La comunidad evangélica española quiere que la ley de Memoria Histórica reconozca la persecución y represión que sufrió este colectivo durante la Guerra Civil y la dictadura franquista y recuperar así del olvido la aportación de los protestantes a la historia de España.
El escritor José Luis Villacañas recibe este lunes el 'Premio Unamuno, amigo de los protestantes' que anualmente entrega el diario en línea Protestante Digital -vinculado a la Alianza Evangélica Española- a una persona o institución que haya contribuido a la pluralidad y la convivencia.
Villacañas organiza desde hace más de una década el Congreso de Reforma Española, dedicado al estudio y análisis histórico del protestantismo en España y es autor, entre otros, del libro “Imperiofilia y el populismo nacional-católico”, en el que rebate acusaciones sobre la reforma protestante y teorías acerca de la Inquisición.
“El premio es de agradecimiento a los que nos han descubierto en mitad del olvido y han demostrado que hay un protestantismo muy alejado del estereotipo, los prejuicios y la superficialidad con la que a veces se nos analiza”, explica a Efe el portavoz de la Alianza Evangélica de España, Pedro Tarquis, que dirige Protestante Digital.
Tarquis ha reconocido que, cuando se habla de memoria histórica, les “duele” que no les tengan en cuenta y recuerda que algunas de las últimas personas ajusticiadas por el Franquismo eran protestantes, colectivo que, además, sufrió el exilio.
“Hemos sido reprimidos, luego olvidados y después caricaturizados”, lamenta Tarquis, que apunta que, igual que hay un día que conmemora a las víctimas del Holocausto, o la expulsión de los musulmanes de la Península, también a ellos les gustaría tener una jornada que recuerde a los evangélicos y propone el 31 de octubre, día de la Reforma protestante.
También Villacañas es partidario de ampliar la Memoria Histórica a la persecución que sufrieron las Iglesias reformadas y recuerda las “campañas de Franco demonizando a los protestantes”.
Alude a episodios como el que da nombre al Premio, que conmemora la amistad entre el escritor Miguel de Unamuno y el pastor protestante Atilano Coco. Unamuno intercedió a favor de Coco para evitar su fusilamiento por las tropas franquistas al inicio de la Guerra Civil, lo que finalmente no consiguió.
“La restitución de la memoria histórica está aún pendiente”, subraya Villacañas, que considera que la ley de Memoria Histórica está demasiado orientada a la persecución de colectivos políticos y no tanto sociales, a pesar de que Franco tenía una idea de lo que debía ser la “higiene” o la “raza del pueblo español” que implicó la persecución de muchos colectivos, uno de ellos el protestante.
No hay cifras oficiales, entre otras cosas porque “el modelo inquisitorial implicaba que no se tuviera memoria de quién había sido condenado”.
“Creo que la Ley de Memoria Histórica debería abrir la mirada para integrar, no sólo a colectivos políticos, sino también a otros que fomentaban la democratización de España y que fueron muy perseguidos y olvidados”, señala.
En este camino a la normalidad que los protestantes piden emprender, solicitan al nuevo Gobierno que sea sensible con esta confesión y la pluralidad religiosa.
Tarquis pone el ejemplo de los funerales de Estado y recuerda que tanto el del accidente de Spanair como el de los atentados del 11M fueron ceremonias católicas, a pesar de que entre las víctimas había personas de distintas confesiones.
Así, propone funerales multiconfesionales para que todas las personas se sientan acogidas y que se imponga la normalidad y la buena convivencia en el país.