Managua, 1 ago (EFE).- La Alcaldía de Managua dio por inauguradas este domingo las fiestas populares en honor de Santo Domingo de Guzmán, las más grandes de Nicaragua, que por segundo año se desarrollan sin la bendición de la Iglesia católica a causa de la pandemia de covid-19, y el cardenal Leopoldo Brenes advirtió de “intereses” alrededor de las mismas.
Contrario a los cientos de miles de personas que iban en romería o bailaban alrededor de la imagen de Santo Domingo de Guzmán a lo largo de 10 kilómetros cuando las fiestas eran bendecidas por la Iglesia católica, este año acudieron varios cientos, que festejaron junto con una copia de la imagen, conocida como “Mocito”.
Desde días antes, la Arquidiócesis de Managua, presidida por Brenes, había suspendido las fiestas, para evitar “concentración excesiva de fieles” en tiempos de pandemia.
Sin embargo, la Alcaldía de Managua anunció que asumiría la celebración sin la bendición católica, con una imagen sustituta de Santo Domingo, cuando faltan tres meses para las elecciones generales en las que el presidente Daniel Ortega buscará una nueva reelección.
DOS NIVELES DE BÚSQUEDA DEL SEÑOR
“El pueblo de Nicaragua es un pueblo que busca al Señor en dos niveles, unos podrán tener intereses, podrán realizar celebraciones justificando la grandeza de su piedad popular, de su amor al señor y a los santos, ¿pero detrás qué hay? Pero otros lo buscan porque agradecen las obras maravillosas que ha hecho con ellos”, dijo el cardenal, en la misa dominical, que transmite desde su casa a causa de la pandemia.
A la celebración, cuyos gastos corren por cuenta de la Alcaldía de Managua, se sumaron otras con réplicas de la imagen de Santo Domingo en diferentes puntos de la capital nicaragüense.
“El Señor hoy conoce nuestras intenciones, por qué vamos tras el Señor, por qué vamos tras nuestras imágenes, nuestros santos patronales, y el Señor les interpela: ustedes hoy me están buscando porque todos ustedes recibieron un pan, porque a ustedes les di de comer, y por eso me buscan”, continuó Brenes.
Al igual que en las grandes romerías de antaño, en la de este domingo pudo observarse mujeres y niñas marchando o bailando con trajes típicos, hombres con lanzas y piel pintada de negro para simular a los tradicionales “diablitos”, o los “inditos” de piel roja, así como los que iban ataviados con un traje de cuernos y falda, conocidos como “vacas culonas”.
POLÍTICA VERSUS FE
Una de las réplicas de la imagen de Santo Domingo de Guzmán fue alzada por los llamados “cargadores”, que vestían camisas rojas y pantalones negros, los colores del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), cuyo líder Ortega, acusó en 2018 al Episcopado de estar detrás de un supuesto “golpe de Estado” en su contra, y tras lo cual la Iglesia Católica ha denunciado múltiples atentados sufridos por párrocos y templos.
“Hoy podríamos preguntarnos, mis buenos hijos, cuáles son nuestros intereses al buscar al Señor, al celebrar a nuestros santos patronales, por qué sigo hoy a un Santo Patrono, respondámosle desde lo más profundo de nuestro corazón”, sostuvo Brenes.
El cardenal contrastó las celebraciones de hoy con la romería que desfiló ayer, con mascarillas y guardando distancia social, ante la histórica imagen de la Sangre de Cristo en la catedral de Managua, que en 2020 fue calcinada en un incendio que el papa Francisco calificó de “atentado” y que la Policía clasificó como accidente.
“Más de 20.000 personas pudieron participar el día de ayer”, afirmó Brenes, quien llamó a “encontrar” a Santo Domingo en la intimidad de sus hogares en vez de “buscar el jolgorio o la bulla”, y agradeció a los medios de comunicación que transmitieron la misa mientras se daban las fiestas de la alcaldía.
Aunque Santo Domingo de Guzmán no es el patrono de Managua, distinción que ocupa Santiago Apóstol, su imagen es venerada en Nicaragua como si lo fuera.
Cada año las fiestas populares de Managua se extienden del 1 al 10 de agosto.