Una protesta contra el acoso en las clínicas de aborto planta cara a la iniciativa ultracatólica '40 días por la vida'
Más de una treintena de personas se ha concentrado este miércoles a las puertas de la clínica Dator, en Madrid, para protestar contra el acoso y el hostigamiento al que se ven sometidas muchas mujeres que acuden a abortar a centros médicos de algunas ciudades de España. La Plataforma ProDerechos, formada por más de 60 organizaciones, ha convocado la movilización para hacerla coincidir con el inicio este 25 de septiembre de '40 días por la vida', una iniciativa “de oración” que pretende “terminar con el aborto”.
Aunque se trata de una campaña internacional, en España se han establecido turnos de “vigilia” con el objetivo de que de 08.00 a 20.00 horas haya alguien en las puertas de las clínicas. Así, mientras transcurría la concentración, un grupo de menos de 10 mujeres rezaba, rosario en mano, al otro lado de Dator. Frente a la puerta, la plataforma se ha manifestado durante una hora para exigir a la Administración Pública que tome cartas en el asunto y ha exigido “respeto” y “libertad de decisión sin coacción”, según se podía leer en varios de los carteles portados.
Aunque las mujeres pertenecientes a '40 días por la vida' han defendido que no se acercan a las mujeres que entran, los profesionales de la clínica Dator aseguran que no es lo habitual. Al ser preguntadas por si suelen preguntar a las usuarias por qué van a abortar o les intentan convencer de que cambien de decisión, han indicado que “eso es algo aparte”. Y es que es muy frecuente que, al margen de '40 días por la vida', un grupo de personas “increpen y violenten” a las mujeres que acuden a abortar, explica Paz de la Usada, portavoz de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, uno de los colectivos miembros de Plataforma ProDerechos.
Lo habitual es que este tipo de grupos ultracatólicos se sitúen a las puertas, repartan folletos con supuestas consecuencias de la interrupción voluntaria del embarazo e incluso fetos de juguete. Tal y como explica el abogado de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI), José Antonio Bosch, en esta entrevista asegura que se trata de “una vulneración directa de derechos y libertades fundamentales y un atentado contra las mujeres”.