapatero, a Gómez a posicionarse del lado de Sánchez en una reunión en un hotel en Pozuelo (Madrid). “Te voy a apoyar, a pesar de que después me vas a matar”, le dijo Gómez a Sánchez, que ya habían sido rivales en las primarias que le disputó Trinidad Jiménez al entonces líder de los socialistas madrileños. Sánchez participó en la campaña de la exministra.
En aquel encuentro, Sánchez prometió respaldar a Gómez, pero siete meses después incumplió su palabra y le destituyó justificando la maniobra en los malos resultados que auguraban las encuestas y la convulsa situación de la federación, además de las noticias relativas al desvío de fondos para el tranvía de Parla en su época al frente del Ayuntamiento de la localidad. Esa maniobra fue uno de los primeros desplantes de Sánchez a los barones que un año y medio después acabaron con su liderazgo.