“La memoria intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros”, decía el historiador francés Jacques Le Goff. Y para construir las páginas de la historia, nada más útil que el aporte documental. Como muestra, la exposición 'Sevilla en guerra: 1936-1939' organizada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a través del Archivo Histórico Provincial de Sevilla.
Cuando se cumplen 41 años de la muerte del dictador, Francisco Franco, y a 80 años del estallido golpista que provocó la guerra civil española quedan relatos por escribir. El país de la desmemoria, sembrado de fosas comunes y de olvido a las víctimas del fascismo, ofrece a cuenta gotas escaparates tan completos como el expuesto. Una recopilación que certifica, si había dudas, el “papel capital que tuvieron Sevilla y su provincia en el comienzo de la rebelión y en el trascurso del periodo bélico”.
Sevilla, entonces, como base del ulterior triunfo fascista. Y también del terror fundacional del franquismo. La exposición, inaugurada por la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso Lappí, y el director general de Memoria Democrática, Javier Giráldez, está abierta al público hasta el próximo día 5 de enero de 2017. Participaron en el arranque la directora del archivo provincial, Amparo Alonso, y el comisario de la exposición, Antonio García.
En la elaboración de 'Sevilla en guerra: 1936-1939' han colaborado las direcciones generales de Memoria y de Innovación Cultural y del Libro. El material seleccionado sirve además para afianzar el compromiso “con la recuperación de la Memoria Histórica a partir de la difusión y el conocimiento, de la investigación y de la puesta en valor de los archivos como centros de transmisión de saber sobre nuestro pasado”, según la organización.
Un golpe “vergonzoso y criminal” contra la República
El material seleccionado parte de distintos fondos documentales del Archivo Histórico Provincial de Sevilla. De aquellos legajos salen a la luz fotografías, libros y escritos que atestiguan cómo el ejército Sur, comandado por Queipo de Llano, usa la ciudad como base rebelde que cimenta la victoria final de Franco y los sublevados.
Un “rico patrimonio” obtenido para la muestra del Fondo de la Prisión Provincial de Sevilla, del Juzgado de 1ª Instancia sevillano, del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas y del archivo de la Naviera Ybarra que proporcionaría apoyo logístico. Con el 'barco de la muerte', por ejemplo: el cabo Carvoeiro.
“Al levantaros en armas contra la República habéis cometido un acto vergonzoso y criminal”, escribía el Gobierno republicano en unas octavillas inéditas que fueron impresas en los talleres del diario El Liberal de Sevilla. La idea, tatuada en estos pergaminos rescatados del olvido, era lanzar esta proclama sobre las tropas sublevadas en el Protectorado Español de África ordenando su rendición. Está fechado el propio 18 de julio de 1936, por orden del presidente de la República, Santiago Casares Quiroga.
'Sevilla en guerra: 1936-1939' expone cómo se desarrolló y quiénes protagonizaron los sucesos golpistas en la ciudad. Qué elementos toman las armas y cómo se produce la sucesiva ocupación a sangre y fuego de los pueblos. Incluso cuenta de qué forma sucedía la vida cotidiana en una Sevilla transformada en plaza clave de la retaguardia franquista.
Patrimonio documental para la memoria colectiva
Con este objetivo divulgador, la exposición explica las fases y los distintos procedimientos represivos ejecutados por los golpistas durante el periodo bélico y la posguerra. Y hay un apartado, también, a informar sobre las diversas iniciativas investigadoras relacionadas con la Memoria Histórica que han basado sus trabajos en los documentos obrantes en el Archivo Histórico Provincial.
El patrimonio documental, puesto así, como sustento de la memoria colectiva y fuente primaria para la investigación histórica. Para contar cómo la conspiración contra la República devino en un golpe de Estado que, en Andalucía, sólo triunfaría en capitales como Cádiz y Córdoba junto a Sevilla. Y cómo el fracaso de la asonada provocó una cruenta guerra civil que sumió luego a España en una larga dictadura.
Como dice el párrafo 50 del Informe del Relator Especial de la ONU sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, dedicado a las violaciones de los derechos humanos durante la guerra civil y la dictadura franquista: los archivos están en una situación central en el impulso del derecho a la verdad. Y la muestra 'Sevilla en guerra: 1936-1939' cumple con el propósito al establecer mecanismos de acceso a los archivos y fondos documentales. O como escribía Le Goff, “procuremos que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento”.
Una muestra dividida en varios espacios expositivos
El primer ámbito de la exposición, titulado Sevilla, julio de 1936, narra la forma en que se produjo el golpe de Estado en Sevilla, la resistencia mostrada por las autoridades republicanas y los vecinos de los barrios obreros y la ocupación de la provincia por parte de los sublevados. Este ámbito se articula en las siguientes escenas: El Golpe, 18 de julio; La batalla de la Plaza Nueva; La columna minera de Huelva, 19 de julio; Banderas blancas en Triana, 20 – 21 de julio; La resistencia de los barrios, 22 de julio; Consummatum est, resistencia y ocupación de la Provincia, 18 de julio – 11 de septiembre; y, la instalación Barricada de la Memoria, donde se proyectarán documentales relativos al conflicto civil en Sevilla.
El segundo ámbito, denominado Capital del Virreinato, pretende representar cómo el General Franco fue acaparando el poder en el “Nuevo Estado” creado por los sublevados. Además, a través de los documentos se testimonia como fue la vida cotidiana en la Sevilla del General Queipo de Llano, militar que convirtió a la capital hispalense en el centro de su poder. Una Sevilla de discursos grandilocuentes, de desfiles, de himnos patrióticos y de grandes actos públicos. El área se desarrolla en las escenas: Una nueva era; ¡Buenas noches Señores!; En el frente; y, Victoria sin Paz.
El tercer ámbito, Borradas la piedad y la amnistía, recibe su título de una expresión utilizada frecuentemente por el General Queipo de Llano para advertir de las consecuencias que conllevaban la oposición al golpe de Estado. Desde el inicio del conflicto civil los sublevados desataron una ola represiva destinada a la neutralización física del enemigo político y al control del resto de la población mediante la ejemplaridad, la obediencia y la sumisión. Esta violencia no solo acompañó al golpe en sus comienzos, provocando multitud de muertes en los momentos de combate abierto entre sublevados y defensores de la República. La represión se extendería durante y después de la Guerra Civil, cuando en la ciudad hacía tiempo que no se producían enfrentamientos armados. Este espacio se estructura en las siguientes escenas: En la Prisión de Sevilla; Cárceles provisionales; El barco-prisión Cabo Carvoeiro; Bando de Guerra; Consejos de Guerra; Responsabilidades políticas; Depuración.
El cuarto y último ámbito, titulado Recuperando el pasado, muestra las iniciativas públicas y privadas que desde la Transición han permitido reconstruir los hechos y recuperar la memoria de este período. El área destaca el papel de las familias en la reconstrucción de la memoria de las víctimas a través de la escena titulada Me llamo Antonino Sanz Toscano. La escena Memoria de Sevilla expone las investigaciones sobre la Guerra Civil en Sevilla realizadas con documentos de este Archivo Histórico Provincial.