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ENTREVISTA
Historiador

Pablo Alcántara: “Es incómodo para el Gobierno de Madrid recordar que su sede fue un centro de torturas policiales”

El historiador Pablo Alcántara con el libro 'La DGS. El palacio del terror franquista'

Marta Borraz

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No es solo uno de los epicentros turísticos de Madrid ni el lugar desde el que se dan las campanadas cada Nochevieja ni uno de los espacios reivindicativos por excelencia. La Puerta del Sol tiene un pasado represivo y su edificio principal, la Real Casa de Correos –actual sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid– fue durante el franquismo un centro de detención y tortura policial. Allí estaba la Dirección General de Seguridad, por la que pasaron miles de activistas antifranquistas, algunos de los cuales acabaron muriendo. Pero 49 años después de la muerte del dictador no hay nada que allí que recuerde su pasado.

La historia de la DGS –que centralizaba el aparato policial del franquismo– y el edificio que la albergó la ha reconstruido el historiador Pablo Alcántara en La DGS. El palacio del terror franquista (Espasa), un minucioso recorrido por este símbolo de la represión conocido como el “Belsen español”, en referencia al campo de concentración nazi. En este tétrico espacio actuaron agentes policiales que usaban la tortura como método de presión en los interrogatorios, lo que lo convirtió en “epicentro del terror franquista”, esgrime Alcántara, autor también de La secreta de Franco. La Brigada Político Social durante la dictadura.

Eran varios los centros de detención que había distribuidos durante el franquismo en España. ¿Por qué el de Madrid era el más conocido?

El estado franquista era centralista y en la capital estaban todos los centros de poder político, económico y social. Y también el poder represivo. En la Real Casa de Correos estaba la Dirección General de Seguridad, que dirigía los servicios policiales de todo el país y ya en los años 60 todos los que eran detenidos en otras ciudades pero iban a ser juzgados por el Tribunal de Orden Público pasaban por allí. Muchísimos militantes antifranquistas sufrieron torturas en sus calabozos, desde Marcos Ana a Julián Grimau o Enrique Ruano. En la DGS había policías que destacaban por la crueldad de sus torturas como principal método de presión.

Todo el mundo conoce la Puerta del Sol como epicentro turístico de la capital o el lugar desde el que se dan las campanadas cada Nochevieja, pero ¿por qué es tan desconocida su faceta represora?

Porque no ha habido un interés en señalar que allí hubo un centro de torturas policiales. Allí se han instalado placas que recuerdan el 2 de mayo de 1808, a las víctimas del 11M o a los muertos por la covid, pero a pesar de que víctimas y asociaciones llevan tiempo pidiéndolo, no hay ninguna que recuerde lo que allí ocurrió durante el franquismo.

A veces da la sensación de que el franquismo salió de la nada, pero la represión tiene unos antecedentes, desde la Restauración a la dictadura de Primo de Rivera

Ahora hay que esperar a ver en qué queda la declaración como Lugar de Memoria por parte del Gobierno más allá de una mención en el BOE, pero ha habido un interés político por parte de los gobiernos de la Comunidad de Madrid, sobre todo del Partido Popular, en borrar ese pasado.

¿Por qué tanta resistencia?

Sabemos de dónde viene el PP... Alianza Popular fue fundada por ministros franquistas. Hay una parte de la derecha y, por supuesto, la extrema derecha que sigue reivindicando ese pasado franquista. Hemos visto cómo Esperanza Aguirre nombraba a Franco por la DANA en Valencia prácticamente como si hubiera sido un héroe o Isabel Díaz-Ayuso proponía declarar el Valle de los Caídos como Bien de Interés Cultural. No hay ningún interés en identificar lo que realmente fue la dictadura.

¿Hasta qué punto cree que tiene que ver con que el edificio sea actualmente la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid?

Tiene bastante que ver. Recordar que allí en su sede hubo torturas policiales no debe ser del agrado de los actuales dirigentes del PP. Es cierto que, salvo algún caso como el de la comisaría de Via Laietana en Barcelona, no se reseña en muchos centros de detención lo que allí ocurrió. Algunos se han derruido, son comisarías o se han destinado a otro fin, por ejemplo, hoteles. Así que no interesa recalcar eso. Pero en Madrid influye la centralidad del edificio a todos los niveles y que esté situado en un lugar visitado por miles de personas tanto de aquí como del extranjero. Poner una placa que recuerde lo que pasó, que fue el palacio del terror franquista, a estos sectores políticos les resulta incómodo.

En el libro se remonta a mucho antes del franquismo para explicar lo significativa que es la Puerta del Sol y el edificio de la Real Casa de Correos en particular... ¿Qué papel jugó durante la Segunda República?

El edificio es del siglo XVIII y en 1848 se convirtió en sede del Ministerio de la Gobernación. Cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta de que también llevó a cabo políticas represivas, lo que sirve para explicar el terror en otras épocas históricas porque a veces da la sensación de que el franquismo salió de la nada, pero la represión tiene unos antecedentes, desde la Restauración a la dictadura de Primo de Rivera.

Hay un intento por parte del franquismo de despojar al espacio todo ese sentido reivindicativo que tenía históricamente. Lo que se pretende y se consigue es que nadie se movilice ahí

La Puerta del Sol además es un lugar de reivindicación histórica. En la Segunda República fue así y, de hecho, son míticas las fotos de la proclamación allí, pero se dio una dicotomía: por un lado, hubo un intento de reforma de las fuerzas policiales, pero al no depurar los aparatos, hubo represión.

¿Y qué orígenes tiene la Dirección General de Seguridad?

La represión policial no es una cosa del franquismo aunque ahí tiene su culmen. Pero cuando se crea el Estado como lo conocemos hoy, los diferentes gobiernos intentan estructurar unas fuerzas policiales con carácter centralizado y modernizado que hagan frente a esos nuevos movimientos progresistas republicanos que están surgiendo. La DGS es el intento a partir de 1912 de crear ese tipo de aparato.

En 1939 es cuando la DGS pasa a ocupar la Casa de Correos. ¿Por qué Franco decidió ese lugar?

Fundamentalmente por dos motivos: el primero es estratégico. La Puerta del Sol es el centro de Madrid, por donde pasan todas las comunicaciones. Es un lugar que resulta útil para llevar a cabo un control centralizado de la represión en todo el país. Por otro lado, hay un motivo simbólico: hay un intento por parte del franquismo de despojar al espacio todo ese sentido reivindicativo que tenía históricamente. Lo que se pretende y se consigue es que nadie se movilice ahí. De hecho, la propia dictadura lleva a cabo su memoria y reivindicación a pocos metros, en la plaza de Oriente.

En el libro hay un apartado en el que habla de “la influencia nazi en las fuerzas policiales franquistas”. ¿En qué sentido?

Fue una influencia bastante importante. Los primeros directores generales de seguridad eran simpatizantes de los nazis y hubo una relación estrecha entre la Gestapo y las autoridades políticas y policiales españolas. De hecho, la policía política alemana viajó a España a instruir a los nuevos policías de la Brigada Político Social en técnicas de tortura.

En el llamado 'segundo franquismo' (años 60 y 70) la represión se dirige contra movimientos entonces en auge como el movimiento obrero o estudiantil. También contra artistas, intelectuales o los llamados quinquis. ¿En qué consistió este fenómeno?

La DGS intentaba también controlar aspectos morales y sociales. Por ejemplo, en el franquismo estaba prohibido el carnaval y era la DGS la que se encargaba de ello. La realidad de los quinquis tiene que ver con la emigración del campo a raíz de la industrialización, pero cuando estas personas llegan a las ciudades se encuentran con que no tienen ni viviendas de calidad ni un trabajo digno ni servicios públicos básicos, así que hay quienes tienen que dedicarse a la delincuencia común.

El caso con el que se cierran sus puertas es el del 'Nani', un delincuente común compinchado con la policía que fue detenido por un robo que él negaba. Lo torturaron salvajemente y murió. Sin embargo, 40 años después no sabemos dónde está su cuerpo

Muchos pasaron por la DGS y fueron duramente perseguidos además de estigmatizados por la propaganda. En vez de solucionar los problemas de la gente, el franquismo criminalizó la pobreza que por otro lado el mismo régimen generaba.

Uno de los puntos en los que incide es en la escasa depuración de los cuerpos policiales durante la Transición...

Sí, la mayoría de miembros de la Brigada Político Social, la policía secreta del franquismo, pasaron de la noche a la mañana de ser servidores de la dictadura a ser servidores de la democracia. Formaron parte de las estructuras políticas y policiales porque no hubo ningún tipo de juicio ni de depuración interna. Sí es verdad que se intentó apartar o jubilar de forma anticipada a algunos de los agentes más conocidos o los que utilizaban las técnicas más extremas y brutales, pero a pesar del relato que se nos ha vendido hasta hace poco, la violencia siguió durante la Transición, una época en la que murieron personas en manifestaciones, huelgas, comisarías y en la DGS.

¿Cuál fue el fin de la Dirección General de Seguridad?

En 1979 se convirtió en la Dirección General de Policía y estuvo en la Real Casa de Correos hasta el año 1983. El caso con el que se cierran sus puertas es el del 'Nani', un delincuente común que estaba compinchado con la policía para robar joyerías y que fue detenido acusado de haber participado en un robo que él negaba. Fue trasladado a la DGS y allí lo torturaron salvajemente y murió. Sin embargo, 40 años después no sabemos dónde está su cuerpo. La presencia de la DGS en la Puerta del Sol acabó de una forma bastante oscura.

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