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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Quién fue “el equipo del Régimen”: Barça y Real Madrid se acusan de servir al franquismo

El presidente del Barça ha conseguido a medias su objetivo: que hoy en los bares y en las máquinas del café no se hable de la supuesta compra de árbitros, sino de cuál fue el equipo del Régimen franquista. Según Laporta –y la cultura popular– fue el Real Madrid.

“Durante siete décadas la mayoría de los dirigentes del Comité Técnico de Árbitros han sido de forma ininterrumpida exsocios, exdirectivos o exjugadores del Real Madrid, un club que se ha considerado el equipo del régimen”, afirmó Laporta en su primera rueda de prensa desde que estalló el llamado caso Negreira, un escándalo de pagos de distintas directivas del club azulgrana por siete millones de euros a empresas del número dos de la comisión de arbitraje.

Las acusaciones de Laporta están relacionadas con la decisión del Real Madrid de personarse como perjudicado en el caso que investiga la Justicia. El presidente del Barça clamó contra la directiva de su club rival y le acusó de ser el principal beneficiado de los arbitrajes históricamente por ser “el equipo del régimen”.

Desde Chamartín, la respuesta ha llegado en forma de vídeo con imágenes del NO-DO, el informativo franquista, mostrando la pleitesía que el club blaugrana rindió al dictador y las penurias que pasaron los blancos cuando fueron rojos. Esas imágenes pertenecen a un documental de 2017 titulado ‘Bernabéu’, dirigido por el cineasta Ignacio Salazar-Simpson, y que la televisión del Real Madrid lleva semanas difundiendo en horario rotatorio.

Porque el Real Madrid dejó durante la República de ser “Real” –pasó a denominarse Madrid F. C.– y cuando estalló la Guerra Civil sus jugadores tuvieron que exiliarse. Entre 1937 y 1938, su presidente fue el coronel republicano y comunista Antonio Ortega, fusilado por los franquistas en Alicante al acabar la guerra y omitido en el listado oficial de presidentes. El campo de Chamartín, como el resto de la ciudad de Madrid, fue bombardeado por la Aviación Nacional (de donde, por cierto, surgiría el Atlético de Aviación, que se disolvería luego en el preexistente Atlético de Madrid ¿“el equipo del Régimen”?). También un presidente del Barça, Josep Suñol i Garriga, fue fusilado por tropas franquistas, en su caso durante la contienda. La búsqueda de sus restos comenzó en 2022.

Lo cierto es que todos fueron “el equipo del Régimen”, porque Franco –como también hicieran Hitler o Mussolini– puso el fútbol profesional a su servicio. El nacionalismo español trató de lavar la imagen de la dictadura en el extranjero usando como embajadores a los equipos y, en concreto, al que más éxito internacional cosechaba. Eso fue después de la Guerra Civil. Si detenemos la moviola, la imagen cambia.

Lo podemos leer en la página oficial del equipo blanco: “En abril de 1931, con el inicio de la II República y al igual que sucede en otros equipos españoles, desaparece la corona del escudo. Además, aparece la banda morada cruzada. El club, que vuelve a denominarse Madrid F. C. (…) Apenas un mes después del último triunfo copero (1936), estallaba la Guerra Civil. El mejor momento deportivo de la historia del Real Madrid hasta entonces se veía amenazado y truncado por el conflicto bélico. Provocó que muchos jugadores acabaran ahí sus carreras o que se marchasen exiliados. Habría que esperar a la finalización del enfrentamiento para recomponer el club y el equipo”.

Tras el final de la contienda, las cosas no siempre fueron como parecen. La figura de Santiago Bernabéu que descubre el documental, por ejemplo, dista mucho de la idea preconcebida. Llegó a vetar del palco –por besar sin permiso a la mujer de un diplomático– a José Millán Astray, fundador de la Legión y amigo personal de Franco.

Durante la dictadura el Real Madrid ganó 20 títulos; el FC Barcelona, 17; el Atlético de Madrid, 12 y el Athletic Club de Bilbao, 11. Todos ellos disputaban la 'Copa del Generalísimo', en presencia del dictador. Y le rendían honores (el Barça retiró en 2019 a Franco las medallas honoríficas que le había concedido). En los palcos de sus estadios se congregaban oficiales del Régimen, militares, falangistas y miembros de la aristocracia y el empresariado. Los jugadores de todos los clubes levantaban el brazo con el saludo fascista al comienzo de cada encuentro. Pero no solo los deportistas, todos los funcionarios del Estado juraban, al asumir su puesto, “cumplir las Leyes Fundamentales y guardar lealtad a los Principios del Movimiento Nacional”.

El uso político del fútbol no es nuevo. Existen muchos ejemplos; entre otros uno de 2005, durante la anterior presidencia de Joan Laporta, cuando el presidente no dudó en poner al club al servicio de otro nacionalismo y desplegó una pancarta en el centro del Nou Camp con el mapa de los “Països Catalans”, incluyendo la Comunitat Valenciana y las Illes Balears.

El presidente del Barça ha conseguido a medias su objetivo: que hoy en los bares y en las máquinas del café no se hable de la supuesta compra de árbitros, sino de cuál fue el equipo del Régimen franquista. Según Laporta –y la cultura popular– fue el Real Madrid.

“Durante siete décadas la mayoría de los dirigentes del Comité Técnico de Árbitros han sido de forma ininterrumpida exsocios, exdirectivos o exjugadores del Real Madrid, un club que se ha considerado el equipo del régimen”, afirmó Laporta en su primera rueda de prensa desde que estalló el llamado caso Negreira, un escándalo de pagos de distintas directivas del club azulgrana por siete millones de euros a empresas del número dos de la comisión de arbitraje.