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Abengoa prescinde de su servicio de guardería como paso previo a su abandono de la zona sevillana de Palmas Altas

Todavía figura en la web de Abengoa, en la parte de responsabilidad social corporativa, pero desde que comenzó el curso, su central en Palmas Altas, con cerca de 1.200 trabajadores, no ofrece su servicio de guardería. Pese a que desde la empresa han explicado que se ha hecho para evitar problemas los padres en caso de que se mude de sede a mitad de curso, lo cierto es que tampoco hay fecha para abandonar un edificio que a Abengoa se le ha quedado demasiado grande -llegó a tener casi 3.000 trabajadores- y busca rentabilizar como ciudad de la justicia si convence a la Junta de Andalucía.

De momento, y sin fecha para ninguna de las dos cosas, el cierre de la guardería, que ocupa 430 metros cuadrados, ha provocado los lógicos contratiempos a los trabajadores que contaban con este servicio, para hijos de empleados de 0 a 3 años y que tenía bastante demanda, hasta el punto de contar con líneas para cada grupo de edad, incluidos los bebés. La empresa no da cifras del uso que durante los casi 10 años de funcionamiento ha tenido, pero trabajadores, que prefieren guardar el anonimato, confirman que estaba muy demandada. “Por suerte avisaron con tiempo de que no iba a continuar y así pudimos buscar alternativas”, explican, ya que conocían esta decisión desde hace meses.

“Desarrollamos un nuevo modelo empresarial basado en la conciliación de la vida personal y laboral: el modelo social Campus Palmas Altas”, exponen en la web de la empresa, donde refieren la guardería como uno de sus servicios estrella. “No tenemos datos de cómo ha impactado la eliminación del servicio. Vamos a preguntar por ello”, confiesa Manuel Ponce, secretario general de Metal, Construcción y Afines de UGT en Sevilla y que sigue muy de cerca todo el proceso de reestructuración de la empresa. También los ha pedido este periódico, pero no se le han facilitado.

Manuel Ponce señala también que “la empresa lleva tiempo anunciando el traslado, pero lo que a nosotros nos preocupa es el impacto que pueda tener en el empleo, que ya se ha perdido mucho en Palmas Altas”. Y es que este centro, el mayor complejo tecnológico de iniciativa privada del sur de España inaugurado por los reyes en 2009, quería convertirse en centro internacional de referencia en I+D+i pero con el tiempo ha visto diezmarse su plantilla.

Ante un “hipotético” traslado

Desde la empresa insisten en que se optó por cerrar la guardería para no dejar a las familias “sin capacidad de reacción” para buscar otro centro de educación infantil en caso de que se produzca el “hipotético” traslado en los próximos meses. Para ello, se buscan otras ubicaciones. Descartada su antigua sede en la Buhaira, que estaba vacía pero ha sido vendida para convertirla en hotel, se ha puesto en foco en la posibilidad de las instalaciones en Sanlúcar la Mayor, donde tiene el mayor complejo de energía termosolar del mundo, o incluso en Torre Sevilla. 

Todo está pendiente también de la operación con la Junta de Andalucía para trasladar a Palmas Altas la Ciudad de la Justicia, un proyecto que el vicepresidente, Juan Marín, ha calificado de “viable”, pero sobre el que tiene ciertas dudas en cuanto a los “problemas de movilidad” en el entorno, donde el campus de Abengoa tiene una superficie de casi 50.000 metros cuadrados en siete edificios, de los que llegó a ocupar cinco en sus buenos tiempos, pero se ha quedado en dos. Los otros dos, también vacíos, porque estaban alquilados a la Universidad Loyola Andalucía hasta que este curso se ha marchado a su nuevo campus en Dos Hermanas.

Todo ello en un contexto en que Abengoa continúa haciendo un esfuerzo para reducir su deuda. El primer semestre de 2019 no le ha ido mal: ha obtenido un beneficio en su marca dominante de 2.229 millones de euros, frente a las pérdidas de 99,5 millones de euros del mismo periodo en 2018, “debido principalmente a los efectos de la reestructuración financiera al registrar los nuevos instrumentos financieros a valor razonable”, según ha informado la propia compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).