De la euforia al drama: un premio de 100.000 euros y los cupones no aparecen
Pasar de la euforia a la desesperación puede ser cuestión de segundos, y es lo que le ha pasado a un matrimonio vecino de Sevilla que el pasado 1 de octubre compraron cinco cupones de la ONCE en un restaurante de Sanlúcar de Barrameda que resultaron premiados, aunque el premio se ha ido al limbo al haber extraviado cuatro de esos cupones (el quinto se lo regalaron al camarero que les atendió).
Desde la ONCE se explica a eldiario.es/andalucia que las posibilidades de cobrar el premio sin presentar el cupón son remotas, pero una denuncia con todos los detalles posibles puede hacer que se obre el milagro.
Su restaurante de siempre
La historia arranca el pasado 1 de octubre en torno a las tres de la tarde. La pareja estaba en el citado restaurante de la calle Bajo de Guía de la localidad gaditana, y cuando un cuponero se acercó a ellos y le compraron cinco cupones en total. Era su vendedor de siempre, porque hace más de 30 años que pasan en Sanlúcar de Barrameda al menos tres días a la semana, y les había atendido su camarero, también de siempre, al que regalaron uno de los cupones. Los otros cuatro se los guardaron.
Al día siguiente, ya en su casa, se dieron cuenta de que habían extraviado los cupones, pero no fue hasta el 6 de octubre cuando comprobaron que habían sido premiados con 25.000 euros cada uno. A partir de ahí, comenzaron a pensar cómo podrían cobrar el premio, y solo tenían una pista para ello: que el cupón que regalaron al camarero de la serie 06, de modo que los suyos perdidos tendrían que ser de las cuatro anteriores o posteriores.
Con estos datos, han presentado una reclamación ante la sede de la ONCE en Sanlúcar. En la misma han aportado los nombres y DNI del vendedor y el camarero, y todos los detalles posibles para intentar convencer a la organización de que son los legítimos premiados, pero por ahora no han tenido resultado positivo.
“Es un cheque al portador”
Sergio Llera, Jefe de Juego de la ONCE en la provincia de Cádiz, no ve una fácil solución a este asunto. Recuerda que el cupón “es un cheque al portador”, que lo cobra quien va a la ventanilla, pero sí aporta algunas claves que la familia puede seguir, como incluir en su denuncia todos los datos posibles, e incluso seguir una acción judicial que haga que un juez dicte cautelarmente el “secuestro” del premio, de modo que se bloqueen todos los boletos premiados que correspondan a las series denunciadas.
Pero todo ello, en el caso de que el cupón no haya sido cobrado por la persona que los encontró, por ejemplo, tirados en la calle. Si se han cobrado, ya será imposible reclamar el premio.
El matrimonio ya presentó una primera reclamación, sin éxito. La ONCE le contestó vía mail que “según se establece en el correspondiente Reglamento Regular, los productos ONCE son pagaderos al portador contra su presentación y entrega, no pudiendo sustituirse por ningún otro documento o testimonio. En ambos casos, el cupón es el único instrumento válido para solicitar el pago de premios y constituye la única prueba de participación en el sorteo”.
La respuesta de la organización les remite a su web oficial para tener más información.
Llera insiste en que cualquier dato puede ser bueno para la denuncia, incluso las cámaras de vigilancia del local donde compraron los cupones, aunque asegura que en su memoria no hay precedentes en torno a casos como este que finalmente haya ganado el comprador de los cupones premiados.
Por ahora, la familia va a presentar una nueva reclamación aportando la denuncia presentada ante la Policía Nacional. Solo quedará esperar que se obre el milagro.
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