Obligadas a colgarse sus propias medallas: la discriminación de las campeonas de la Supercopa femenina de fútbol

Una imagen impactante inundó las redes sociales después de que el equipo femenino del FC Barcelona ganase la Supercopa de España. Las jugadoras se vieron obligadas a colgarse ellas mismas sus medallas de campeonas en una mesa improvisada en el césped del estadio Romano José Fouto en Mérida, sin ningún representante de la Federación presente para hacer entrega oficial.

Resulta increíble que algo así suceda en un torneo organizado por la RFEF, cuando hasta en los torneos infantiles, se toman las medidas necesarias para que las medallas se entreguen correctamente. Una situación que llama de nuevo la atención sobre la discriminación y la falta de apoyo que vienen denunciando desde hace tiempo las futbolistas.

Mientras esto ocurría, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y el seleccionador nacional, Jorge Vilda, observaban desde el palco, pero ninguno de ellos se acercó a entregar las medallas. Esta situación pone de manifiesto la tensión existente entre la Federación y las jugadoras, especialmente después de que 15 internacionales, mayoritariamente del equipo catalán, renunciaran a la selección española en septiembre del año pasado, exigiendo un trato profesional más justo.

Entre las múltiples críticas se encuentra la de la que fuera la Presidenta del Consejo Superior de Deportes y Secretaria de Estado para el Deporte de 2020 a 2021, Irene Lozano, que preguntaba a través de su cuenta de Twitter: “¿Qué ha ocurrido aquí? ¿Habría pasado algo así con el equipo masculino?”. Citando a esta última, el presidente de La Liga, Javier Tebas, también expresaba su descontento con Rubiales e indicaba que “esto pasa cuando los tan repetidos Valores son de ”boquilla“, ”bien queda“ ”cosméticos“ ... y no se cree en ellos”.

También se pronunció en redes sociales el portavoz en el Congreso de ERC, Gabriel Rufián, que comparó este momento con la entrega de medallas al equipo masculino que sí que se celebró hace tan solo una semana en Riad tras la final masculina del mismo torneo y en la que Rubiales fue el encargado de colgar el galardón al cuello de cada uno de los jugadores.

Ante las reacciones negativas generadas por el vídeo, la RFEF decidió emitir un comunicado para esclarecer su “protocolo de premiación” y tratar de mitigar las críticas recibidas. En esta declaración, el ente indicaba como habían decidido “activar la ceremonia de entrega en el palco de la misma manera que se lleva cabo en la Copa del Rey: entrega de la Copa a la capitana del equipo campeón y entrega de medallas al equipo vencedor en césped/vestuario”; sin embargo, el procedimiento descrito no menciona en ningún caso la posibilidad de que las jugadoras tengan que sacar sus propias medallas de una caja.