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Más de 300 nadadores participarán en la travesía a nado solidaria Río Guadalquivir – Club Náutico Sevilla

Más de 300 nadadores solidarios participarán este sábado (28 de septiembre) en la séptima edición de la Travesía a nado río Guadalquivir – Club Náutico Sevilla, organizada por Brazadas Solidarias y el Club Náutico de Sevilla con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad. Este evento solidario tiene como objetivo apoyar la escolarización de niños y niñas de Nepal en situación de extrema vulnerabilidad de la mano de la Fundación Vicente Ferrer, que informa en un comunicado.

El delegado de Derechos Sociales, José Luis García, y la delegada de Deportes y Promoción de la Salud del Ayuntamiento de Sevilla, Silvia Pozo, han presentado este evento en el Consistorio acompañados por Javier Diaz, vocal del área de Natación del Club Náutico Sevilla, y Jorge Garret, representante de la Fundación Vicente Ferrer.

La travesía, que cuenta con el apoyo del Instituto Municipal de Deportes (IMD) y de Bomberos de Sevilla, tendrá tres distancias: 500 metros, 1.500 metros y 3.000 metros como prueba destacada. La salida y la llegada estarán situadas en las instalaciones del propio Club Náutico Sevilla. Nadadores de toda Andalucía acudirán a Sevilla para disfrutar de esta oportunidad de nadar en Guadalquivir.

Después de seis ediciones, este evento solidario se ha consolidado como uno de los más destacados de la Comunidad Autónoma tanto por el ambiente que se respira en el Club Náutico como por el espectacular escenario por el que nadarán los deportistas, con la Torre del Oro y el patrimonio inmobiliario y cultural de ambas orillas del río como telón de fondo.

Memorial Ángel Nogales Fernández

En la travesía se rendirá un homenaje al nadador sevillano Ángel Nogales Fernández, deportista del Club Natación Mairena y entrenador del Club Náutico Sevilla, fallecido el año pasado y cuya huella emocional permanece en la comunidad de deportistas de la provincia.

El portavoz de la Fundación Vicente Ferrer ha recordado que la filosofía de las travesías a nado de Brazadas Solidarias es convertir el deporte en una herramienta de cambio social y de transmisión de valores: “Para nosotros es emocionante reunir a tantas personas para nadar y, a la vez, ayudar a otras personas. Hemos organizado o participado en 18 eventos de natación este año en el que miles de personas han participado este mismo enfoque: disfrutar de algo tan mágico como nadar, pero, al mismo tiempo, hacer algo que trasciende la propia natación”, ha explicado Jorge Garret. 

El proyecto solidario de la FVF en Nepal

La Fundación Vicente Ferrer, que trabaja en la India desde hace más de 40 años, ha puesto en marcha la primera fase de su internacionalización en Nepal, un país con una población que aún no se ha recuperado de las consecuencias del devastador terremoto de 2015.

En los contextos de crisis, la infancia se convierte en la primera y principal víctima. Por ello, la Fundación está dando apoyo a tres colectivos: menores cuyas familias trabajan en los tradicionales hornos de ladrillo, una industria con un alto índice de empleabilidad infantil; niñas y niños con parálisis cerebral, y personas adultas con problemas de salud mental, cuya carga familiar recae en sus hijos e hijas.

Se calcula que en Nepal hay unas 750 fábricas de ladrillo, (cifras no oficiales apuntan a más de 1.000, porque muchas son ilegales) una industria que ha crecido al amparo de la construcción y la exportación a países ricos donde existe mayor regulación medioambiental. Son empleos que suelen estar ocupados por familias empobrecidas, la mayoría de las castas más bajas o dálits. Se trata de un trabajo temporal, que se desarrolla entre noviembre y mayo, época en la que no hay monzones.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 16% de la fuerza laboral de las fábricas de ladrillos está formado por menores, lo que supone que entre unos 20.000 y 30.000 niños y niñas que deberían estar en las escuelas sufren explotación laboral y riesgos a su salud por cargar pesos excesivos y exponerse a las nubes de humo tóxico que emanan de las chimeneas de los hornos. 

La Fundación Vicente Ferrer está apoyando en Nepal a siete escuelas para que menores en edad preescolar (de 3 a 6 años) y pertenecientes a familias que trabajan en este sector reciban nutrición, ropa y cuidados mientras sus padres trabajan como temporeros. Sin este apoyo, los niños con toda probabilidad acabarían trabajando con ellos. 

Esta intervención de la Fundación Vicente Ferrer en Nepal contempla también la rehabilitación y nutrición de menores con discapacidad en centros de día, el apoyo psicológico a sus madres y la sensibilización de las familias con hijos e hijas que cuidan a alguno de sus progenitores con enfermedades mentales para que no abandonen sus estudios. 

En Nepal hay un alto índice de enfermedades mentales, pero escasos recursos para abordarlas. Muchas de estas patologías están desencadenadas por la alta incidencia de terremotos y otras catástrofes naturales en las que las familias más pobres lo pierden todo. Por otro lado, Nepal sufrió entre 1996 y 2006 una guerra civil cruenta cuyas consecuencias fueron devastadoras en las zonas rurales. Muchos adultos, que entonces eran niños, arrastran hoy secuelas físicas y psicológicas de aquel episodio.