El horror sufrido en los campos de concentración nazis es solo para mayores de edad, según YouTube, que impuso esta restricción a varios vídeos del periodista Carlos Hernández, creador del canal Deportados, en el que recupera la memoria de los españoles que pasaron por los centros de exterminio nazi.
Y este martes el caso ha llegado a la Comisión Europea a raíz de una pregunta parlamentaria del eurodiputado del PSOE Iban García del Blanco, quien aprovecha el trámite de la futura legislación digital comunitaria.
“La norma sobre servicios digitales de la Comisión incluirá salvaguardias para aquellos usuarios cuyo contenido haya sido censurado o eliminado erróneamente por las plataformas y exigirá transparencia en los algoritmos usados por estas”, afirma Del Blanco en su escrito: “En agosto, YouTube censuró unos documentales del periodista español Carlos Hernández con los testimonios de supervivientes de los campos de concentración nazis. Tras solicitar revisar dicha decisión, la plataforma reafirmó la censura del contenido, sin dar opción al autor a apelar. Entretanto, algunos estudios parecen indicar que el algoritmo de recomendación de YouTube contribuye a la difusión de videos de enaltecimiento al fascismo y odio hacia ciertos colectivos”.
A continuación, el eurodiputado traslada las siguientes preguntas al Ejecutivo comunitario: “¿Cuál es la posición de la Comisión frente a la posibilidad de que plataformas digitales censuren o eliminen permanentemente material documental divulgativo sobre el holocausto u otros acontecimientos históricos? ¿Qué medidas tomará la Comisión para proteger el material educativo frente a los filtros de estas plataformas que puedan considerarlo como material violento no apto para menores y proceder a su censura o eliminación?”
Entre los vídeos restringidos se encuentra el protagonizado por el barcelonés Cristóbal Soriano, que sobrevivió a Mauthausen y al siniestro subcampo de Gusen, conocido como “el matadero de Mauthausen”, donde intentó salvar a su hermano que acabaría asesinado en la cámara de gas. También el de José Marfil, capturado por los nazis en la Batalla de Dunkerque y trasladado a Mauthausen junto a su padre, que se convertiría en el primer español que murió en ese campo. Hasta su muerte, con 97 años, seguía soñando con lo que había vivido: “Cuando me despierto me siento feliz. He pasado toda la noche en el campo y la alegría llega cuando me levanto por la mañana y veo que no estoy allí”, narra en la entrevista.
“No podemos blanquear o minimizar lo que ocurrió; al contrario, es necesario saber lo que fue”, afirmaba Carlos Hernández cuando conoció la censura de YouTube, y recordaba que “numerosos profesores” utilizan estos vídeos como material docente para el alumnado y él mismo ha recorrido decenas de institutos españoles para dar charlas en las que los ha expuesto. “Quizás no se lo pongas a un niño de cinco o seis años, pero a partir de diez, once, doce, sí”. Pone el ejemplo de una de las películas sobre el Holocausto populares en las aulas, La lista de Schindler, “que tiene unas escenas brutales” y que está recomendada en España a partir de 13 años. “Esa es la realidad. ¿Le vamos a dulcificar el nazismo a los jóvenes?”, se preguntaba Hernández.