Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

María Clemente: “Más que sexo, ofrecemos intimidad”

El sexo es vida, dicen los anuncios de cierta clínica. Si es así, si aceptamos que el sexo es bueno, saludable y necesario, ¿por qué tanta gente pretende ignorar que los discapacitados también podemos y queremos disfrutar de él? Para muchos, los retrones somos asexuales, lisitos por debajo, como escribió Pablo hace ya un tiempo.

También hay muchas personas que piensan diferente, que consideran que una discapacidad no debe ser impedimento para disfrutar del cuerpo. Que el sexo no es sólo penetración sino caricias y besos. Y que todos tenemos derecho a sentirnos dignos y amados... aunque sea por unas horas y pagando.

En España hay varias organizaciones que se dedican a difundir y defender la sexualidad de los discapacitados. Entre ellas, Tandem Team, una organización sin ánimo de lucro y autofinanciada que no sólo divulga sino que sirve de enlace entre usuarios y asistentes sexuales. Nació en la primavera de 2013 de la mano de Francesc Granja y María Clemente. Francesc quedó tetrapléjico a raíz de un accidente y se encarga de llevar la web de la organización y de salir en pantalla cuando toca explicar qué es la asistencia sexual (pronto aparecerá en el programa de TV3 El Convidat). María es psicóloga y entrevista a los usuarios que llaman a la puerta de Tandem para descubrir su sexualidad.

En poco más de 1 año han ayudado a más de 100 personas con discapacidad, casi siempre en Barcelona ciudad y provincia. Ahora quieren ampliar territorio y buscan asistentes en Madrid, Valencia y Murcia. Desde su despacho en Barcelona, María Clemente responde por Skype.

¿Qué es para ti la asistencia sexual?

Es un servicio para personas que no pueden expresarse sexualmente o tienen dificultad para ello; se les ofrece la posibilidad de tener sus primeras, segundas o últimas experiencias. Más que sexualidad, ofrecemos intimidad: piel con piel, caricias, miradas, besos…

La asistencia sexual funciona desde hace años en Europa y aquí en España comienza a ser visible. Aunque su nombre no nos convence del todo...

¿Cuál elegiríais?

Es difícil encontrar un término que se acerque a lo que queremos definir. “Asistencia” remite a una figura terapéutica y no nos gusta pensar que es una terapia porque no lo es. Aquí no hay terapeuta y paciente. Lo único que hay es una persona con vocación de servicio, de dignificar al ser humano y de hacer sentir cosas que la otra persona tiene dificultades para sentir. No asiste: comparte su sexualidad.

¿Cómo llegas a trabajar en una organización dedicada a la asistencia sexual?

Primero por tema puramente vocacional. Desde que tengo uso de razón he tenido necesidad de hacer una tarea social y de servicio. Yo quería estudiar Educación Especial pero terminé en Informática porque tenía potencial en ciencias. Trabajé unos años y con la crisis llegaron los despidos, el mío incluido. Decidí aprovechar para estudiar Psicología e hice un postgrado en el Institut Guttmann, donde vi de cerca la discapacidad.

El tercer motivo, tal vez el más importante, es que tuve una relación de 5 años con un chico con tetraplejia. Con él me di cuenta del cambio que supone para una persona con discapacidad el sentirse amado. Es básico que todos nos sintamos dignos de ser amados.

A la cabeza de Tandem estáis Francesc Granja y tú, ¿cómo surge la idea?

Nace en unas jornadas de ASPAYM sobre sexualidad. Yo estaba en la organización y traje de ponente a Francesc. Empezamos a hablar y nos dimos cuenta de que ambos teníamos una inquietud y una visión similar de la sexualidad y la discapacidad.

Tandem comenzó como una organización de atención al duelo, para ayudar a aquellas personas que por un accidente, un ictus… tienen una discapacidad sobrevenida. Nos dimos cuenta de que una vez que esta persona se sobreponía y retomaba su vida, en realidad faltaba una parte por recomponer: su intimidad, su sexualidad. Era un área de la salud abandonada, no se hablaba de ella. Dijimos “tenemos que hacer algo”.

En Europa hay organizaciones similares, ¿tomasteis algún modelo en concreto?

Sí, el belga. Pero aquí añadimos la entrevista previa. En el modelo belga, la organización envía al usuario un asistente y se conocen en el mismo momento de la asistencia. En Tandem Team partimos del empoderamiento del usuario y del asistente. Estamos hablando de una cosa muy íntima, tiene que haber feeling.

Al hablar de la asistencia sexual, mucha gente cree que es prostitución para discapacitados. ¿Es lo mismo asistencia sexual que prostitución?

Para nada. Es un debate en el que no solemos entrar porque quien crea que es prostitución, va a seguir pensándolo. Pero quien lo ha probado, quien tiene un familiar con discapacidad o una sensibilidad especial, sabe que esto va más allá.

Aquí no hay relojes, no hay intención monetaria sino vocación de servicio, no hay sólo sexo sino crecimiento personal, una mejora de la calidad de vida.

¿Quál es el perfil de las personas que acuden a Tandem?

Personas con discapacidad física, sensorial o mental. Pero no es un tema sólo de discapacidad: vienen personas que sienten un vacío en un área muy importante, la de sentirse digno y amado. Lo que sucede es que en el colectivo de discapacitados esto es, por desgracia, muy frecuente. Pero nos han venido personas sin discapacidad que oyen hablar de esto y quieren probar. Por ahora, no hemos facilitado encuentros con nadie sin discapacidad. Pero les resuena porque éste no es un discurso sobre discapacidad: hablamos de dignidad humana.

Al inicio había muy pocas mujeres; cada vez hay más. Para nosotros es un reto que también puedan explorar su sexualidad y sentirse bien con su cuerpo.

¿Cómo es la selección de asistentes?

Son personas que vienen de la terapia, de la sexualidad, del tantra… Les resuena el discurso, tienen un perfil social, con vocación de servicio, con sensibilidad hacia la discapacidad. Se ponen en contacto con nosotros y hacemos una entrevista. Si encajan y les gusta nuestro funcionamiento, comenzamos a trabajar y los incluimos en nuestra plantilla. Tenemos asistentes tanto hombres como mujeres.

¿Existe un protocolo a la hora de realizar una asistencia?

Sí. El usuario se pone en contacto con Tandem y yo le hago una entrevista en la que explico lo que es la asistencia, conozco su perfil y me cuenta sus necesidades. Después, busco entre nuestra plantilla de asistentes a la persona que mejor encaje con el usuario. Es importante, como decía, que pueda haber feeling, una conversación, risas... No sólo sexo.

Proponemos un encuentro entre usuario y asistente en el que se pactan acuerdos: límites de la relación sexual, lugar y hora del encuentro, si va a haber o no contraprestación económica… Si ambos están de acuerdo, me llaman a mí y preparamos la sesión. Nosotros siempre damos unas recomendaciones y pedimos un feedback para ir mejorando el servicio.

¿Cuál es el futuro de Tandem?

Que no existamos, que la asistencia sexual no fuera necesaria. Es lo que me gustaría que pasara. Ojalá llegáramos a entender que todos los humanos somos dignos de ser amados y de compartir nuestra intimidad. Entonces, no seríamos necesarios.

***

Con el objetivo de formar una imagen más completa de la asistencia sexual, durante las próximas semanas entrevistaré a un usuario y a una asistente.

El sexo es vida, dicen los anuncios de cierta clínica. Si es así, si aceptamos que el sexo es bueno, saludable y necesario, ¿por qué tanta gente pretende ignorar que los discapacitados también podemos y queremos disfrutar de él? Para muchos, los retrones somos asexuales, lisitos por debajo, como escribió Pablo hace ya un tiempo.

También hay muchas personas que piensan diferente, que consideran que una discapacidad no debe ser impedimento para disfrutar del cuerpo. Que el sexo no es sólo penetración sino caricias y besos. Y que todos tenemos derecho a sentirnos dignos y amados... aunque sea por unas horas y pagando.