Con la acidez que le caracteriza, Rafael Hernando, senador del Partido Popular por Almería, se despertó este lunes criticando el nombramiento de Clara Cabrera Brasero como nueva embajadora en misión especial para el Fomento de las Políticas de Igualdad de Género y Conciliación. “El Gobierno sigue cada día entretenido en montar chiringuitos”, clamaba Hernando en Twitter mientras señalaba la aparente contradicción que supone crear ese puesto y la situación económica que atraviesa el país por la emergencia sanitaria del coronavirus. “Millones de españoles en paro, crisis económica galopante, miles sin cobrar los Erte...”, enumeraba el exportavoz de los populares en el Congreso antes de destacar que el nombramiento supone el “último” chiringuito del Gobierno.
Lo que Hernando parece desconocer es que fue su partido quien creó el puesto en 2018, coincidiendo con la celebración del 8M y meses antes de que la moción de censura expulsase a los populares del Ejecutivo. El comunicado de prensa que emitió el Ministerio de Asuntos Exteriores en esa fecha establecía las prioridades del cargo y designaba las responsabilidades asegurando que el embajador o la embajadora estaría “encargado de la integración trasversal en la perspectiva de género en todas las dimensiones de nuestra política exterior”, velaría por la eliminación de “toda forma de discriminación y todo tipo de violencia contra la mujer” y promovería “activamente la eliminación de toda práctica nociva en este ámbito”.
Los populares crearon la plaza, la dotaron de responsabilidad y, finalmente, la abandonaron sin haber propuesto nunca a nadie. El PSOE, a su llegada al Gobierno, recogió el órdago y nombró a María Clara Girbau Ronda primera embajadora, aunque en su momento también pidieron explicaciones al entonces ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, para conocer en detalle la dotación económica y finalidad de esta embajada.