La izquierda y Vox tumban el presupuesto del Ayuntamiento de Sevilla y abocan al alcalde del PP a una cuestión de confianza

Sin novedad en el frente. El Ayuntamiento de Sevilla tenía un camino corto para tener presupuesto, que pasaba por su aprobación en la sesión plenaria de este lunes, lo que estaba escrito que no iba a ocurrir y así ha sido. Ahora hay que tomar el sendero largo, que pasa por que el alcalde, José Luis Sanz (PP), se va a someter este viernes a una cuestión de confianza vinculada a la aprobación de las cuentas. Esta votación también la perderá porque el PP no tiene mayoría absoluta, lo que a su vez llevará a que la oposición (PSOE, Vox y Podemos-IU) tendrá un mes para presentar una moción de censura para desalojar al regidor, para lo que es necesario un pacto a tres bandas. Esta gran coalición antinatura no se materializará, lo que en paralelo conllevará la validación automática del presupuesto. Es decir, que ya está escrito de antemano cómo terminará este tortuoso viaje.

Esta historia pone de manifiesto varias evidencias, como que Sanz va a aprobar sus primeras cuentas como alcalde por la puerta de atrás y con el rechazo de la mayoría del pleno, una maniobra amparada por la Ley de Régimen Electoral General (Loreg) ante la imposibilidad de los regidores de disolver y convocar elecciones anticipadas. El PP ha sido incapaz de encontrar aliados a derecha o izquierda, por lo que apechuga este sinuoso viacrucis con su consiguiente desgaste político, pero con la satisfacción de contar con un presupuesto propio que se prorrogará en 2025, ya que la Loreg sólo permite usar dos veces esta bala de plata durante un mandato municipal. Si nada cambia, el horizonte pasa por repetir la jugada en 2026, ya que no puede usarse en año electoral y en 2027 tocan elecciones.

Con el guión escrito de antemano, el pleno de presupuestos ha sido una escenificación en la que se ha dado la paradoja de que el delegado de Hacienda, Juan Bueno (PP), ha dibujado un panorama dantesco con riesgo incluso de problemas para abonar la luz o la nómina de los trabajadores municipales mientras el líder de la oposición, el socialista Antonio Muñoz, se ha esforzado en demostrar que “la ciudad no está bloqueada” y no hay riesgo de impagos. De la compleja aritmética del pleno hispalense da cuenta que no se ha aprobado ninguna propuesta, ni las cuentas del PP ni las tres enmiendas a la totalidad presentadas por PSOE, Vox y Podemos-IU.

“Vodevil”, “teatro”, “circo”...

Con todas las cartas sobre la mesa, nadie se ha salido de lo previsible. Los dos bloques (gobierno y oposición) se han acusado mutuamente de no tener interés en negociar, lo que para José Luis Sanz pone de manifiesto que “PSOE y Vox unen sus fuerzas contra Sevilla”. La actitud del PP ha sido calificada como “vodevil, culebrón y comedia (Antonio Muño, PSOE), ”mero teatro“ (Cristina Peláez, portavoz de Vox) y ”circo porque le han pillado in fraganti en pleno pacto con la ultraderecha“, según Susana Hornillo, portavoz de Podemos-IU.

El alcalde ni ha llegado a entrar en la cuestión presupuestaria, centrando su ataque en un Antonio Muñoz al que le ha echado en cara su “incapacidad política manifiesta porque le regalaron la Alcaldía y la perdió en año y medio”. A Vox le ha recordado que “no son imprescindibles” y le ha reprochado el “papel de muletilla” de los socialistas que está jugando, al votar sistemáticamente en contra de casi todas las propuestas del PP si no entran en el gobierno local.

Muñoz, por su parte, ha apuntado que Sevilla no está bloqueada como pretende vender el gobierno local para así meterle presión a la oposición, “bloqueado y desnortado está usted, que va a aprobar el presupuesto por la gatera”. Además de afearle su “improvisación permanente” y sus “ocurrencias frívolas”, han presentado a Sanz como rehén del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno (“es un alcalde intervenido por San Telmo”), aunque con la “suerte” de que le salva la aritmética del pleno porque “sabe que nunca vamos a poneros de acuerdo con Vox”. En el Ayuntamiento de Sevilla la mayoría absoluta está en 16 concejales, con 14 del PP, 12 del PSOE, tres de Vox y dos de Podemos-IU.

“Desmantelamiento de lo público” e “ingresos irreales”

Por lo que respecta al presupuesto en sí, Ismael Sánchez (IU) ha criticado que fomentan el “desmantelamiento de lo público”, incrementan “la brecha entre pobres y ricos” “favorecen a la oligarquía financiera” con el pago de altos tipos de interés por los créditos concedidos. Cristina Peláez (Vox) cargó contra la “previsión de ingresos irreal” y la “ingente cantidad de gasto superfluo” que mantiene el PP heredado del PSOE, en el que incluyen la inversión en cooperación al desarrollo o las ayudas al colectivo Lgtbi.

La portavoz adjunta del PSOE y exdelegada de Hacienda, Sonia Gaya, ha tildado las cuentas de “carentes de rigor, irresponsables y que no atienden a las necesidades” de la ciudad, mero “papel mojado” porque “prevén más ingresos de lo que van a recaudar”. Al margen, se va a incrementar el endeudamiento (se pedirán créditos por valor de 61 millones de euros) y siguen sin cubrirse las numerosas vacantes en la plantilla municipal.

1.300 millones de presupuesto consolidado

Pese a lo aparatoso del rechazo al presupuesto municipal y la activación de la cuestión de confianza por José Luis Sanz, con la consiguiente reprobación al regidor, lo cierto es que la aprobación de las cuentas está más cerca y se producirá de manera inevitable. Una vez que la mayoría del pleno le diga a Sanz que desconfía de él, deberá pasar un mes de rigor que (también de manera inevitable) transcurrirá sin que la oposición presente una moción de censura, algo implanteable porque supondría una alianza de PSOE y Podemos-IU con Vox. Así que el final de esta historia está escrito de antemano: la mayoría de concejales reprobará al alcalde, que encajará el golpe a cambio de contar con sus propias cuentas.

Un presupuesto consolidado, por cierto, que en número redondos asciende a 1.300 millones de euros incluyendo organismos públicos y empresas municipales. Entre las principales cifras está la de 150 millones en inversiones o el anuncio de contar con 150 nuevos policías locales y 200 trabajadores más para Lipasam, la empresa municipal de limpieza, compromisos de difícil cumplimiento por los pocos meses que va a tener el gobierno local para ejecutar estas cuentas. Son, junto a una mayor dotación para los barrios desfavorecidos, las mismas prioridades que se anunciaron cuando –hace ya más de medio año– se presentaron las líneas generales de unas cuentas que ya están más cerca de concretarse.

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