La política y sus consecuencias sobre nuestras vidas. Análisis de las decisiones del Gobierno y las respuestas de la oposición. Porque necesitamos saber para poder decidir. Escribe Salomé García
Un silencio atronador
Moncloa. Página web. Agenda del presidente del Gobierno:
16/01/2013. Día que estalla el caso de los 22 millones de Bárcenas en Suiza: Rajoy recibe a los representantes de la candidatura de Madrid para los JJOO de 2020.
17/01/2013: Día que se conoce que Bárcenas regularizó sus 22 millones con la Hacienda española en 2012. Día en que descubrimos que el nombre de Mariano Rajoy aparece en los documentos del banco suizo como una de las tres personas de referencia para avalar a Bárcenas: no consta actividad pública alguna de Mariano Rajoy.
18/01/2013: Día que eldiario.es desvela que Bárcenas mantiene despacho, coche y secretaria en la sede central del PP y que el El Mundo sostiene que Bárcenas pagó durante años sobres con sobresueldos en metálico a los dirigentes del PP: el presidente del Gobierno preside la reunión del Consejo de Ministros.
Como recuerda Ignacio Escolar, Luis Bárcenas no es uno más en el PP. Lleva 28 años en el mismísimo centro de las decisiones financieras del partido, como tesorero y antes como gerente, al abrigo de Manuel Fraga, Hernández Mancha, José María Aznar y Mariano Rajoy, que lo ascendió a tesorero.
El silencio de Mariano Rajoy sobre este escándalo es atronador. 72 horas sin decir una palabra ni comparecer ante la opinión pública. Lo más que sabemos de fuentes de su entorno es que ha recibido estas informaciones “con sorpresa mayúscula”, ni siquiera ha tenido la decencia de trasladar su indignación. Cabe preguntarse si es que no la siente.
Han pasado 72 horas y el PP se hunde cada minuto un poco más en ese fango llamado Gürtel, y que hasta ahora sólo ha costado una condena: la del juez que decidió investigarlo, Baltasar Garzón. Cada vez sabemos más detalles de la mayor trama de corrupción de la democracia, con el agravante de que el protagonista es el partido que nos gobierna.
Pero no se inquieten, señores del PP, el escarnio les durará lo que aguanten los medios soltando información. No habrá una comisión parlamentaria que investigue todo esto (la mayoría absoluta del PP garantiza el ocultismo), el PP no abrirá siquiera una investigación interna (“nosotros ya hemos investigado mucho en el PP”, Cospedal dixit), la Fiscalía Anticorrupción descarta investigar de oficio, el fiscal general Torres Dulce no parece ser tan sensible a esta cuestión como lo fue cuando ordenó indagar sobre la custodia de los trenes del 11-M (puesta en duda por una información periodística) y al Tribunal de Cuentas ni se le ve ni se le espera. De dimisiones, ni hablamos.
En lugar de abrir ventanas y levantar alfombras para que corra el aire fresco, el PP cierra filas y hace como que esto no va con ellos. Es inevitable que crezca la indignación ciudadana por la enésima tomadura de pelo del Gobierno del PP a una sociedad asfixiada por los recortes. Veremos si esa indignación se desborda esta tarde a las 19.00 horas frente a la sede de la calle Génova. Esa sede en la que Bárcenas aún mantiene un despacho, una secretaria y un coche oficial.
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