Una infección por listeria, presuntamente ingerida en un queso de leche cruda de oveja, se complicó hasta provocar meningitis a un paciente madrileño. El queso ha sido retirado preventivamente. Los casos de enfermedad provocados por esta bacteria, la Listeria monocytogenes se han multiplicado por tres en los últimos cinco años en España, según los datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades.
Aunque ha sido una patología a la que no se le prestaba mucha atención, el ECDC advierte de que “la tendencia al alza en los casos de listeriosis en la Unión Europea es preocupante y demanda una mayor atención para la prevención y control de la enfermedad”.
La listeriosis se transmite muy habitualmente por la comida. En 2016 los casos confirmados en la UE fueron 2.536. Multiplica por 1,4 los detectados en 2012. En España se contaron 363 por los 109 de 2012. Si se mira al mapa europeo, después de Alemania, que reportó 707 infecciones por listeria, Francia –con 375– y España presentan el volumen más destacado. Sin embargo, según el ECDC, no se puede estimar la tasa por 100.000 habitantes de España por motivos técnicos.
Esta patología está en el grupo de infecciones zoonóticas: que pasan de los animales a los humanos. ¿Su método de transmisión? La comida. “Los alimentos contaminados como leche y quesos no higienizados (blandos), alimentos preparados como el paté, productos cárnicos en lonchas vegetales contaminados o productos de la pesca ahumados”, son los principales grupos, explica el Instituto de Salud Carlos III. Otra vía habitual es la transmisión de madre a hijos mediante la placenta o en el canal del parto.
El caso del hombre infectado que ha terminado por desarrollar meningitis es uno de los peores cuadros médicos derivados de la listeriosis. Los sanitarios explican que la enfermedad suele pasarse “con una fiebre leve”. Pero en grupos de riesgo sí puede convertirse en grave. Esos grupos son los recién nacidos, embarazadas, las personas mayores y con inmunodepresión.
Más del 95% de los casos listeriosis invasiva detectados en la Unión Europea en 2016 necesitaron hospitalizar a los pacientes. Es la infección zoonótica con proporción de pacientes ingresados en hospital más alta. Murieron el 10% de todos los infectados aquel curso, según el Centro de Control Europeo. La tasa de letalidad de la enfermedad en estos grupos supera el 30%. En los neonatos, si se desarrolla en los cuatro primeros días de vida, llega a la mitad de los afectados.
Especialmente resistente
El agente responsable es la bacteria Listeria monocytogenes, especialmente resistente. Aguanta mejor que otros patógenos el medio ácido y prolifera en temperaturas bajas, incluso por debajo de la refrigeración.
Aunque los criterios de seguridad contra la listeria fueron regulados por la Comisión Europea en 2006 y “a pesar de haberse aplicado desde entonces”, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de emitir una “opinión científica” sobre esta enfermedad “debido al incremento de casos detectados”. En ella, subraya que, dada la importancia de la contaminación durante el procesado de los alimentos, la persistencia de la l. M. en ese entorno se considera la fuente principal de contaminación. La persistencia es resultado, dice, una combinación de “medidas higiénicas inadecuadas y la capacidad de adaptación de la bacteria”.
Las autoridades sanitarias han acabado por calificar esta enfermedad como un problema de salud pública. Sin embargo, presenta dificultades para acotarlo. En un estudio sobre la incidencia de la listerioris en España, el investigador Fernando Parrilla Valera (de la Agencia de Salud Pública de Catalunya) explicaba que los brotes epidémicos son complicados de rastrear porque la bacteria tarda en incubarse mucho tiempo: entre 5 y 70 días. Una conclusión que refuerza la EFSA al subrayar la dificultad “para ligar los casos humanos con el alimento que los causa”.
El investigador añade que la mencionada resistencia de Listeria “favorece su desarrollo en los procesos de conservación y almacenamiento de los alimentos”. Parrilla Valera insiste en su documento que la importancia de esta enfermedad por su “elevada letalidad”. Actualmente, hay declarado un brote múltiple en la Unión Europea que afecta a cinco países: Austria, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Reino Unido. Los análisis han indicado que los casos tienen una fuente común aunque todavía no han podido identificarla o ponderar el riesgo de que haya más casos.