Las declaraciones en el juzgado de las tres profesoras cuyas firmas aparecen en el acta de Trabajo de Fin de Máster (TFM) de Cristina Cifuentes permiten reconstruir la reunión del 2 de abril en la que el director del Instituto de Derecho Público, Enrique Álvarez Conde, organizó una falsa coartada para intentar salvar a la entonces presidenta de Madrid y, sobre todo, defender las mentiras que el catedrático expuso en su rueda de prensa junto al rector el día que eldiario.es desveló las irregularidades.
La profesora de la Universidad Rey Juan Carlos Alicia López de los Mozos acudió el pasado 10 de mayo a declarar como testigo del caso Cifuentes hasta que, cumplidos 50 minutos, la jueza le interrumpió para atribuirle la condición de imputada por calificar presuntamente a alumnos que nunca cursaron el máster. Antes, López de los Mozos había tenido tiempo de explicar cómo fue la reunión en la que Álvarez Conde, organizó la falsa coartada.
“Nos tenemos que convencer de que todos debemos mantener una misma versión ante la Universidad… El día ya estaba puesto, el 2 de julio, el horario era por la tarde, me parece que porque en alguna ocasión la señora Cifuentes había manifestado que se había producido por la tarde esta defensa. Se dice que, lógicamente, no podemos dar mil detalles, pero sí dar alguno para hacer la versión más creíble, tipo en qué aula se había celebrado, qué ropa lleva la señora Cifuentes…”, explicó López de los Mozos, la profesora del tribunal cuya firma es una de las falsificadas en el acta del tribunal.
López de los Mozos declara ante la jueza del caso Cifuentes que ella se niega a acordar esa versión. La reunión se produce en el desapacho del letrado Juan Mestre a los pocos días de la exclusiva de eldiario.es, publicada el 21 de marzo, A la misma acuden Álvarez Conde, su pareja y las tres profesoras, que en el caso de Rosado y López de los Mozos se acompañan de sendos abogados. López de los Mozos había acudido a un notario en la mañana de ese mismo día, antes de la reunión, para dejar constancia de su versión, contraria a la que quería imponer el director del Instituto.
Cecilia Rosado también declaró el pasado 10 de mayo, pero lo hizo ya desde un principio en calidad de imputada. Durante su declaración, asegura sobre la citada reunión: “Álvarez Conde dice que hay que contar que el acto existió, que ella (Cifuentes) vino a leer el trabajo y que había que mantener esa versión”.
Acerca de cómo construyo el catedrático próximo al PP la coartada, Rosado dice: “Álvarez Conde dijo cuánto había durado; el detalle de la ropa no me acuerdo, pero luego salió en prensa… pero no sé si eso se dijo; también en qué posible aula había sido, y si le hicimos alguna pregunta o no. Esos fueron más o menos los detalles”.
En la misma jornada de declaraciones compareció Clara Souto, única miembro del falso tribunal que sigue sin estar imputada. Souto afirma que la reunión tenía por objeto “que se mantuviera lo que habían dicho el rector y los dos catedráticos el día 21”, el de la noticia de eldiario.es. Souto dice no recordar los detalles de la coartada, pero resume: “La frase era: 'no pasa nada, si vosotras seguís diciendo, guardando esta versión, es creíble”.
“No recuerdo haber evaluado a Cifuentes”
En otro punto de la declaración de López de los Mozos, la jueza se interesa por la asistencia al máster de Cristina Cifuentes. “No recuerdo haberla evaluado, no estoy segura”, responde López de los Mozos. La magistrada se pregunta entonces “cómo es posible” que no la recuerde si ya era delegada del Gobierno. La profesora se remite al acta para poder recordarla y Rodríguez Medel afirma: “Yo recuerdo a mis profesores sin tener el boletín de cómo me evaluaron”.
“Le estoy preguntando por algo muy singular, una persona llamativa. Si usted le da clases a un cantante famoso, a un futbolista, a un político importante… parece que es más fácil recordar que le ha dado clase que a una persona anónima”, se extraña la magistrada.
Ésta del 10 de mayo era la segunda declaración de López de los Mozos. Ella fue el único testigo a la que citó la Fiscalía cuando el caso todavía no se había judicializado. Ante los agentes de la Unidad de Policía Adscrita a dicha Fiscalía, López de los Mozos ya describió las coacciones de Álvarez Conde, un catedrático próximo al PP, y confesó que tenía grabadas algunas de ellas. En su declaración ante la magistrada del caso, Carmen Rodríguez-Medel, López de los Mozos asegura que un inspector jefe y un inspector le dijeron que debía tener mucho cuidado con esas grabaciones, que podían entrar en su casa, enviarla “un paquete sospechoso”, y que las pusiera a buen recaudo. Ella borró todas las copias menos una, en un pendrive, que no encuentra, afirma.
La magistrada la había convocado para que las entregara el 10 de mayo y se muestra visiblemente molesta con la excusa de López de los Mozos de que no las encuentra. Rodríguez-Medel le da un nuevo plazo, pero al imputarla unos minutos después, le advierte de que ya no tiene obligación de aportarlas porque ha dejado de ser testigo del caso.
De testigo a imputada
Esto se produce en el último tramo de la declaración. La jueza muestra a la testigo las actas de las calificaciones de alumnos que ya han asegurado en sede judicial que nunca acudieron ni se examinaron. López de los Mozos reconoce su firma y la jueza le advierte en ese mismo momento de que eso es un indicio de prevaricación administrativa, ya que ha podido plasmar una falsedad en un documento oficial. Interrumpe la declaración y cita como imputada para otra declaración a la profesora de la Rey Juan Carlos.
Durante el interrogatorio como imputada del 10 de junio, López de los Mozos atribuye la presencia de su firma en las calificaciones a que debe de tratarse de alumnos con convalidaciones que ya se le daban hechas y acompañadas de una nota. En esa misma declaración, López de los Mozos comunica que está de baja por “ataques de ansiedad” desde el 3 de abril.