En dos escritos a los que ha tenido acceso Europa Press, el abogado Eduardo Gómez Cuadrado argumenta que la apariencia de imparcialidad ya se ha puesto en duda, en el caso de estos dos jueces, “para juzgar a miembros del PP”, en los casos Gürtel y sobre la presunta caja B de la formación.
“Mucho más cuestionada será su posición para decidir sobre el enjuiciamiento de un miembro destacado de un partido que es adversario político” y que, además, le arrebató a los 'populares' el Ayuntamiento de Madrid en las últimas elecciones municipales, dice.
Zapata destaca que Espejel mantiene “amistad directa con muchos de los miembros” del PP y afinidad ideológica con el partido y que fue elegida vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta de la formación.
En cuanto a López, explica que ha participado en más de medio centenar de actos de la fundación FAES y fue designado como magistrado del Tribunal Constitucional por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy.
SI NO SE LES DEJA JUZGAR A 'AMIGOS' MENOS A 'ENEMIGOS'
“Entendemos que si no se les deja juzgar a 'amigos', con menos motivos se les debería dejar participar en decisiones judiciales que pueden marcar el destino procesal de un enemigo como es Zapata, en su condición de concejal de un partido contrario ideológicamente al PP”, insiste.
Los abogados del concejal de Ahora Madrid han solicitado, en concreto, que se aparte a Espejel de la revisión de los recursos contra la transformación en procedimiento abreviado y, a ambos jueces, de los presentados contra la denegación de varias pruebas solicitadas por la asociación Dignidad y Justicia.
La causa en la que se investiga a Zapata fue archivada por tercera vez a principios de este mes por el juez instructor Santiago Pedraz, que entendió que, al reproducir un chiste sobre Irene Villa en la red social Twitter, no tuvo la intención de ofender a las víctimas y que sus comentarios están dentro de los límites de la libertad de expresión.
Zapata difundió el 31 de enero de 2011 un tuit desde su cuenta @casiopeaexpress en el que decía “Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”. El mismo día reprodujo un chiste sobre el Holocausto: “¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero”.