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El coronavirus no puede con la Semana Santa de Sevilla, pero la trastoca (de momento)

Carrera oficial de la Semana Santa sevillana

Carmen Ibáñez

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Si hay algo inmutable en la ciudad de Sevilla es su Semana Santa que, año tras año, y van siglos, marca como ningún otro acontecimiento el calendario social y económico de la ciudad. En 2020, sin embargo, la irrupción inesperada del coronavirus -un fenómeno global, inesperado y, de momento, incontrolado,- planea sobre esta celebración en la que las calles y las iglesias se llenan de gente y los hoteles y alojamientos turísticos cuelgan el cartel de “todo ocupado”. Está por ver el grado del impacto que tendrá finalmente esta nueva gripe en la semana grande de Sevilla. En lo económico, ya hay señales de alarma, mientras que en lo social, en el día a día de los sevillanos que viven la Semana Santa, de momento el impacto es tímido y la cuaresma ya ha comenzado.

A juzgar por la opinión de los fieles que a última hora de la tarde de este miércoles se acercaron al besapiés del Señor de la Sentencia, en la Basílica de la Macarena, los medios de comunicación tienen gran parte de culpa a la hora de crear una alerta “injustificada” entre la población. Varios de los preguntados por este diario coincidieron en apreciar mucha menos afluencia de gente para este rito que otros años. Muchos de ellos “habían oído hablar” de la recomendación de la coordinadora del grupo de seguimiento del Covid-19, Inmaculada Salcedo, que el miércoles desaconsejó en una entrevista en el Diario de Sevilla este tipo de prácticas, los besamanos, a los que definió como una práctica de riesgo para el contagio y la propagación de este virus.

El besamanos es un rito común en los templos repartidos por la geografía española y andaluza en particular. En el caso de Sevilla, congregan a un gran número de fieles en torno a las figuras que por unos días se bajan del pedestal para que puedan ser venerados de cerca. A los cristos se les besan los pies y a las vírgenes, las manos. Algunas de estas imágenes, como la Virgen de la Esperanza Macarena, congregan a decenas de miles de personas cada 18 de diciembre, que es cuando se la baja del altar para que los fieles la puedan ver de cerca. Precisamente, la Hermandad de la Macarena fue la primera en la historia en organizar un besamanos un 18 de diciembre de 1925.

Cuaresma, besamanos y coronavirus

El azar ha querido que la irrupción del Covid-19 haya coincidido con la llegada de la Cuaresma, que es cuando la frecuencia de los besamanos se multiplica en toda la ciudad. Pese a las recomendaciones de la experta, de momento no hay ninguna instrucción o decisión firme por parte del Arzobispado ni de las autoridades sanitarias para suspender estos actos. Y mientras no la haya, las hermandades sevillanas lo mantendrán tal cual, según confirman desde el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, y desde otras hermandades como Santa Genoveva, El Silencio o La Macarena.

En Málaga, por ejemplo, hay dos cofradías, La Cofradía del Rocío y la de Santa Cruz, que han suspendido los besamanos previstos para este fin de semana siguiendo estos consejos de prudencia. Y en Madrid, donde más casos de infecciones se han registrado hasta el momento, se ha suspendido el tradicional y multitudinario besapiés del Cristo de Medinaceli, siguiendo igualmente, las recomendaciones del Arzobispado de Madrid.

Los fieles consultados este miércoles en las puertas de la Basílica de la Macarena no creen que vayan a cambiar mucho los hábitos de los sevillanos y resto de público que disfruta la Semana Santa. Algunos optan por besar los pies de la talla “con más cuidado” o por encomendarse a Dios “partiendo de la base de que no es algo muy higiénico”, y otros, directamente, no le dan importancia al riesgo de contagio.

“Exceso de precaución” que genera alarma, dice Turismo

Lo que sí se expande es la alarma y el temor en el mercado turístico, según trascendió el miércoles de las palabras llamando a la “tranquilidad” y al “sentido común” del delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, quien confirmó que el miedo al coronavirus ha afectado a las reservas del mercado asiático y norteamericano.

“Insisto en lanzar un mensaje de tranquilidad y sentido común en este momento para no alarmar a los mercados turísticos, para que la gente deje de venir a Sevilla, porque no hay motivo”, enfatizó el concejal tras valorar como “un exceso de precaución” la cancelación de determinados congresos y convenciones. Esta misma semana, el Ministerio de Sanidad ha acordado con las comunidades autónomas la cancelación de todos los congresos, cursos, talleres y jornadas que impliquen a profesionales sanitarios.

El sector turístico, de momento, es el que más inquietud refleja ante los efectos que tiene la expansión del miedo a contagios. El propio Muñoz reveló que tras una reunión con la patronal, han acordado reforzar las políticas de promoción en el mercado asiático y estadounidense que son, dijo, los que “se están resistiendo más”. Cifras concretas sobre cancelaciones o descenso del ritmo de reservas no se facilitan por parte de los empresarios en estos momentos para evitar mayores perjuicios en esta época fundamental para su negocio.

Para los establecimientos de restauración y los alojamientos hoteleros de Sevilla, la primavera representa entre un 25 y un 30% de su facturación anual, según explicaron a este diario desde las correspondientes patronales.

16 contagios de 261

En este momento, en Andalucía hay 16 personas contagiadas con el Convid-19, una de ellas en estado grave ingresado en la UCI en Málaga. En toda España son 261 las personas que hay contagiadas, según datos oficiales, y tres personas fallecidas con el virus (una en Vizcaya, otra en Valencia y otra en Madrid). Además, se investigan otros dos casos de fallecimientos.

“Los medios tienen mucha culpa de la alarma”, explicaba una joven estudiante de medicina a las puertas de La Macarena. “Está poniendo en riesgo el turismo y os pediría que contarais que es una gripe como otra cualquiera que no puede echar abajo una tradición con tantos años”, zanjaba.

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