Mientras el nuevo equipo al cargo del Ayuntamiento de Madrid estudia la situación de los expedientes administrativos, la máquinas no se detienen ni aguardan el veredicto de este análisis.
En el enorme solar que se abre a la vera del río Manzanares y del parque Madrid Río de la ciudad se está convirtiendo a buen ritmo en un centro comercial de 40.000 m a pesar de que la alcaldesa, Manuela Carmena (Ahora Madrid), solo una semana después de las elecciones municipales aseguró que este proyecto “no tiene sentido”.
Hormigoneras, grúas, volquetes y excavadoras trabajan en la parcela escogida para levantar el centro comercial Plaza Río 2, al cargo de la empresa Sociedad de Centros Comerciales (SCC) dirigida por el francés Robert Balkany. “Ahí no cabe un centro comercial de esas dimensiones”, analizaba Manuela Carmena. Pero las obras avanzan de jornada en jornada haciendo cada vez más difícil –o más gravoso– detener el plan y, de esta manera, destinar esa porción de suelo en zona privilegiada a “arreglar la zona sur del río”, como explicaba Carmena. Justo esta obra está en el lado meridional de Madrid Río.
El nuevo encargado de esta área el el Gobierno local es el concejal José Manuel Calvo. Su departamento se denomina, precisamente, de Desarrollo Urbano Sostenible. Según fuentes del Ayuntamiento, Calvo está manteniendo reuniones con los técnicos municipales “para estudiar el estado de cada expediente”.
Lo que ocurre es que, al haber sido aprobado el Plan Especial dedicado a este proyecto por la mayoría del Partido Popular liderada por la exalcaldesa Ana Botella en el último pleno antes de la elecciones –menos de un mes antes de los comicios–, los promotores no se han andado con sutilezas y han metido las piquetas en cuanto han estado preparados. Así las cosas, paralizar la construcción tiene sus costes de indemnización.
Además, una vez aprobado el plan, la empresa no ha tenido que obtener ningún permiso más, ya que el Gobierno de la Comunidad de Madrid presidido por Esperanza Aguirre aprobó una ley que así lo permite. Le basta al centro con presentar una declaración de que cumplirá con las reglas.
El centro comercial Plaza Río 2 obtuvo el visado oficial en un pleno celebrado el 28 de abril. “Con desestimación de las alegaciones presentadas”, según el acta. Es decir, no se atendió ni a una de las más de 300 observaciones que mereció este macroedificio para 180 tiendas y 1.500 plazas de aparcamiento al lado del parque que cubrió el soterramiento de la autovía de circurvalación M-30. Sin alegaciones, la construcción podía echar a andar antes.
Herencia de 'pelotazos'
Este mall supone uno de los proyectos urbanísticos de enormes dimensiones que el anterior equipo municipal dejó en marcha antes de salir del despacho de la Alcaldía. Además del Madrid Río, Botella aprobó planes para la Plaza de España, la Plaza de Canalejas, Chamartín y la operación Manzanares (el mayor desarrollo urbanístico dentro de la almendra central de la ciudad). Los planes de Ana Botella para el eje que dibuja el río madrileño pasaban por este tipo de construcciones comerciales: se da la circunstancia de que a apenas unos centenares de metros del ya iniciado Plaza Río 2, el Ayuntamiento de Botella también aprobó el desarrollo de otro centro comercial (unido a diversos equipamientos). Ocupando un antiguo mercado público, los promotores contarán con un alquiler de suelo público para este negocio 45 veces más bajo que el solicitado habitualmente.
La modificación del Plan Especial para esta parcela apareció publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el viernes, 22 de mayo de 2015. Dos días antes de la convocatoria electoral que terminaría por sacar al Partido Popular de la Alcaldía de la capital. En el documento, entre otras cosas, se establece la altura que podrán tomar los edificios autorizados. “Para el volumen zócalo” se permite hasta 26 metros. Para el “volumen torre”, la cosa llega a “105 metros” y “26 plantas”.
Esa es la dimensión del proyecto que el Colegio de Arquitectos de Madrid describió como “de estética inclasificable” y que “cierra la ciudad al río”. Manuela Carmena lo calificó como un “muro en la espina verde de la ciudad”. De momento, en fase activa de construcción.