Justo un día antes de abrir este blog, me compré un piso. La verdad es que tardé poco en encontrar la casa perfecta: sólo tenía que poder entrar.
Suena a broma, pero es cierto. Como dice mi socio @pnique, hay que priorizar y actuar en consecuencia. La prioridad número 1 a la hora de encontrar casa para un tipo que va en silla de ruedas es poder entrar. Así de sencillo. Si eso se cumple, el resto es bastante secundario. Los suelos, la luz, la altura, las ventanas, el gotelé... Minucias. Entiendo que mucha gente busca y busca durante meses pero es un lujo que yo no me puedo permitir (ni quiero).
En mi caso, utilicé un puñado de buscadores online. Necesitaba un piso en Zaragoza con un mínimo de 85 metros cuadrados, 3 habitaciones y 2 baños. ¿Grande? Puede parecerlo. Pero necesito una persona interna para que me ayude y tendrá que tener su espacio (hablaré de este asunto en unos meses, cuando la encuentre).
Claro, tenía que ser accesible para silla de ruedas. Aquí es donde la cosa se complica. En la mayoría de los anuncios no pone nada al respecto.
Cuando veía un piso que me encajaba, el proceso era el siguiente: llamaba al teléfono de contacto y explicaba la situación. La inmobiliaria o particular me decían que sí, por supuesto que estaba adaptado. Entonces rascaba un poco: ¿cómo de adaptado? ¿hay escalón en el portal? Uy, pues... ahora no me acuerdo bien; quizá uno pero muy pequeñito. ¿Y el ascensor? Bien, muy majo. Ya, pero ¿cómo se abren las puertas? Pues... tendría que mirarlo.
Entonces tocaba acercarse al edificio, comprobar que el pequeño escalón de la entrada era imposible de subir, que el rellano era demasiado estrecho para maniobrar y que el ascensor tenía doble puerta.
Así unos cuantos pisos.
Sólo llegué a ver 2 viviendas en las que todo estaba accesible. Entré en otras por cortesía, pero sabía que jamás viviría allí.
En octubre llamé a una inmobiliaria sin mucha esperanza. Hice la pregunta de rigor y la respuesta fue ligeramente distinta a la usual: Si me llama hace un año, le digo que no, no es accesible; pero hoy está reformada y es perfecta para usted. En efecto, ni yo mismo la hubiera diseñado mejor. Mientras subía en el ascensor sin ayuda (detalle importante), pensaba: A no ser que sea horrorosa, voy a vivir aquí. Y así ha sido.
Desde este blog quiero hacer una sugerencia a las inmobiliarias y a los particulares que venden/alquilan su casa: aporten más información sobre la accesibilidad. No cuesta mucho fijarse en ciertos detalles y es de gran ayuda.
En realidad, una vivienda accesible es buena para todos los ciudadanos. No sólo para los retrones; también para los ancianos o los padres con niños pequeños. Hoy puedes subir escaleras como una gacela pero dentro de 15 años te costará sudor y esfuerzo (todos llegamos a viejos, y si no llegas... malo); entrar en una casa con 7 escalones antes de llegar al ascensor mientras llevas el carro de un niño y las bolsas de la compra no parece muy sencillo... Pero hasta conseguir que las casas sean 100% accesibles (quizá habría que escayolar una pierna y vendar los ojos al arquitecto justo antes de encargarle un proyecto...), como mínimo sería bueno especificarlo en los anuncios. Todos -comprador y vendedor- ahorrarían tiempo y saliva.
Por cierto, en mi casa voy instalar un motor en la puerta de entrada para poder pasar con la silla sin problemas. Desde aquí también recomiendo a las comunidades de vecinos que se lo planteen. Funciona muy parecido al motor del garaje; en lugar de abrir con llave, cada vecino tiene un mando con el que abre la puerta (si quiere abrir de forma tradicional, puede hacerlo). Para retrones es imprescindible, pero sé de ancianos que les ha gustado el invento y piden un mando.
En el fondo, se trata de hacer la vida más fácil. Hoy nadie se plantea comprar una TV sin mando a distancia a pesar de que la mayoría de los espectadores no tiene problemas para levantarse y cambiar de canal. De la misma forma, ¿no sería más cómodo no tener que pelearte para encontrar las llaves y abrir el portal?
Tal vez resulte que la casa para retrones... puede ser la casa ideal para todos.
Justo un día antes de abrir este blog, me compré un piso. La verdad es que tardé poco en encontrar la casa perfecta: sólo tenía que poder entrar.
Suena a broma, pero es cierto. Como dice mi socio @pnique, hay que priorizar y actuar en consecuencia. La prioridad número 1 a la hora de encontrar casa para un tipo que va en silla de ruedas es poder entrar. Así de sencillo. Si eso se cumple, el resto es bastante secundario. Los suelos, la luz, la altura, las ventanas, el gotelé... Minucias. Entiendo que mucha gente busca y busca durante meses pero es un lujo que yo no me puedo permitir (ni quiero).