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El mic drop de Leonor y otros lenguajes populares de la era de Internet que la gente importante no entiende

Cada vez que algún miembro de La Casa Real hace algo fuera de lo normal se activa la creatividad y comienzan a generarse contenidos sin parar que luego a su vez fluyen por grupos de Whatsapp, muros de Facebook e hilos de Twitter. Y es que la Casa Real es una Fábrica de memes.

Lo que quizás no esperaban desde el equipo de Playz (la plataforma digital de contenidos audiovisuales interactivos y transmedia de RTVE) es que un inocente montaje en el que combinaban parte del discurso que daba esta semana la infanta Leonor con el famoso 'mic drop' de Obama terminara generando polémica.

Ante las hordas indignadas por el mal uso de recursos públicos para hacer lo que muchos han considerado humor inadecuado, la administradora única provisional de RTVE Rosa María Mateo ha tenido que salir a dar explicaciones asegurando que “siente profundamente” la difusión de este tuit y apuntando que “desgraciadamente, muchos usuarios de las redes sociales, entre los que también puede haber profesionales, no son conscientes del daño que se puede cometer a través de ellas”.

Playz pidió disculpas en un tuit posterior: “Quizá no has entendido este tuit, no tiene ninguna intención de ofender ni ridiculizar. Al contrario, el 'mic drop' es un gesto que en el lenguaje digital actual expresa que alguien acaba de tener una gran intervención. Si se ha interpretado como algo ofensivo pedimos disculpas”. Y es que, efectivamente, no se trata de una defensa a la desesperada de Playz, se trata de un lenguaje que el poder o generaciones pretéritas no han sabido entender. Tal y como apunta Jaime Rubio: no era una falta de respeto, sino un halago.

Esto no es la primera vez que ocurre y muy a menudo nos encontramos con determinadas prácticas o lenguajes que de primeras no son entendidos por aquellas personas sin la edad, el tiempo o las habilidades lecto-escritoras para comprender que se trataban de nuevas formas de comunicarse. Repasamos algunos de los más sonados en los últimos 20 años.

Los Selfies

En 2013 y durante la celebración póstuma en honor a Nelson Mandella la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, se hizo un selfie con David Cameron y Barack Obama. La imagen no pasó desaparecibida y recibió críticas por inapropiada. El veterano columnista Michael Goodwin sentenció que “el episodio del Selfie de Obama simboliza la gran calamidad global del mundo occidental en pleno declive”. Ya en 2013 el Selfie se había popularizado, pero ha sido definido en inmunerables ocasiones como símbolo de una sociedad narcisista e individualista. De hecho, las famosas recopilaciones de 'selfies en funerales' o la serie 'Yolocaust', del artista Shahak Shapira donde recopila selfies hechos en lugares donde se dio el holocausto nazi refuerzan esta tesis.

Sin embargo, los selfies son considerados por muchos como un dispositivo que genera relaciones sociales. El investigador Jerry Saltz puntualiza en un detallado artículo sobre a historia del selfie que el autorretrato fotográfico era mucho menos espontáneo, improvisado y casual que los selfies. El selfie está codificado para generar un diálogo entorno a sí mismo. Su propósito primordial es “ser visto ahora, por otra gente, mucha de ella desconocida, en redes sociales”.

El actor James Franco, auto-declarado “rey de los Selfies” dijo en una ocasión en un artículo en el que reflexionaba sobre los selfies que éstos no son tanto “rastros de vanidad como herramientas de comunicación (...) Mini-yoes que envío a los otros para explicarles quiénes somos”. Los selfies serían nuestras cartas al mundo. El crítico David Colman escribió en el NY Times que “el selfie es tan común que está cambiando la fotografía en sí misma, transformando la función memorística de la fotografía en un dispositivo de comunicación”.

Los videojuegos

José Rabadán Pardo parecía un chico normal, hasta que mató a su familia el 1 de abril de 2000. Rabadán, que entonces tenía 16 años, asesinó a sablazos a su padre, a su madre y a su hermana. A pesar de que el informe psiquiátrico determinó que “Rabadán padecía un grave trastorno mixto de personalidad con rasgos esquizoides, narcisistas, antisociales y sádicos que a juicio de los psiquiatras disminuían levemente su capacidad de comprensión emocional de las consecuencias de sus actos” algunos medios de comunicación decidieron echarle la culpa a los videojuegos.

En un corte del programa Gente de TVE presentaban a Rabadán así: “Retraído y absorbido por su afición a las artes marciales y a los videojuegos. Así describen quienes lo conocen al presunto asesino, incluso hay quién apunta que el chaval guarda gran parecido físico con el protagonista de uno de esos videojuegos y que pudo basarse en él para su ataque mortal”.

A pesar de que creadores de contenido como Jonathan Mcintosh están investigando desde hace tiempo la relación entre videojuegos y privilegios masculinos, el prejuicio de que fomentan la violencia ha recaído durante años sobre las personas que los jugaban. Hoy en día sin embargo, muchas de las habilidades que están presentes en los videojuegos son estudiadas en entornos profesionales o académicos porque implican cuestiones como pensamiento estratégico, adaptabilidad, creatividad, concentración prolongada, etc.

Los Youtubers

Los Youtubers son para muchas personas una suerte de descerebrados que se hacen famosos haciendo estupideces. El crítico y ensayista Kyle Smith definía a Youtube como “Estupidocracia y niñatocracia, en donde cualquier tontería puede convertirse en viral, siempre que sea joven. Artísticamente, es tan interesante como varios niños mirándose al espejo” en un artículo cuyo título habla por si solo: “Estos idiotas están haciendo una fortuna a partir de producir el contenido más tonto de Internet”.

Desde luego Dalas Review no ayuda. Tal y como ha contado Mónica Zas en este medio, el youtuber es “famoso por sus peroratas en contra del feminismo, por vídeos en los que minimiza la violencia de género y donde asegura que ”las maltratadoras son ellas“, y por diversas denuncias de maltrato por parte de sus exparejas”. Sin embargo, hay muchos ejemplos que demuestran que Youtube es el lugar donde se están forjando lenguajes que van más allá de donde llegan otros medios.

Durante la pasada edición de Cultube un evento que reunió a Youtubers hace un par de semanas en Madrid, el youtuber Jaime Altonazo hizo una intervención en esta línea. “Desde 2010 tuve claro que quería ser youtuber, no divulgador musical. Y esto es muy importante. Yo quería ser Youtuber y me daba igual de qué. ¿Y qué quiere decir ser Youtuber? En 2010 no lo entendía. A mi me gusta Youtube, sigo 150 canales y consumo más de 3 horas de Youtube al día desde hace 8 años. Youtube es la imprenta del siglo XXI”. Y si este argumento no te parece convincente, es que probablemente no has visto el vídeo de TER explicando la relación entre Euclides y los emojis de Whatsapp o que no hayas leído “En defensa de los Youtubers” de Marta Barandela.

Los memes

Sin duda los memes son objetos que vemos a diario. La rapidez en su consumo y en su distribución y su casi siempre difusa autoría los convierten en objetos culturales considerados de segunda. En “Cómo los memes están matando Internet (y nuestra alma colectiva)” Ben Branstetter declaraba que “En ningún otro lugar que no sea Internet, podemos ver tan claramente la enorme masa de conversación humana hecha visual, disponible para todos en blanco y negro. Y lo que vemos no es ninguna genialidad ni siquiera la sabiduría de las masas: es una esfera junguiana de ego y placer, profundidad y pelusa, capturada en la órbita de nuestros pequeños tramos de atención”. Esta tesis ha sido cuestionada decenas de veces. Por ejemplo cuando cientos de memes feministas plagaron la red para oponerse a la Ley anti-aborto de Gallardón.

Y es que hay memes buenos y memes malos. Memes racistas y memes feministas. Como las pelis, los Youtubers o los programas de radio o televisión. Y casi siempre hay personas que empujan a explorar estos nuevos lenguajes y otras que se oponen. Lo que no deja de resultar gracioso es, en el caso del tuit de Playz, no se trataba de 'un lenguaje contemporáneo' que cuestiona al poder, sino de un lenguaje contemporáneo usado para complacer al poder. Curioso. Y sintomático. Mic drop.

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Cada vez que algún miembro de La Casa Real hace algo fuera de lo normal se activa la creatividad y comienzan a generarse contenidos sin parar que luego a su vez fluyen por grupos de Whatsapp, muros de Facebook e hilos de Twitter. Y es que la Casa Real es una Fábrica de memes.

Lo que quizás no esperaban desde el equipo de Playz (la plataforma digital de contenidos audiovisuales interactivos y transmedia de RTVE) es que un inocente montaje en el que combinaban parte del discurso que daba esta semana la infanta Leonor con el famoso 'mic drop' de Obama terminara generando polémica.