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Descubre a Catana3el: humor animado con el que muchas mujeres se sienten identificadas en redes

Internet es un multiverso. Al mismo tiempo que la discusión política se vuelve tóxica, siguen sucediendo cosas que cuestionan una lectura simple sobre lo que pasa en las redes. Uno de los últimos estímulos que está enriqueciendo la red es Anabel Lorente. Esta mujer de 24 años ha conseguido movilizar a una audiencia de 13.000 seguidores en apenas un mes después de publicar 4 animaciones en las que reflexiona en clave de ficción basada en hechos sobre su experiencia como mujer en situaciones cotidianas. El primero de esos vídeos narraba una frustrante historia con un médico.

Durante los días siguientes a la publicación del vídeo Lorente se enfrentó a una lluvia de comentarios de todo tipo y era muy difícil de gestionar: “Los primeros días fueron brutales. Durante dos días me pegué entre 6 y 7 horas pegada al móvil. Al final tuve que aprender a tener la piel dura, porque me decían de todo. Desde eres una malfollada a no sé quién eres pero te quiero mucho”. El crecimiento ha sido exponencial y con una ratio muy alta: una media de 500 followers por día durante un mes.

Al final del vídeo Lorente puso un disclaimer que decía “Historia basada en hechos reales (excepto el final)”. Para algunos hombres esto no fue suficiente. No es verdad. No es realista. “Lo del médico me sucedió, claro. De hecho salí de la consulta llorando y al final lo que hago es anular el dolor y jugar con la exageración, convertirlo en humor”. Al mismo tiempo que algunos hombres cuestionaban su veracidad, muchísimas mujeres la empezaron a seguir mostrando signos evidentes de sentirse identificadas.

No resulta muy creíble que miles de mujeres se hayan puesto de acuerdo en considerar realista el vídeo. Sería muy absurdo negar que 'autoridad médica' y 'masculinidad hegemónica' se dan en ocasiones la mano para generar este tipo de situaciones donde el hombre, el médico, se erige (y se autodeclara) portador de la razón y prejuzga a la paciente. Y aún así, hay muchos hombres que no se la creen. “Después del primer vídeo ya he venido esperando a que me enviaran el meme del Inventómetro”.

A algunos de estos hombres no les ha valido con cuestionar que lo que cuenta Lorente esté basado en hechos reales (no hay más que ver de nuevo las reacciones a otro de sus vídeos titulado “Cuando le dije que no a un colega”). En algunos casos se ha llegado a convertir en una especie de cruzada personal para intentar desacreditarla a toda cosa. “Un tipo me escribió unos 20 mensajes en un día. Llegó un momento en el que le dije que parara porque me estaba agobiando”. Sin embargo, ella no se muestra del todo sorprendida por muchas de las reacciones machistas: “Desde pequeña he aguantado a este tipo de tíos. Ya lo conozco y no es nuevo ni me resulta especialmente ofensivo. Precisamente si no existieran no haría mis vídeos”, comenta con firmeza.

Afortunadamente, Lorente cuenta que ha habido hombres con una reacción distinta a esta: “Una de las cosas que más me ha gustado es ver a hombres rebatiendo a otros hombres sus críticas”. De hecho, quiere darles un espacio en sus historias: “Los hombres que piropean en la calle son una especie en extinción. Pero hay muchos que están cambiando y no son así. Por eso quiero hacer historias donde esos hombres tengan un espacio también”.

El origen de las animaciones

El origen de las animacionesLorente cuenta que estaba pasando las vacaciones en Matalascañas en casa de los padres de su pareja, el artista audiovisual Christian Flores, cuando le pidió el móvil prestado para comenzar a dibujar en el Samsung Note 8. “Estaba de bajón y la verdad es que hice uno de chorra y me gustó como quedó. Lo hice de cachondeo pero es que me salió de golpe”. De hecho y durante las vacaciones, Flores había publicado una tronchante historia de ella sobre un episodio un tanto comprometido en el cuarto de baño del trabajo. En ella se podía intuir que Lorente tiene la destreza de contar historias en las que se mezclan drama y humor.

Un mes más tarde de aquello ha pasado de ser una prueba a ser un trabajo completamente artesanal y dedicado. Sin embargo, no se plantea de momento hacerlo para terceros: “Para mí ahora mismo no cabe hacer algo por encargo. Tengo una lista de un montón de temas de los que hablar. El tema de la desigualdad y muchas experiencias que tuve de pequeña cuando vivía en un barrio humilde”.

Lorente lleva a cabo todo el proceso creativo: para estructurar o afinar los guiones se vale en ocasiones de un micro con el que graba ideas que luego trata afinar, dibuja en el móvil unos 30 o 40 dibujos de media por cada vídeo, edita con Photoshop y Premiere, tratando de cuidar detalles como las diferentes entonaciones de cada una de las voces que aparece en los vídeos, la música, cómo tuitearlo a la hora de moverlo, etc.

Preguntada por la relación entre su la profesión por la que recibe sus ingresos (trabaja como técnica de educación en un ayuntamiento de la provincia de Barcelona) y las animaciones, ella encuentra que hay una relación evidente: “Los movimientos que conocía vienen desde la rabia. Y yo la he sentido y la siento muchas veces. Pero a mi me gustaría que la forma en que me expreso venga desde la pedagogía y eso tiene que ver con Morin, con Claudio Naranjo, Heidegger o Freire... todas las formas de educación que sean liberadoras. Todos podemos aprender, no importa la edad”.

En su último vídeo reflexiona de nuevo en primera persona sobre las críticas que en ocasiones unas mujeres hacen sobre otras. En éste se nota una evolución formal y narrativa considerable teniendo en cuenta que empezó hace un mes. Muchas personas que la siguen empiezan a estar pendientes como si se tratara de una serie de Netflix o HBO. Así pues, recordemos cuando nos pongamos a pontificar sobre la decadencia del ser humano y las redes sociales: en ocasiones pasan cosas bonitas y el despertar creativo de Anabel Lorente es una de ellas. 

Internet es un multiverso. Al mismo tiempo que la discusión política se vuelve tóxica, siguen sucediendo cosas que cuestionan una lectura simple sobre lo que pasa en las redes. Uno de los últimos estímulos que está enriqueciendo la red es Anabel Lorente. Esta mujer de 24 años ha conseguido movilizar a una audiencia de 13.000 seguidores en apenas un mes después de publicar 4 animaciones en las que reflexiona en clave de ficción basada en hechos sobre su experiencia como mujer en situaciones cotidianas. El primero de esos vídeos narraba una frustrante historia con un médico.