Varias comunidades autónomas empiezan a presionar al Gobierno para retirar ya las mascarillas en exteriores. Algunas de ellas, como Castilla-La Mancha, Castilla y León o Galicia, abanderaron la vuelta a la obligatoriedad hace un mes en la Conferencia de Presidentes como una herramienta para abordar la subida descontrolada de contagios de la sexta ola. Otras, como Madrid, nunca estuvieron de acuerdo con su reimplantación. Catalunya ha sido la última en sumarse a la petición porque la mascarilla al aire libre, argumenta el Govern, “no tiene demasiado sentido”.
Aunque no figura en el orden del día, los consejeros asumen que el de los cubrebocas será uno de los asuntos centrales en el Consejo Interterritorial de Salud de este miércoles, solo un día después de que el Congreso haya convalidado el decreto que regula su uso obligatorio en exteriores. La ministra del ramo, Carolina Darias, aseguró en la sesión que la medida estaba “más cerca de modularse” ante la discusión abierta entre las comunidades en plena campaña electoral castellanoleonesa.
Hay que tener en cuenta que la vuelta a la mascarilla en la calle fue una medida controvertida desde el principio. Salió adelante por acuerdo de la Conferencia de Presidentes dos días antes de la Nochebuena y como resultado de un rechazo general a volver a medidas de control más severas, como los aforos en interiores o el cierre del ocio nocturno. Pero nunca contó con el aval técnico. Los epidemiólogos han repetido en estas semanas que, entre todas las disponibles, no es la herramienta más útil para contener contagios pues está demostrado que el virus al aire libre se transmite mucho menos.
La convalidación del decreto en el Congreso también ha estado rodeada de polémica. El Gobierno logró sacar adelante la prórroga de la medida tras incluir la actualización de pensiones en el mismo texto, vinculando ambas votaciones. Eso le valió varias acusaciones de “chantaje” incluso por parte de los grupos parlamentarios que terminaron apoyaron el real decreto.
Un día después, varias comunidades prevén poner sobre la mesa que ya es hora de acabar con los cubrebocas en la calle ante la caída progresiva de contagios. Castilla-La Mancha ha anunciado que lo va a proponer en la próxima Comisión de Salud Pública que reúne a los técnicos del Ministerio y las comunidades, así como la reducción de los aislamientos de los infectados, otro asunto por abordar aunque Sanidad asegura que está todavía “inmaduro”. El Govern de Catalunya pedirá el fin de la medida también en el encuentro de este miércoles y espera que el Gobierno central sea “receptivo”, según El conseller Josep Maria Argimon, porque, a su juicio, no “tiene demasiado sentido”.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró el martes que “ya va siendo hora” de retirar las mascarillas en exteriores con los informes técnicos que sean necesarios. Mañueco dice hablar a “título personal” en medio de la carrera por la reelección en la región. El también popular y presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado partidario de empezar a relajar el uso de la mascarilla en la calle, a pesar de que sigue apostando por mantener su uso en interiores: “En mi opinión y en la del comité clínico del servicio gallego de salud, la mascarilla en la calle podríamos empezar a relajarla y seguir siendo absolutamente estrictos con la mascarilla en interiores”.
El consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero, considera que no es “necesario” el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores, salvo cuando hay aglomeraciones o cuando no se puede mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros. La Comunidad de Madrid nunca apoyó la medida. Mientras, el Gobierno andaluz cree que “desde el punto de vista sanitario” sigue siendo recomendable usar los cubrebocas en exteriores. “Estamos en la parte álgida de la sexta ola de este coronavirus, y sin saber a ciencia cierta lo que nos va a venir”, defiende el consejero Jesús Aguirre.
A la mesa del Consejo Interterritorial de Salud llegarán también algunas demandas sobre aislamientos y cuarentenas. Castilla-La Mancha y Galicia plantearán reducirlas, pero, además, Catalunya quiere eliminar las cuarentenas en las clases donde haya cinco o más positivos. El protocolo en vigor ya las suprimió para los contactos solo a excepción de que se produzca un brote importante. En la educación secundaria, deben hacer cuarentena todos los alumnos sin vacunar cuando se declare un caso positivo en la clase. El Govern intentará convencer a Sanidad y el resto de consejeros para que se tome de manera conjunta.