Yolanda Díaz: “Si los progresistas se movilizan, no va a gobernar la barbarie”
Yolanda Díaz se muestra optimista: “Estamos disputando la tercera posición con Vox y Sumar va a ser clave para mandar a la extrema derecha a la oposición”. Atiende a elDiario.es, el jueves, a las nueve de la mañana, en un lugar atípico: el vagón del AVE de Madrid a Barcelona, donde viaja para continuar con la campaña electoral.
La candidata de Sumar reivindica su papel en el Gobierno, “que solo suma si nosotros somos decisivos”, pero defiende que lo más importante es el futuro: “La ciudadanía necesita que sigamos avanzando”. También es muy dura con el líder del PP, al que asegura conocer muy bien de sus años en Galicia: “La gran aportación de Feijóo a la política europea es meter a los ultras en los gobiernos y su relación con un narcotraficante”.
¿Cómo explica usted que la derecha sea la favorita en las encuestas? ¿Qué ha hecho mal el gobierno de coalición?
Hemos hecho muchas cosas muy positivas para el país. Tenemos cifras de paro por debajo de la media y unas cifras de ocupación como nunca en la historia de España, cercanas a los 21 millones de personas. Es verdad. Pero también es verdad que hay malestar social. Cuando digo que la mediana salarial es de 1.542 euros es que hay miles y miles de personas en España que viven mal. Un sueldo de 1.542 euros no te permite vivir con dignidad ni en Madrid ni en Galicia ni en ninguna parte de España.
Si le añadimos a esto una crisis de inflación que ha disparado el precio de la compra, que hace que el alquiler en España sea imposible y que 4 millones de personas que tienen hipotecas han visto cómo han subido sus cuotas –en términos de media entre 300 y 400 euros–, pues sin lugar a dudas la gente no lo está pasando bien.
Es decir, que el problema está en las hipotecas, la vivienda y la inflación.
Creo que hay medidas que teníamos que haber hecho antes. Yo llevo diciendo desde hace un año que hay que actuar en la cesta de la compra, que era legal. Y había que haber actuado en las hipotecas. El código de buenas prácticas no solamente es que no sirva, es que sus datos demuestran que no valió para nada. La previsión que hacía el PSOE es que afectaría a un millón de hipotecas, pero realmente se quedó en solo 10.000. Hay unos sectores que afectan a la vida de la gente en los que no hemos actuado, y creo que esto nos ha hecho daño. Igual que la ley de vivienda, que llega tarde. Lo macro va bien, pero la vida de la gente no va tan bien y esto causa malestar.
Durante su campaña ha preferido hablar más del futuro y de sus propuestas para el país que de su gestión. ¿Por qué lo ha hecho?
Porque esta campaña no va de lo que hemos hecho: va del futuro del país. Yo ya sé que hemos hecho muchas cosas. Hemos subido el salario mínimo un 47%. Hemos salvado a los trabajadores y a las empresas. Hemos salvado a uno de cada dos autónomos. Hemos protegido a 10 millones de pensionistas, revalorizando sus pensiones al 8,5%. Les hemos compensado la pérdida de poder adquisitivo a 2,3 millones de trabajadores y trabajadoras que están afectados por impacto directo del salario mínimo.
Ya sé que hemos hecho todo esto y muchas más cosas, pero la ciudadanía necesita que sigamos avanzando. La propuesta del PSOE es conformarnos con lo que tenemos. Pedro Sánchez está diciendo que ya hemos llegado al 60% del salario mínimo y que no hay que actuar más. Yo digo que hay que subir todavía más los salarios porque estamos a 25 puntos de distancia con la media europea. Llevamos 40 años con la misma jornada laboral y el país moderno que quiero es que reduzcamos la jornada laboral. A mí no me vale con lo que hemos hecho. Necesitamos hablar del tiempo de la vida. ¿Salir una hora antes del trabajo? No es que sea posible, es que es necesario para mejorar la productividad.
Dio la impresión en el debate a tres que Pedro Sánchez y usted se habían repartido los papeles. ¿Hubo una negociación o un acuerdo con el PSOE sobre cómo afrontar ese debate?
No, lo que hubo es algo de sentido común. Estas elecciones, el 23 de julio, se decide un gobierno y la propuesta que tenemos desde Sumar, y que también dijo Pedro Sánchez, es que nosotros queremos gobernar juntos. Se acabaron las mayorías absolutas. La opción que van a tener que votar los ciudadanos y las ciudadanas es un gobierno de Feijóo, que comparte el proyecto político con Abascal, o el gobierno de coalición progresista, que solo suma si nosotros somos decisivos. Somos claros, pedimos el voto para Sumar, pero diciéndole claramente a los ciudadanos que vamos a gobernar juntos.
¿No le preocupa que su propuesta pueda quedar desdibujada como subalterna del Partido Socialista?
En absoluto. Yo creo que la única formación política que en esta campaña ha hecho propuestas para mejorar el país ha sido Sumar. Nadie ha hecho propuestas políticas. La primera, la que tiene que ver con el tiempo de la vida, el tiempo del trabajo. La segunda, la que hemos presentado para la juventud española, que es la herencia universal, es que los jóvenes por primera vez en España tengan una propuesta encima de la mesa en un país donde tanto el PP como el PSOE han golpeado a los jóvenes.
También tenemos una propuesta clarísima y una distancia con la ley de Vivienda. Yo creo que el Partido Socialista se ha equivocado con esa ley, bloqueando la posibilidad de renovación de los contratos de alquiler al 2%. Creo que es un error. O que el Partido Socialista, a pesar de existir un acuerdo del diálogo social, haya votado en contra del estatuto de los becarios. Si no llegamos a estar en el gobierno de coalición no se hubiera hecho lo que se ha hecho.
¿Quién le preocupa más? ¿Feijóo o Abascal?
Me preocupa mucho más Feijóo.
¿Por qué?
Porque es realmente peligroso, porque no tiene escrúpulos, porque hace política con la mentira y porque no tiene proyecto de país. Lo único que le interesa al señor Feijóo es llegar al poder, al precio que sea. No tiene proyecto de país, miente sin rubor y no tiene escrúpulos. Creo que no se puede permitir la falta de respeto del señor Feijóo no acudiendo al debate; alguien que quiere ser el presidente del Gobierno en una democracia sólida. No se puede permitir. Los ciudadanos deberían reprochar este comportamiento.
Feijóo cree que todo se le puede tolerar, como le pasaba en Galicia, donde tenía una enorme protección mediática
Conoce a Alberto Núñez Feijóo desde hace años. ¿Ha encontrado a un candidato distinto al que recordaba de Galicia?
No. Es el Feijóo que hemos visto en el debate con Pedro Sánchez. Es así desde el minuto uno, mintiendo reiteradamente. Sigue mintiendo a posteriori en las entrevistas, sin rubor. Y cree que todo se le puede tolerar, como le pasaba en Galicia, donde tenía una enorme protección mediática.
¿Es esa protección mediática lo que explica que Feijóo fuera capaz de lograr cuatro mayorías absolutas en Galicia?
Hay un segundo factor: la ley electoral que hizo Fraga Iribarne, que conocía muy bien Galicia y primó a las dos provincias del interior. No hay progresividad ni proporcionalidad. Mi voto en Coruña vale como dos veces menos que el voto en la provincia de Lugo. La ley que hace Fraga la hace muy bien hecha para sus intereses y para ganarse las mayorías. De ahí se explican muchas de las cosas que ocurren en Galicia.
¿Usted en los años 90 sabía quién era Marcial Dorado?
Tenía 19 años y sabía quién era.
Y esa explicación que ha dado Feijóo de que no lo sabía porque no había internet, ¿cómo se la toma?
Yo creo que es una vergüenza. Ya está bien de tomarle el pelo a los ciudadanos, sobre todo a una Galicia donde, a día de hoy, todavía las madres que han luchado contra la droga no tienen una respuesta a las relaciones del señor Feijóo con un narcotraficante como es el señor Dorado. Yo tenía entonces 19 años, él tenía 29 años. Toda Galicia sabía ya quién era Marcial Dorado, que ya ocupaba las portadas de los periódicos.
La gran aportación de Feijóo a la política europea es meter a los ultras en los gobiernos, a los que pisotean los derechos de las mujeres y vulneran los derechos de las personas LGTB
Mantuvo, además, una relación intensa. Y además hubo negocios con Marcial Dorado a través de la Xunta de Galicia. La gran aportación de Feijóo a la política europea es meter a los ultras en los gobiernos, a los que pisotean los derechos de las mujeres y vulneran los derechos de las personas LGTB en los gobiernos. Pero es que además es alguien que ha tenido relaciones con un narcotraficante. ¿Se imagina esto en Europa, un narcotraficante y los ultras en los gobiernos? Es que es inconcebible. Esta es la aportación de Alberto Núñez Feijóo a la política española.
¿Le preocupa la abstención de la izquierda? Todas las encuestas dicen que está menos movilizada que la derecha.
Yo pido a las gentes progresistas de nuestro país que salgan a votar. Si los progresistas se movilizan no va a gobernar la barbarie. Si votan a Sumar el 23 de julio, todo es posible. Lo digo sinceramente: esto es lo que están diciendo las encuestas. Si los progresistas se movilizan, claro que podemos ganar.
Feijóo está hablando claramente de lo que va a hacer. Ha dicho que van a volver a la austeridad. Tiene un plan de recortes encima de la mesa que va a tener que ver con nuestra vida. Ya nos ha dicho muchas cosas: que volvemos a la austeridad, que tienen que pasar apuros los ciudadanos. Yo soy clara. Las políticas que hemos desplegado desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social eran justamente lo contrario. Y no quiero un país en el que los ciudadanos y las ciudadanas pasen apuros. Van a cambiar la reforma laboral, van a volver al modelo de los trabajadores de usar y tirar. No van a revalorizar las pensiones. También lo ha dicho, lean su programa electoral. Van a bajar los impuestos a los ricos. Por todo esto creo que hay que movilizarse para ganar un país, para seguir conquistando derechos.
Si los progresistas se movilizan no va a gobernar la barbarie. Si votan a Sumar el 23 de julio, todo es posible
¿Le dolió que Gabriel Rufián dijera de usted que le da más miedo que Abascal?
No, no me duele. Me parece que lo tiene que explicar él. Yo tengo una buena relación con Esquerra. Lo que tiene que explicar el señor Rufián son sus posiciones políticas. Yo siento mucho que él votara en contra de una de las normas que más han mejorado la vida de la gente, que es la reforma laboral. Yo me acuerdo de la cara de Gabriel Rufián cuando casi cae la reforma laboral, que se echa las manos a la cabeza.
¿Él no pensaba que podía caer la reforma?
Sí, pero eso no es serio en política. Votar en contra de una ley que mejora la vida de la gente. En mi casa me han enseñado que con las cosas de comer no se juega y yo sé muy bien de dónde vengo y a quién defiendo. Y nunca dañaría a un trabajador o una trabajadora o a un pequeño autónomo, en mi vida. Y la reforma laboral, desde el primer precepto hasta el último, no hace más que reconocer y ganar derechos para los trabajadores y trabajadoras de mi país. No puedo comprender que se vote en contra.
¿Usted se imagina lo que pasaría si hoy estuviéramos con la norma del Partido Popular? No tendríamos casi 21 millones de ocupados, no tendríamos la cantidad de millones de contratos indefinidos que tenemos. Hemos acabado con aquella maldición que nos decían que era la temporalidad en España. Yo en política, cuando tiene que ver con los derechos humanos y los derechos de los trabajadores, no me equivoco votando. Esta es mi diferencia. Además, nunca hablo mal de ningún adversario político, jamás.
Usted dice que, si gobierna, Feijóo derogará la reforma laboral. Pero uno de los cambios que ha hecho el Partido Popular en las últimas semanas es que Feijóo aseguró que la reforma le parece “sustancialmente buena” y que no la va a reformar. ¿No se fía de él?
Dijo esto y lo contrario. También dijo que iban a practicar ajustes en la reforma. Yo sé cuáles son los ajustes que quieren tocar.
¿Qué quieren tocar?
El artículo 15. Es el armazón que nunca se había tocado a lo largo de 52 reformas laborales, que tiene que ver con el modelo de la estabilidad en el empleo en España. El Partido Popular quiere volver al modelo de los trabajadores de usar y tirar. Que los jóvenes españoles tengan que elegir entre contratos precarios o el paro. Es el modelo que nos llevó al fracaso, a una tasa de paro del 26% y una tasa de paro juvenil del 56%. Y, por supuesto, cambiarán lo que tiene que ver con la depreciación salarial. El convenio del sector en la reforma laboral fue clave. Quieren hacer desaparecer la ultraactividad, que es la que le da el poder de negociación a los trabajadores y las trabajadoras y reequilibra el poder de los sindicatos.Tengo muy claro cuáles van a ser los ajustes.
¿Qué le hubiera respondido a Feijóo de haber podido debatir con él cuando, en su único debate, puso en duda las cifras de empleo en España diciendo que estaban maquilladas?
Que no se puede ser presidente del Gobierno sin conocer los datos del país. Los registros públicos de empleo son constatados por Eurostat, no solo por el Gobierno. Y los registros de empleo se hacen en las comunidades autónomas. Se hacen en Galicia, con el señor Alfonso Rueda. Se hacen en Andalucía, con Moreno Bonilla. ¿Está diciendo el señor Feijóo que los datos de fijos discontinuos o de ocupados que me hace llegar a mí el Partido Popular de Andalucía son falsos? ¿Está diciendo el señor Feijóo que cuando en España había 6.278.000 parados eran falsas esas cifras, porque en realidad había un millón de parados más porque había fijos discontinuos? En fin, creo que el rey va desnudo. El señor Feijóo no sabe de lo que habla.
Usted plantea que la falta de igualdad de oportunidades es uno de nuestros mayores problemas. ¿Cuál es su principal receta para solucionarlo?
Ya hemos demostrado que, con políticas públicas diferentes, hemos reducido la brecha de desigualdad en España. Esto es lo que están diciendo todos los informes en esta materia. Con la política de ERTEs, de subidas del salario mínimo, hemos reducido la brecha retributiva cuatro puntos. Esto es muy importante. Ahora bien, hay una tarea pendiente que es la juventud en nuestro país. Nosotros hacemos una propuesta que es la herencia universal, sufragada a través de una reforma fiscal profunda. La igualdad de oportunidades tiene que ser sufragada con las grandes fortunas.
Nuestra propuesta de la herencia universal es un importe modesto, de 20.000 euros, pero que busca dos cosas. Una, que un joven español pueda formarse en lo que estime conveniente. La mitad del abandono universitario es por razones económicas y esto es muy grave porque los datos tienen vidas detrás. Y dos, que sirva para quienes quieren montar una actividad mercantil. Que puedan comenzar un proyecto emancipador: un taller de fotografía, un estudio de arquitectura. Lo que he hecho yo, con un despacho de abogados.
Una de las principales críticas que ha recibido su propuesta de la herencia universal ha sido justamente esa: que sea universal, para todos. Es cierto que así se evita que quien realmente necesita esa ayuda no se quede sin ella por una cuestión de burocracia. Pero al mismo tiempo se destinan recursos públicos a familias y a hijos que no los necesitan. ¿Qué responde a estas críticas?
Hay muy pocos hijos de Amancio Ortega, muy pocos en España. Y las rentas salariales en España de 5.000 euros son poquísimas. Es que, por desgracia, nuestro país no es este.
Mire, cuando en Galicia el expresidente Touriño implantó una de las mejores medidas, que fue la gratuidad de los libros de texto en la escuela pública y del material escolar, Feijóo la criticaba porque decía que daba los libros gratis a las hijas de Amancio Ortega. Cuando llegó Feijóo suprimió esta medida que mejoró la educación pública en Galicia. Ahora estamos mucho peor.
La progresividad está en los ingresos públicos, en los impuestos, que es donde hay que fijar los mecanismos de compensación social, de igualación. Esto es igual que la sanidad pública. Voy yo y va también la hija de Amancio Ortega, porque la sanidad pública tiene a los mejores profesionales y la mejor tecnología. Nos hace falta un Estado de bienestar fuerte y robusto, que no opere solo para la vulnerabilidad sino para hacernos iguales.
A partir de 2024, vuelven las reglas fiscales a la UE y van a controlar mucho más el déficit de lo que lo han hecho con la pandemia y con la guerra de Ucrania. ¿No teme que puedan tener problemas con Bruselas si, como ustedes plantean, hay un fuerte incremento del gasto público?
No, no lo temo, por una razón. El FMI ha dicho algo importante: que con recortes en los países se incrementa la deuda. Nosotros hemos demostrado, desde el minuto uno, que las políticas públicas que no recortan, es decir, que protegen, son más eficaces económicamente. Hemos tenido un gasto público sin precedentes. Por primera vez. No solo es que hayamos protegido a las empresas y a los trabajadores, es que gobernamos mejor. El SEPE hoy tiene un superávit fiscal de 4.500 millones de euros, a pesar de la inversión pública que hemos hecho. El debate está en si hacemos el modelo del Partido Popular, que ya saben cuál es: recortar. O si aumentamos los ingresos públicos,
¿Y es viable reducir la jornada laboral y, al mismo tiempo, aumentar las cotizaciones sociales para sostener las pensiones? ¿O no lo es, como asegura la patronal?
La patronal sabe perfectamente que hoy en España, en la gran mayoría de los convenios colectivos, ya no se negocian jornadas de 40 horas. La patronal sabe que tenemos un diferencial negativo de productividad de 25 puntos con Europa, y esto es que tenemos empresas menos competitivas y que somos más pobres. Yo quiero un país con empresas que sean más grandes, que estén más internacionalizadas, que sean más modernas. Y todo esto tiene que ver con la jornada laboral.
De hecho ya hay muchísimas empresas que están cambiando esto. España es mucho más moderna que todo esto. Por tanto, tengo claro que esto la patronal lo ve bien. Fíjese, una parte de la patronal española entendió que la precariedad como modo de vida era un lastre.
En Sumar proponen la mejora de la educación pública y reducir la segregación por motivos de renta en los colegios. ¿Se pueden hacer ambas cosas sin reducir la educación concertada?
Sí. Vamos a un modelo en el que la educación pública debe de ser universal, como factor de compensación e igualación social. La educación pública en Europa oscila cercana al 90%. Esto es lo normal. Una persona con altos ingresos y un trabajador más modesto. Ambos llevan a sus hijos a la escuela pública. En España es del entorno del 64%. Y en la capital de España, en Madrid, es del 40%.
Madrid es una de las regiones que más segrega por renta de toda Europa.
Es tremendo. Y no son datos, son realidades. ¿Qué queremos hacer? Reforzar lo público e ir a un modelo de voluntariedad, como se ha hecho en Cataluña. De incorporación paulatina de las enseñanzas concertadas a la red pública. Un modelo además, que avance hacia una red de de comedores con alimentación sana en las escuelas. Donde las actividades extraescolares sean públicas y gratuitas. Un modelo donde también garanticemos la laicidad.
¿Tiene que salir la religión de los colegios?
Desde luego, la religión, a las iglesias y la formación, a las escuelas. Por supuesto, respetando absolutamente a todas las familias que sean creyentes.
Estamos en un tren de alta velocidad. España es el país del mundo con más kilómetros de alta velocidad por habitante, pero al mismo tiempo es uno de los pocos países europeos donde no está garantizada la educación de 0 a 3 años. Si pudiera viajar en el tiempo, ¿le gustaría tener menos trenes rápidos y más escuelas infantiles?
Yo creo que el modelo de movilidad del bipartidismo en España, del Partido Popular y del PSOE, es un desastre. Somos el país de Europa que tiene más kilómetros de autopistas y estamos incomunicados. Es un país que nos exige pasar por Madrid para prácticamente todo. Pero es que además creo que no hay que elegir. Tenemos que tener educación de 0 a 3 años, pero el derecho a la movilidad es también muy importante. Que tengamos a Extremadura sin comunicación ferroviaria, por ejemplo. Yo vivo en una comarca de Galicia que está en coche a media hora de Coruña, pero no tenemos conexión ferroviaria. La última inversión ferroviaria en mi ciudad fue como en Extremadura. Por tanto: menos alta velocidad y más apuesta por el ferrocarril de cercanías y por cohesionar.
Usted propone eliminar los vuelos en trayectos donde se pueda ir en tren en menos de tres horas. Pero hay muchas zonas de España donde no es que no haya un tren de menos de tres horas, es que directamente no hay tren. ¿Cómo compatibilizar las medidas para frenar el cambio climático con una transición justa?
Es indiscutible que tenemos que ir hacia la descarbonización de la economía, dejar de quemar combustibles fósiles y reducir la emisión de CO2. Esto, por tanto, tiene que ver con los aviones de manera decidida. También estamos haciendo una apuesta firme por el transporte marítimo, donde existen posibilidades para el traslado de mercancías. Las autopistas marítimas. Nosotros somos partidarios de crear un fondo de renovables para permitir esa transición, aparte de los fondos de recuperación europeos. Cuando decimos que la apuesta es decidida tenemos que hacer cambios normativos, tomarnos en serio la descarbonización.
¿Y le preocupa la resistencia que está existiendo en muchísimas localidades a la instalación de energías renovables, a los molinos de viento o a las plantas fotovoltáicas? ¿Ese discurso de “renovables sí pero no aquí”?
Sí, esto pasa en Galicia. Se arregla de una manera sencilla que es sentándose. El debate no es la energía renovable: todo el mundo quiere. Bueno, el PP no, pero las personas comprometidas con la lucha contra el cambio climático sí. La apuesta para Sumar es convertirnos en una gran potencia en energías renovables. Es tan sencillo como sentarse a negociar las ubicaciones. A veces esos diseños que hacemos desde los ministerios en la Castellana, sin tener en cuenta la realidad del país, pues no son adecuados.
Lo primero que han hecho en los ayuntamientos los señores de la ultraderecha es subirse de manera disparatada los salarios. Para ellos sí, pero no para la gente que más lo necesita
¿Qué le parece que Alberto Núñez Feijóo asegurase que el PP siempre votó a favor de subir el salario mínimo?
Recuerdo muy bien cuando el PSOE no quería subir el salario mínimo, que yo le dije al Partido Socialista: ‘el único gobierno que no subió el salario mínimo fue el Partido Popular’. El señor Rajoy congeló el salario mínimo. Me parece una vergüenza. Lo primero que han hecho en los ayuntamientos los señores de la ultraderecha es subirse de manera disparatada los salarios. Para ellos sí, pero no para la gente que más lo necesita.
Su programa incluye algunas medidas novedosas en cuanto a la violencia machista. Una de ellas es la de promover la justicia restaurativa, ¿en que consistiría?
Lo que llevamos en nuestro programa es cambiar la mirada en todo. Ponemos mucho énfasis en la mejora de la vida, de la ganancia de libertades y de derechos, pero con un planteamiento básico: que tenemos que acentuar las medidas de prevención de la violencia machista en nuestro país. Tenemos que actuar antes de que lleguemos al fracaso como sociedad. Han asesinado a 1.212 mujeres en nuestro país.
Necesitamos cambiar la educación. Es justamente en el principio, cuando nos vamos formando, donde comienzan los comportamientos machistas. Y también tenemos que ir hacia políticas que no revictimicen. Esto es muy importante en nuestro país. Y permítame decirle también al señor Feijóo que, a estas alturas de la campaña, es gravísimo que no haya pedido disculpas por legitimar que un hombre maltrate a una mujer porque pasó un divorcio duro. Feijóo le está transmitiendo a nuestros hijos que es normal hacer eso. Y esto es muy grave.
¿Funcionará la Ley de Vivienda? Le pregunto porque la mayor parte de las políticas de vivienda están transferidas y la derecha gobierna en la gran mayoría de las ciudades y autonomías.
El Partido Popular de Madrid ya ha dicho que la recurre ante el Constitucional. Yo creo que el Partido Socialista se equivocó. Esta ley llega tarde. Y creo que también se equivocó no prorrogando la limitación de la renovación de los alquileres al 2%. Sumar defiende que la vivienda es un derecho constitucional. Las políticas del bipartidismo en materia de vivienda han sido fallidas: consistieron en bonificaciones fiscales que no hacían nada más que disparar el precio de la vivienda.
En Sumar somos claros. Vamos a hacer un parque público de viviendas de alquiler, de arrendamiento social. Vamos a sacar al mercado los 3 millones de viviendas que están vacías a día de hoy. Vamos a incorporar las modificaciones necesarias para que sea obligatoria, en toda comunidad autónoma, la limitación de los arrendamientos. Y vamos a incorporar la vivienda turística. Hay comunidades de nuestro país donde los no residentes especulan con un derecho constitucional. La política de vivienda no puede consistir en calmar a los fondos buitre.
¿Cómo explica que, siendo la vivienda el principal problema de la gente, haya más gente preocupada por la ocupación?
Esto quiere decir que el relato de la derecha se impone. Los datos, no hace falta que los diga, son abrumadores. En las municipales, fui a un acto con un grupo de mujeres en Lena, un municipio muy pequeño en Asturias. Les pregunté cuáles eran sus problemas y una mujer me dijo que era la ocupación. Y yo a continuación le pregunté: ¿pero cuántas viviendas ocupadas tienen ustedes aquí? Y creo que tenían una.
Está claro que las derechas tienen la hegemonía, y es verdad que nosotros tenemos que hacer las cosas mejor.
¿Cree que tenemos un problema con los medios de comunicación en España?
Yo creo que tenemos un problema con la información en España.
¿Y cuál es su propuesta? En su programa tuvieron que rectificar una medida para regular a la prensa.
No, no iba en el programa. Le agradezco esta pregunta. Había 35 grupos de trabajo, con los mejores profesionales, y esto fue una aportación de las miles de aportaciones que se hicieron y se coló, pero no estaba en la propuesta del programa.
La propuesta tiene que ver con garantizar la información veraz en España cuando hablamos de ‘fake news’ y cuando hablamos de opinadores y profesionales periodísticos que, de manera reiterada, falsean la realidad. Yo creo que esto es muy grave. La apuesta de Sumar es por garantizar la libertad de expresión, faltaría más. Garantizar las líneas editoriales, faltaría más, pero garantizando la información veraz. Esto es un principio f undamental hoy en las democracias en el mundo.
¿Y cómo se hace?
Se debe hacer, primero, dialogando con el sector. Estoy segurísima. Hay muchas propuestas que se pueden hacer en un marco de diálogo. Pero es muy grave, porque estamos empobreciendo la democracia. Insisto, libertad de expresión absoluta, respeto absoluto a todas las líneas editoriales. Ahora bien, sin mentir y estamos viendo periódicos y portadas de periódicos y opinadores que saben perfectamente que están mintiendo y a pesar de ello, continúan divulgando esas noticias.
Han insistido en su campaña en defender “un feminismo del 99%”. ¿No es ese el feminismo que se ha hecho en estos años?
Cuando caemos en la trampa de la derecha de dividirnos, retrocedemos. Las calles de nuestras ciudades el 8 de marzo nos demostraron que querían más y que el feminismo iba a seguir ganando derechos. El feminismo de Sumar sí es un feminismo del 99%, que ensancha las libertades y quiere que, aunque tengamos posiciones diferentes, caminemos juntas.
No caigamos en la trampa de la extrema derecha y del Partido Popular. Nos quieren divididas y esta trampa nos hace retroceder en derechos. A pesar de las diferentes posiciones que tengamos, que son buenísimas. Yo tengo posiciones diferentes sobre muchos aspectos, faltaría más. Pero todo para ganar derechos.
El feminismo no es de nadie. No me gustan las instrumentalizaciones, no hay que instrumentalizar ningún movimiento social en nuestro país
No hay ningún movimiento emancipador tan potente como es el feminismo. No lo hay: ni intelectualmente, ni socialmente ni políticamente. Y creo que el feminismo no es de nadie. No me gustan las instrumentalizaciones, no hay que instrumentalizar ningún movimiento social en nuestro país.
¿Qué reivindica de las políticas llevadas a cabo por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero? ¿Los problemas de la ley del ‘solo sí es sí’ han opacado otros logros?
Reivindico muchísimas cosas. El ministerio de Irene Montero ha ganado muchos derechos para nuestro país. Las personas trans hoy son mucho más felices: en España ha ganado muchísimos derechos. Las políticas de corresponsabilidad que ha practicado son pioneras. El derecho al aborto es pionero. La ley del ‘sí es sí’ tiene 61 preceptos. Es una ley integral que tiene que ver con la prevención; cuando llega el derecho penal es que hemos fracasado como sociedad. Por tanto, la potencia de esa ley está en las medidas; en esos 61 preceptos, que no se han explicado. Yo no comparto la política punitivista.
¿Ha habido un error a la hora de enfocar esa ley?
Yo dije que se debía de haber hecho mejor. Yo creo que se podía haber hecho mejor En estos días en campaña, muchos de ustedes me decían: “Es que no sabíamos lo de los 61 preceptos”. Ya, es que nadie lo explicó.
¿Cuáles son las medidas del señor Feijóo y del ultra de Abascal para esto? Derogar todas las leyes. Por tanto, creo que el ministerio de Irene Montero ha ganado un montón de derechos para las mujeres y los hombres en nuestro país. Claro que sí. Pero es verdad que en esta ley se pudo haber hecho mejor. Antes decíamos si el fenómeno de la okupación no es real, pero la gente cree que existe. Tenemos un problema cuando hay una convicción social de que esto se pudo haber hecho mejor.
¿Qué le diría a los votantes de Podemos que puedan estar dolidos con el papel de su partido en Sumar para convencerles de que vayan a votar?
Les digo que se pueden sentir muy orgullosos de su organización política, que no tenemos más que generosidad para las gentes de Podemos. Pablo Iglesias y Podemos lo ha cambiado todo en la política española. Han roto con el bipartidismo, han sido una aportación clave en nuestra historia. Han conformado el primer gobierno de coalición progresista en España. Fue gracias a ellos y a ellas y por tanto, que salgan a votar por sus vidas, como todos los progresistas en este país.
Pablo Iglesias y Podemos lo ha cambiado todo en la política española. Han roto con el bipartidismo, han sido una aportación clave en nuestra historia
Creo que no se ha puesto en valor lo que hemos hecho. Nunca, desde el año 79, tantas formaciones políticas caminamos juntas. No ha pasado jamás. La política no va de personas, va de ideas y de proyectos. Y estamos de acuerdo en lo fundamental. Salgamos a votar el 23 de julio.
¿A usted le hubiera gustado ver a Irene Montero haciendo campaña por Sumar?
Yo sinceramente no tengo más que agradecimiento de verdad por la gente de Podemos. He hecho muchísimos actos con todas las gentes de Podemos. Hoy [por este jueves] estoy en Barcelona y en Girona, pero mañana [viernes] cerraré con la secretaria general de Podemos en Madrid. Creo que la gente de Podemos está volcada en la campaña.
¿Contaría con Ione Belarra como ministra en el próximo gobierno?
Tengo en mi cabeza qué ministerios y qué personas formarían parte del Gobierno de España.
¿Pero no lo quiere desvelar?
No debo hacerlo. Pero tengo en mi cabeza qué Ejecutivo haría, que sería mucho más ligero, con menos ministerios y mucho más ágil. Y sé a los profesionales que colocaría en cada una de las carteras. Sé quien sería ministro, ministra de Presidencia y sé quién sería ministro de Exteriores y ministro de Defensa.
¿En qué cambiaría una coalición con Sumar respecto a los cuatro años de coalición entre PSOE y Unidas Podemos?
En que vamos a gobernar mejor. Va a ser un cambio a mejor. Nos vamos a centrar en los problemas de la vida de la gente. Sumar es la garantía para ganar derechos. Ya ven ustedes que tenemos que estar tirando del Partido Socialista. Por ejemplo, que no hayan querido sacar adelante el Estatuto del becario, que ni siquiera la patronal ha dicho nada, es un gravísimo error. La comunicación que le dice el PSOE a los jóvenes es: “Vas a seguir siendo precario”.
Yo hablo poco y me critican por ello. No hago ruido y he estado en el centro de los conflictos económicos de mi país. Pero lo que digo lo cumplo. Este principio de confianza es clave. Lo saben muy bien los agentes sociales y por tanto, si gobernamos, será con un cambio a mejor.
La derecha y la extrema derecha convirtieron la política solamente en ruido e insultos. Yo he decidido no polarizar con la derecha
La política tiene que dar tranquilidad a la gente. Y hubo muchos momentos en la legislatura en que la política se convirtió en un problema para la ciudadanía. Yo no he caído en esa trampa. La derecha y la extrema derecha convirtieron la política solamente en ruido e insultos. Yo he decidido no polarizar con la derecha. Me parece que lo que hay que hacer es defender a la gente y dar tranquilidad.
¿Si no gobierna se quedará en la oposición?
Sin lugar a dudas. Sumar ha venido para quedarse.
¿Y cuál es el proyecto de futuro de Sumar? ¿Seguirá siendo una coalición o construirán ustedes un partido?
Estoy trabajando ya en ello. Saben que los estatutos que hemos registrado para estas elecciones decían algunas cosas muy importantes de lo que queremos ser en el futuro. Y lo vamos a hacer. Se va a configurar en lo que somos: un movimiento ciudadano que viene para quedarse, que va a trabajar por una España mejor. Nos vamos a convertir en el gran movimiento verde de España. Ya lo somos.
¿Cuál sería su primera medida si fuera presidenta del Gobierno?
Los centros infantiles de 0 a 3 años.
Es una medida que también propone Feijóo.
Sí, lo que pasa es que no dice cómo la va a hacer y yo sí. Públicos y gratuitos, sí. Y con una reforma fiscal.
Lo del señor Feijóo no cuadra porque nos dice que va a bajar los impuestos a todo el mundo. Va a suprimir el impuesto a las grandes fortunas. Nada de esto es verdad. Han subido 30 veces los impuestos. Han llegado a gravar el sol en nuestro país, lo que nadie se había atrevido a hacer. Todo lo que dicen es mentira. Nos dice que van a suprimir los impuestos que gravan a los ricos y, a la vez, que quiere hacer escuelas infantiles. No es verdad, y en Galicia tenemos una prueba palmaria.
¿Cómo es esa educación de 0 a 3 años en Galicia de la que presume Feijóo?
No existe. Tenemos poquísimas escuelas infantiles con unas listas de espera tremendas. Y la salida que tienen las familias en Galicia es ir a la privada. Feijóo no cree en el Estado del bienestar.
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