La bailaora y coreógrafa sevillana Rafaela Carrasco ha sido galardonada con el Premio Nacional de Danza 2023 en la modalidad de Creación, un reconocimiento que comparte con Melania Olcina (premiada en el apartado de Interpretación) y que ha recibido alzando la voz porque “la mujer en muchos tablaos ha cobrado menos que el hombre, pero ya se está igualando”. La artista se ha mostrado “muy contenta, muy ilusionada” al recibir este premio a los 50 años, tras “más de 30 años de profesión y 21 años como directora de compañía privada”.
“La mejor manera de poder recibir una noticia de este tipo es trabajando y haciendo lo que tenemos que hacer, que es estar creando”, ha defendido en declaraciones a Europa Press. El jurado le otorga este reconocimiento por “la singularidad de sus creaciones y por haber marcado un discurso coreográfico dentro de la creación flamenca, siendo un referente actual transmitiendo su particular estilo a generaciones venideras”.
Para la galardonada, que aún no ha decidido qué hacer con los 30.000 euros del premio pero que asegura que le vendrán “muy bien porque las producciones son enormemente caras”, tener este reconocimiento a estas alturas es “poner en relevancia toda una carrera profesional”. Espero que todavía me sigan quedando años por delante, soy una afortunada de esta profesión. Recibir este reconocimiento es una palmadita en la espalda que te da sentido y te reconforta después de tantos años“, ha añadido Carrasco.
La visibilidad de la danza en España es “mínima”
Asimismo, ha advertido de que una “gran problemática” del sector es que las programaciones tienen “muy poca” danza, ya que, en sus palabras, “a lo mejor un 80% es teatro y como mucho un 20% es danza”. “La visibilidad que tiene la danza en España es mínima y eso tenemos que seguir reivindicándolo”, ha apostillado.
Ambas premiadas han coincidido en que otro de los problemas de la danza es la “falta de espacios de creación grandes”, espacios, según ha señalado Carrasco, “donde realmente puedas probar y desarrollar un proceso creativo, de propuesta escénica, en el que puedas llevar a cabo lo que tienes en la cabeza”. “Hay mucha necesidad y mucho trabajo por hacer, necesitamos muchos apoyos y más facilidad. Ahora mismo estaba buscando un espacio para ensayar, es bastante difícil encontrarlo. Esta semana no encontraba una sala de ensayos para poder seguir trabajando, es una tónica habitual”, ha lamentado Melania Olcina.
Olcina, que es intérprete, coreógrafa, videoartista y asistente coreográfica, no ha podido “parar de llorar” al recibir la noticia del premio. “Es un honor, estoy tan emocionada que no podía parar de llorar. Estaba en un ensayo y justamente me llama el ministro de Cultura y me da la enhorabuena, no podía parar de llorar”, ha comentado.
El jurado ha propuesto la concesión de este galardón a Melania Olcina, “por su personalidad única, sumada a un cuerpo inteligente expresivo y poético que emociona e hipnotiza al espectador, así como por su versatilidad y madurez escénica”. “Va directo al corazón, es pura gratitud, es como un regalo”, ha agregado la coreógrafa, quien ha asegurado que todavía no le ha dado tiempo a pensar qué hacer con el premio económico al estar todavía “con la emoción” y “desbordada” por la noticia.
El caso Luis Rubiales
En referencia a la denuncia de la jugadora de la selección española Jenni Hermoso contra Luis Rubiales por el beso en la boca que le propinó en la entrega de trofeos del Mundial, las galardonadas con el Premio Nacional de Danza han coincidido en señalar que nunca han vivido una situación similar.
“Yo me he enterado de esta noticia por mi familia, vivo tan focalizada en mi trabajo que no he podido ver esta noticia, pero en mi experiencia personal nunca he sentido acoso”, ha relatado Olcina. En la misma línea, Carrasco ha puntualizado que en la danza no ha “visto ni vivido este tipo de acosos directamente”. “Yo nunca lo he vivido, nunca me he sentido acosada, no lo he vivido nuca”, ha reiterado.