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Viaje loco a lomos de un pony bravo entre memes de Internet y taquillazos de cine

Hay dos posibles lecturas tras ver el nuevo videoclip de Pony Bravo, “Piensa McFly”. La primera sería: “las drogas están destruyendo a nuestra juventud, ahora no hay tanta heroína pero tenemos memes”. La segunda sería: “ey, igual aquí hay algo más”. Si eres del tipo de persona que se queda con la primera, deja tu comentario aquí o en redes y haz que parezca que eres más listo que quienes han escrito esta canción y producido el videoclip: recuerda insistir que esto no es arte.

Si eres de los segundos, vamos a darnos la mano y a viajar en 12 parsecs más allá de la deep web hacia la isla de Pony Bravo. Dentro vídeo.

“Si estas atrocidades salieron de la cabeza de un pensante, entonces dejemos de ser razonables”, decían los dadaístas, refiriéndose al momento histórico que se vieron obligados a vivir. Un poco lo mismo podríamos decir de esta creación de Pony Bravo: vivimos realmente rodeados de franquicias inacabables (Star Wars tiene pinta de tender a infinito, efectivamente) en un mundo gobernado por los Trump, Salvini y Orban. ¿Realmente la pesadilla son las drogas y los memes?

Las mutaciones narrativas se suceden en el videoclip: memes cinematográficos en los que podemos ver a Sam Solo (el hobbit de El Señor de los Anillos acompañado de Chewacca), Harry Potter, Frodo y Marty Mcfly como la misma persona o Iron Golum (Iron Man vs Golum). En medio de lo que es un aparentemente magma random de personas icónicos del cine de blockbuster contemporáneo, de repente una referencia profunda pasa desapercibida: “El vídeo es una reflexión que podría resumirse en que el viaje del héroe es el viaje del sofá. En la letra viene todo...”, comenta Daniel Alonso.

De hecho, justo cuando en la canción se menciona “el viaje del héroe siempre es lo mismo” aparecen durante menos de un segundo dos imágenes que sirven de huevos de pascua para desgranar las reflexiones teóricas que subyacen en la canción y el videoclip.

La primera de ellas es el libro “El héroe de las mil caras”, un libro publicado en 1949 por el mitógrafo americano Joseph Campbell que trata sobre el monomito: el patrón narrativo sobre el que se han construido tantas leyendas populares y cuya estructura narrativa tanto ha replicado la industria del entretenimiento, en especial las franquicias de Hollywood: Separación-Iniciación-Retorno. Como el suicida que reconoció ir al McDonalds para sentirse seguro y poder resguardarse en una “monotonía satisfactoria”. Las películas de Hollywood ofrecen un extraño y reconocible confort. “Quizás todos seamos hobbits encerrados en la comarca. Y no precisamente Frodo o Sam que realmente sí hacen su viaje del héroe”, concluye sobre esto Alonso.

El segundo breve pero intenso huevo de pascua es una imagen donde a la izquierda podemos ver la portada real del libro “Indonesian Tribal Art” de Bruce W. Carpenter. Justo al lado, la imagen que sirve de portada es sustituida por un fotograma de baby-groot, un personaje de 'Guardianes de la Galaxia'. La industria del entretenimiento (y el capitalismo) es una máquina que lo deglute todo y lo convierte en parte de alguna franquicia.

Daniel Alonso vive como muchos otros mortales esta relación con una cierta ambivalencia: “Mi relación con toda esta cultura cinematográfica es de amor-odio. ¿Nos dirigimos hacia un mundo como el que describe la película Idiocracia? Las franquicias del cine parecen llevarnos allí”. Como la propia letra de la canción dice: “Todas las historias se mezclan en mi cerebro, en un cocktail de franquicias”. En el binomio amor-odio, si nos encontramos en modo-love, somos capaces de ver como todos los personajes son parte de la familia de una cultura popular compartida: ¿quién no ha fantaseado con descubrir el rock de la mano de Marty Mcfly, entender a la primera a Chewbacca o de jugar al Quidditch en Hogwarts? En el modo-hater, otro fragmento de la letra nos marca el camino: “En tu lecho de muerte verás el último trailer”.

El videoclip es difícil de encasillar. Y eso lo hace más valioso aún: ¿se hizo la vídeo pensando en la canción? ¿se hizo la canción pensando en el vídeo? ¿podríamos decir que el videoclip es un meme de memes? Alonso lo aclara, de todo un poco: “La canción y el vídeo se pensaron simultáneamente. Y para mi el meme es un formato super-potente”. En un contexto donde la industria de la música sigue concibiendo el videoclip con una carta de presentación cute&cool de las canciones, resulta alentador ver una creación donde es complicado poner los límites entre música, vídeo y meme. Todo se mezcla y se remezcla, dar cera, pulir cera, coger anillo, tirar anillo, Obi Wan va en bata, Qui Gon va en bata, Saruman va en bata, Afrika bambaataa, África-va-en-bata.

Ver a Chewbacca acompañando a Chicote es probablemente el único de los sueños-pesadillas no inventado por el universo Pony Bravo: realmente sucedió. Hitchcock sentado sobre una reluciente y jugosa hamburguesa con las galaxias (¿de franquicias?) de fondo o ver “La muerte del Venerable Odón de Novara” (original de 1632) aliñado con palomitas y convertido en el cartel de la última de Star Wars solo pueden ser producto de los hijos de Internet.

Biff Tannen es el personaje de Regreso al Futuro con el que muchos han comparado con Donald Trump. Es él, de joven y ya siendo un fanfarrón maleducado, quién le grita al padre de Marty aquello de “Piensa, McFly”. Si nosotros somos McFly (o sus colegas), es lo que hay que hacer. Negar la cultura mainstream no va a darnos un billete de salida hacia un mundo carente de neoliberalismo, individualismo y/o capitalismo. Sin embargo, podemos hacer lecturas críticas acerca de las imágenes que consumimos. Dicho así, suena poco sexy. Cantado e ilustrado audiovisualmente por Daniel Alonso y Pony Bravo, igual nos entra más.

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Hay dos posibles lecturas tras ver el nuevo videoclip de Pony Bravo, “Piensa McFly”. La primera sería: “las drogas están destruyendo a nuestra juventud, ahora no hay tanta heroína pero tenemos memes”. La segunda sería: “ey, igual aquí hay algo más”. Si eres del tipo de persona que se queda con la primera, deja tu comentario aquí o en redes y haz que parezca que eres más listo que quienes han escrito esta canción y producido el videoclip: recuerda insistir que esto no es arte.

Si eres de los segundos, vamos a darnos la mano y a viajar en 12 parsecs más allá de la deep web hacia la isla de Pony Bravo. Dentro vídeo.