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Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

Imágenes de texto

Una persona muestra ayudas a la accesibilidad en un modelo de televisión.

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Laura tiene, desde hace tiempo, una pequeña tienda en línea que vende ropa y accesorios. Hace poco decidió mejorar su web con el fin de atraer a más clientes. Pensó que podría hacer que su tienda se viera más moderna y atractiva agregando algunas imágenes con textos llamativos. Así que creó numerosos carteles con mensajes como “¡Descuentos del 50% hoy!” y “Nueva colección de verano”.

El resultado fue sorprendente. Su web tenía ahora unos banners increíbles. Sin embargo, al poco tiempo comenzó a recibir comentarios de algunos clientes.

María, una de sus clientes más fieles, con una discapacidad visual y usuaria de lector de pantalla, le escribió explicándole que su lector de pantalla no podía leer el texto dentro de las imágenes de los letreros. Se sintió frustrada porque no se estaba enterando de las ofertas y las novedades.

Laura se sintió fatal al saber que Julia y otros clientes no podían acceder a información importante de su tienda. A pesar de que los carteles eran impactantes, se dio cuenta de que estaban excluyendo a una parte de su audiencia.

Luego, Pedro, un cliente que navegaba en su sitio web desde su teléfono móvil, envió otro comentario a Laura. Pedro le dijo que era incómodo leer el texto en los letreros porque era tan pequeño en su pantalla que no podía hacer zoom. Laura descubrió que el texto en las imágenes era borroso y difícil de leer en una pantalla pequeña cuando revisó la web en su propio teléfono.

Después de escuchar estos comentarios, Laura decidió hacer algunos cambios. Empezó a utilizar texto real en su sitio web en lugar de los banners de texto. Para hacer que el texto fuera atractivo sin necesidad de imágenes, utilizó estilos simples pero efectivos.

Por ejemplo, cambió el cartel “¡Descuentos del 50% hoy!” por un encabezado grande y colorido que decía exactamente lo mismo, pero como texto real. Por lo tanto, Julia podía leerlo con su lector de pantalla, Pedro podía verlo en su teléfono móvil y los motores de búsqueda podían indexar las palabras clave.

Laura, además, pensó en agregar descripciones alternativas (alt) a algunas imágenes de su sitio web para que los lectores de pantalla pudieran entender lo que decía en el caso de que usara imágenes de texto.

Estos cambios tuvieron un impacto tremendo en la web. Julia y otros clientes con discapacidad visual pudieron acceder sin problemas a la información. Pedro y otros usuarios de dispositivos móviles descubrieron que navegar por el sitio web y leer los textos era más sencillo. Además, la tienda de Laura comenzó a aparecer en los resultados de búsqueda con más frecuencia, atrayendo a más clientes.

Estos ajustes mejoraron significativamente la experiencia de los usuarios del sitio web de Laura y las ventas. Laura descubrió que no solo ayudaba a sus clientes, sino que también mejoraba su negocio al hacer su sitio más fácil de usar y accesible.

Esta historia demuestra la importancia de evitar usar imágenes de texto en la web sin alternativa textual. Cuando lo hacemos bien, y ponemos una descripción alternativa, se convierte en accesible y podemos mejorar la experiencia del usuario y aumentar la visibilidad de nuestro sitio en los motores de búsqueda y asegurarnos de que toda la información sea accesible. Cuando hacemos que nuestro contenido sea accesible, legible y efectivo para todos, estamos haciendo una gran labor de accesibilidad e inclusión.

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No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

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