La Inteligencia Artificial te ha encontrado ese sitio en el que has aparcado en Sevilla
La Inteligencia Artificial te ayuda a aparcar en la zona azul de Sevilla, que es lo mismo que decir en los sectores más complicados de la ciudad. Porque incluso pagando no es fácil encontrar un sitio para estacionar en la calle, así que toparte con un sistema que te dice dónde puedes encontrar un hueco con una posibilidad de acierto del 92% no es una cuestión menor.
La información la aporta la aplicación Apparkya de Aussa, la empresa que gestiona la zona azul en la capital hispalense. Los datos se muestran con un código semafórico de colores, con lo que el verde indica dónde es más fácil aparcar y el rojo avanza que habrá que sudar tinta para conseguirlo. La recomendación que se ofrece es fruto de un algoritmo que calcula las posibilidades en base al barrio y la hora, es decir, el sistema no 've' si hay un sitio real, pero por estadística sabe que con toda probabilidad lo habrá.
El resultado es fruto de combinar el trabajo de aforo de los controladores, que cada media hora marcan manualmente las plazas que hay, y un software que utiliza datos tanto en tiempo real como históricos. Esto supone que se tiene en cuenta la ocupación de una calle cada día de los últimos años, una información que se procesa en redes neuronales que van aprendiendo sobre la marcha y que arrojan el resultado como una probabilidad que en la mayoría de los casos se cumple.
La propia Inteligencia Artificial “verifica sus datos y se retroalimenta, con lo que con el tiempo el sistema es cada vez más eficiente”, apunta José Carlos Cabaleiro, gerente de Aussa, que incide en el ahorro de tiempo que esto supone para el conductor y que se ha calculado en una hora semanal para alguien que aparca de lunes a viernes. Esto viene a suponer unas 45 horas al año, un factor al que se suma a la cuestión económica, ya que esto se traduciría también en un menor gasto de combustible que se cifra en 145 euros anuales.
7.000 plazas de zona azul en Sevilla
Este efecto beneficioso “se multiplica por millones de coches en las zonas en la que estacionamiento está regulado”, subraya. En Sevilla son unas 7.000 plazas de aparcamiento las que gestiona Aussa, que en total se encarga de 21.513 estacionamientos en 18 ciudades que suman una población conjunta de casi un millón y medio de personas.
El siguiente paso tirando de Inteligencia Artificial será complementar la aplicación con un chatbot, lo que se quiere desarrollar a lo largo de este 2024. Esta utilidad interactuará de forma automatizada en formato texto a través del mail y de whatsapp, que en la actualidad son las vías por las que se atienden el 98% de las demandas de información. En un futuro a corto plazo también se podrá interactuar con voz.
También para más adelante, en concreto para 2026, se pretende convertir este chatbot en un avatar con sus facciones y sus gestos para interactuar de una manera más “orgánica y humanizada” con el usuario, que podrá acceder a través de videollamada o llamada de voz. En el intermedio entre estos dos objetivos, en concreto para 2025, la intención es completar un repositorio de datos de uso interno que permita el tratamiento unificado de los mismos para evitar procesos repetitivos, reducir errores y que las peticiones de información formuladas sean tratadas con inteligencia aplicada a la respuesta.
Margen para duplicar las actuales plazas
En cuanto a las posibilidades de expandir la zona azul en Sevilla, José Carlos Cabaleiro apunta que esa cuestión está en manos del Ayuntamiento hispalense, que en principio parece que “quiere dar el salto”. Y si ahora hay 7.000 plazas, ¿hasta cuánto se podría crecer? “Llegar a más del doble sería algo razonable”, considera atendiendo a la comparación con otras capitales y a las características de la propia ciudad, con 350.000 vehículos matriculados y 180.000 plazas de aparcamiento en la calle.
La zona azul va camino de cumplir 26 años en Sevilla, un tiempo en el que el gerente de Aussa considera que se ha producido una considerable evolución. “Empezó como un ogro que iba a estropear muchas cosas”, rememora, y ahora “vecinos y comerciantes la piden” porque implica tener disponibilidad de aparcamiento en zonas con mucha afluencia de coches. “La gente ha asumido que el coste merece la pena”, lo que se aprecia en datos como que entre 2007 y 2023 las denuncias por infracción en la zona azul se han reducido un 70%.
En las 7.000 plazas de Sevilla se producen al año seis millones de estacionamientos, con una media de tiempo de algo más de una hora y el entorno del Arenal como el más utilizado. Otra de las tendencias es que la aplicación se está convirtiendo en el principal medio de pago, lo que conduce a que los 220 parquímetros que ahora hay “acabarán por desaparecer”. De hecho, ya hay ciudades en las que se han estrenado zonas de pago sin estas máquinas, en las que no cuajó la opción de usarlas como puntos de información (turística sobre todo) y que están condenadas a la extinción como ya le ocurrió a las cabinas telefónicas.
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