La Audiencia de Granada ha absuelto al padre Román, único acusado en el juicio del 'caso Romanones', considerada la mayor trama de pederastia eclesial de nuestro país y en la que estuvo implicado hasta el 7% del clero de Granada. El fallo, por unanimidad, ya se ha remitido a los procuradores, y ha condenado además al denunciante a las costas del proceso.
El fallo llega después de que el fiscal variara su posición y pasara de pedir nueve años de cárcel y una indemnización de 50.000 euros, a solicitar que quedara libre. Había visto, decía, “contradicciones y ambigüedades” en la única víctima, Daniel.
La sentencia, de 80 páginas, y suscrita por unanimidad, resulta tumbativa para Daniel. El fallo apunta a “versiones de los hechos imprecisas y vacilantes” del joven denunciante, al que condena expresamente al pago de las costas de la defensa. Contra la sentencia cabe recurso de casación de cinco días ante el Tribunal Supremo.
La sentencia indica que, a lo largo del procedimiento, especialmente en el acto del juicio, se ha puesto de relieve la “inconsistencia del relato del acusador particular, sin apoyo periféricos alguno y, al mismo tiempo, que determinadas circunstancias que él daba por ciertas e inequívocas, han sido desmontadas a través del material probatorio que obraba”.
La absolución del procesado, indica el fallo, se basa no solo en la falta de pruebas, sino en la falta de convicción que el testimonio de la presunta víctima causa, con “aspectos absolutamente inverosímiles”.
El tribunal también habla de “conducta desleal” del denunciante a lo largo del proceso, al ir aportando datos de manera sucesiva, y ocultando otros aspectos, como su presencia en determinadas fotos o el momento de cese de los presuntos abusos.
El caso juzgaba los presuntos abusos sexuales que sufrió Daniel durante años en el círculo religioso conocido como los Romanones. Se trataba de un grupo de 12 personas, diez de ellas sacerdotes, de ideas ultraconservadoras y prácticas modernas. Vestidos sin alzacuellos, con un alto nivel educativo y amplias posesiones por la provincia de Granada.
El caso se destapó especialmente cuando Daniel acudió por carta al papa Francisco tras no hallar respuesta en el arzobispado granadino. Su cabeza, Francisco Javier Martínez, fue reprendido por el Vaticano por no actuar con diligencia y le obligó a abrir una investigación canónica. Francisco llamó personalmente a la víctima, ahora condenada a pagar por la justicia española. El informe eclesiástico vio plausible que hubiera habido abusos.
A falta de más información, lo que sí se sabe es que, una vez se cierre el “caso Romanones” en su vertiente civil, se reabrirá la causa canónica, en la que se investiga no solo al padre Román, sino a otros nueve sacerdotes. En la actualidad, tanto el líder del clan como otros dos sacerdotes se encuentran suspendidos “a divinis”.
Entretanto, el arzobispo de Granada, Javier Martínez, continúa enfermo y sin participar en ninguno de los actos de la Semana Santa de la diócesis. En su lugar, confirma el arzobispado en un comunicado, las celebraciones litúrgicas corren a cargo del cardenal Fernando Sebastián, quien fuera arzobispo coadjutor de Granada hace décadas.