Los niños podrán ir gratis a los toros en Sevilla en pleno contraataque taurino por el Premio Nacional de Tauromaquia

Escolares en las clases de toreo que ofrece la Maestranza todos los años.

Antonio Morente

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Con el mundo del toro en plena convulsión por la decisión del Ministerio de Cultura de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, la Maestranza de Sevilla ha pasado al contraataque con la iniciativa de dejar entrar gratis a los menores de 8 años que vayan acompañados de un adulto. Una medida con la que se quiere incentivar la afición entre los más pequeños y que pone de manifiesto, una vez más, que la actual normativa no pone ningún tipo de impedimento para que los niños puedan acudir a espectáculos en los que se da muerte a un animal.

La campaña ha sido bautizada como Una entrada, un niño gratis, y con ella la empresa Pagés (que gestiona el coso hispalense) resalta que da “un paso más” en su “línea habitual de fomentar la afición desde las más tempranas edades”. De esta manera, todo adulto que compre una entrada o posea un abono podrá acudir a las novilladas programadas esta temporada acompañado de un menor, en lo que los impulsores definen como una “innovadora medida”.

La empresa Pagés subraya que así “se propicia el contacto de los más pequeños con la tauromaquia de la mano de sus familiares”. A su juicio, ésta es “la mejor forma de introducirlos en el mundo del toro y de fomentar el interés y la afición en los más pequeños”.

“Reacción” del mundo taurino

No es la única acción dirigida a los menores que lleva a cabo la Maestranza, que lleva nueve años impulsando un taller de tauromaquia en el que ofrece clases gratuitas de toreo de salón a jóvenes de entre 12 y 20 años. En la edición de este año, celebrada en abril, se ha batido el récord de participación con un millar de asistentes provenientes de colegios privados (que organizan excursiones) y de la Tertulia Taurina Universitaria.

“Esto es una reacción más porque el avispero taurino está muy removido con lo del Premio Nacional de Tauromaquia”, apunta Clara Márquez, coordinadora en Sevilla del Partido Animalista Pacma, uno de los principales impulsores del movimiento antitaurino en España. “Hace tiempo que vienen viéndole las orejas al lobo y la reacción social es cada vez mayor” –incide– ante “un espectáculo bochornoso y que es una aberración”, a lo que añade la ironía de que todo esto ocurra en Sevilla, que tiene la consideración por Unicef de Ciudad Amiga de la Infancia.

Con esta iniciativa, lamenta, lo que se busca es “el adoctrinamiento para que normalicen el maltrato como algo natural”, una posibilidad allanada por la laxitud de unas normativas estatal y autonómica que no ponen límites a la edad con la que se puede asistir a una corrida de toros. Eva Ramos, asesora jurídica de Pacma, explica en este sentido que Andalucía permite la entrada sin restricciones a los niños en los espectáculos taurinos, y que sólo fija topes para inscribirse en un aula taurina (10 años), recibir clases prácticas en las mismas (14) y participar en festejos (16).

Una competencia autonómica

En la provincia de Sevilla, de hecho, se formó un buen revuelo hace una década cuando el municipio de Utrera aprobó una ordenanza que prohibía el acceso a los menores de 7 años a las plazas de toros. Finalmente, se dio marcha atrás ante la considerable presión taurina y la advertencia de la Junta de Andalucía (entonces liderada por el PSOE) de consecuencias por infringir el ordenamiento jurídico. La regulación de la entrada a estos espectáculos es autonómica y en la actualidad sólo Baleares pone restricciones a los menores, algo a lo que por cierto el actual gobierno PP-Vox quiere darle la vuelta.

Desde el otro lado de la barrera, los aficionados taurinos defienden que la asistencia a las corridas de toros no tienen mayor impacto en los niños. Así lo defiende también un informe realizado por la Fundación Toro de Lidia, que concluye que “los estudios científicos realizados sobre el impacto de los espectáculos taurinos sobre menores arrojan que no existe ningún efecto nocivo”. En paralelo, resalta que “no existe ningún trabajo científico que demuestre que participar como espectador menor de edad en un corrida de toros tenga efectos nocivos de ningún tipo”.

Aviso de la ONU y apoyo del Gobierno andaluz

Unos resultados nada sorprendentes provenientes de una fundación que, según la denuncia de Pacma, ha recibido en los últimos cuatro años más de 2,3 millones de euros de fondos públicos provenientes del Estado, diputaciones provinciales y ayuntamientos. El Partido Animalista, asimismo, ha llevado al Estado español ante el Comité de Derechos del Niño de la ONU para denunciar lo que considera desprotección de los menores en estos espectáculos, un proceso que sigue abierto pero que llevó a este comité a recomendar que se prohíba el acceso de los pequeños a las corridas de toros.

Todo esto ocurre, además, en una comunidad como la andaluza con un Gobierno autonómico que se declara taurino y que está aumentando las ayudas públicas a los municipios que organizan festejos y a las propias escuelas taurinas. Además de revolverse contra la anulación del Premio Nacional de Tauromaquia, el Ejecutivo que preside Juan Manuel Moreno (PP) ha aumentado las retransmisiones de corridas de toros por Canal Sur y ha instituido este año los Premios Andalucía de la Tauromaquia.

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