Ayer saltaba la noticia: “Según los psicólogos acercarse a un altar puede calmar la tensión tras perder un trabajo o por el temor a perderlo”. TVE, el medio en el que se distribuyó esta información, es absolutamente confiable. Sobre todo al tratarse de una entidad pública y por tanto, independiente y veraz. Sin embargo, otros estudios han
ampliado el listado de propiedades aplicables a ciertos altares.
Al parecer, uno puede acercarse a los altares no solo para calmar el estrés ante un inminente desahucio, un recorte salarial, el deterioro de servicios públicos o los irrefrenables instintos etarras producidos por un embarazo indeseado. No. Los altares también pueden inducir el deseo sexual. Así lo constatan estudiosos de la misma importantísima Universidad que los psicólogos que elaboraron el anterior estudio (les rogamos disculpen que no enlacemos la fuente, pero son unos estudiosos tan importantes que no quieren ser molestados, trabajan en cosas muy importantes y en un silencio muy fuerte).