El Gobierno ya tiene una primera evaluación de cómo ha afectado el cambio en el sistema de becas que introdujo el año pasado. Y el balance responde a lo esperado por los responsables educativos: más becas y ligeramente más dotadas. Según datos del Ministerio de Educación compartidos este miércoles en la reunión del Observatorio de Becas, el número de becarios ha aumentado en 94.000 personas (40.000 universitarios), la ayuda media universitaria ha subido un 4% y se ha duplicado el número de beneficiarios de la beca completa, la que más dinero otorga.
Además, el Gobierno planea avanzar por la senda de la rebaja de los requisitos académicos que comenzó a transitar el pasado año: tras rebajar de 6,5 a 5 la nota media exigida para mantener la beca durante el periplo universitario, el curso siguiente será el turno de los másteres, según el borrador de Real Decreto que negocia estos días el ministerio. Para los habilitantes, obligatorios en algunos grados para poder ejercer la profesión, se rebaja desde el 6,5 a un 5 la nota exigida. Los no habilitantes, mayoritarios, se quedan como están, con un 7 de nota mínima.
En el debe, los estudiantes exigieron el martes al Ministerio de Universidades que retire la disposición por la que si no se supera un determinado número de créditos durante un curso hay que devolver las ayudas, una medida que también han criticado los rectores. También pide la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (Creup) que se actualicen los umbrales de renta que determinan quién tiene derecho a beca y qué beca recibe. “Siguen estando por debajo del umbral de pobreza”, justifica la Creup, lo cual significa que alguien puede ser considerado pobre oficialmente pero no tener derecho a la beca mejor dotada por exceso de ingresos.
También piden los estudiantes que aumenten las cuantías fijas ligadas a la residencia porque “en muchos casos no llegan a cubrir ni un tercio del coste de alquilar una habitación durante el curso (son 1.600 euros al año); que se deje de ”revictimizar“ a las víctimas de la violencia de género al exigirles ”una justificación burocrática excesiva“; y que se rebaje el grado de discapacidad que otorga un derecho a beca del 65% actual al 35% que defienden organismos como el Cermi.
Más de un millón de becarios
Cuando los Ministerios de Educación y Universidades presentaron hace un año su reforma del sistema de becas, heredado del PP, calcularon que aumentaría la masa de personas con derecho a beca y, particularmente, que se duplicarían los beneficiarios en la universidad de la ayuda completa, que incluye el pago de la matrícula, una cuantía fija y otra variable. La reforma que aprobaron ya apuntaba a eso: se redujeron los requisitos académicos para pedir y mantener una beca y se elevaron los umbrales de renta máximos para solicitarlas.
Así, este curso hay 94.000 beneficiarios más de las becas, según los datos que ha ofrecido el ministerio en el Observatorio de Becas. De ellos, 40.000 son universitarios y 54.000 no universitarios. A falta del balance definitivo y que los datos sean oficiales, esa incremento significaría que el número de personas que ha obtenido algún tipo de ayuda para estudiar en cualquier etapa educativa este año supera el millón (1.038.000 estudiantes).
También se han duplicado los becarios que reciben la ayuda completa al elevar un 33% el umbral de renta 1 (el más bajo y la categoría que conlleva la ayuda completa). El año pasado este grupo de personas era de 89.376 beneficiarios. Educación ha informado este miércoles de que este curso, con la subida del umbral, 89.500 personas han pasado del umbral 2 al 1, lo que supone la diferencia entre recibir una ayuda directa de 1.700 euros anuales o no recibirla.
Para acceder a esta ayuda hay que estar por debajo del umbral 1 de renta máxima fijado por el Gobierno, que en este momento está en 21.054 euros para una familia de cuatro personas (aquí las tablas completas). Quien entre en esta categoría no paga la matrícula y además recibe una ayuda fija de 1.700 euros (ha subido 100 respecto al pasado curso), una parte variable que se calcula según un complicado algoritmo en función de la renta y la nota media y otros 1.600 euros si el estudiante necesita cambiar de residencia durante el curso, además de entre 50 y 125 euros por obtener notas excelentes (a partir de un 8 de media). En total es un mínimo de 1.700 euros y un máximo de 3.425 euros más la parte variable.
Las unidades familiares que superen el umbral 1 aún pueden recibir una beca si están por debajo del 2 (36.421 euros anuales máximos de ingresos para una familia de cuatro miembros) o del 3 (38.831 euros para la misma familia de cuatro). La diferencia del umbral 2 con el 1 es que desaparece la ayuda fija de 1.700 euros y la del 3 respecto al 2 es que tampoco se puede optar a la ayuda al cambio de residencia. Ambas cubren la matrícula.
El aumento de las cuantías fijas en 100 euros ha beneficiado a casi medio millón de becarios (no solo universitarios en este caso) y ha tenido otro efecto: al destinarse más dinero a las cuantías fijas, se ha reducido el peso relativo de las variables, que ha pasado del 32% al 23%, según se ha expuesto este miércoles en el Observatorio de Becas.
En total, la partida de becas ha subido este curso en 345 millones de euros hasta llegar a los 1.900 millones, y la intención de Educación y Universidades es incrementar el montante para el año que viene hasta los 2.028 millones.