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Me quiere, no me quiere

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Hola,

La manera en la que contamos las historias importa mucho. Quiero decir, que no solo es importante qué historias contamos -en una pieza periodística, en un libro, en una serie, en una película, en un podcast, en una anécdota boca a boca- sino la forma en la que las enfocamos y relatamos. La perspectiva, el punto de vista, las palabras, las imágenes, lo que se muestra y lo que no, lo que se cuenta y lo que no.

Pienso mucho en eso porque es parte de mi trabajo, pero volví a ello cuando vi la serie 'Querer', de la directora Alauda Ruiz de Azúa (que me fascinó con 'Cinco lobitos', si no has visto esa película, no te la puedo recomendar más). Y si me vino eso a la cabeza mientras la veía fue porque no se trata de que la serie cuente una historia de violencia machista sino de qué cuenta exactamente y de cómo lo cuenta. Me parece que consigue trasladar las complejidades que hay detrás de estas historias, que ayuda a ver y comprender partes del fenómeno sobre las que en demasiadas ocasiones hay prejuicios o ideas simplistas.

Necesitamos pedagogía acerca de cómo funciona la violencia machista, sobre cómo opera sobre unas estructuras machistas que hacen su parte en todo esto. Y esta serie contribuye a esa pedagogía mientras te enganchas a una historia. Que, por cierto, me parece que tiene algunos paralelismos -y una diferencia fundamental- con el caso de Gisèle Pelicot que pueden servir para hacernos algunas preguntas.

Justo este martes vinieron a la redacción las directoras de cine Icíar Bollaín y Juana Macías para participar en los encuentros que hacemos con socias y socios (tienes aquí la grabación por si quieres verlo). Y volvió a salir este tema. Porque Bollaín con su 'Nevenka' y Macías con 'Las chicas de la estación' (basada en un caso real de explotación sexual de menores tuteladas en Palma de Mallorca) miran y cuentan historias de violencia en las que no espectacularizan ni caen en estereotipos. Tratan justo, como 'Querer', de hacer lo contrario, de reapropiarse de historias importantes para contarlas de otra manera.

Es lo que lleva tiempo sucediendo con periodistas, escritoras, comunicadoras... ese intento por contar de otra manera, por poner otra mirada, otro enfoque, otro relato. 

Una frase

"Nos hemos hartado de decir que no hace falta denunciar para acceder a derechos, pero ¿por qué lo exigimos en el plano personal? El objetivo no es que se nombre como víctima de violencia machista sino que esté mejor. Ese pequeño cambio de foco ayuda... es más bien 'te noto triste', 'cuenta conmigo'... no es 'cuéntame que eres víctima de tal'. Eso irá saliendo. O no, porque igual nunca llega a nombrarlo así"

Es fácil decirle a tu amiga lo que debería hacer. Y es mucho más difícil pararse a entender, a escuchar, a ponerse en el lugar de la otra. Este 25N mi compañera Marta Borraz se propuso hacer un reportaje que contara cómo a veces, en esa insistencia en el 'denuncia' o 'tiene que hacer esto', perdemos el foco de qué es lo que necesitan las mujeres que en algún momento sufren violencia. 

“He tenido casos de mujeres a las que sus amigas han acompañado incluso a poner una denuncia y luego se han enfadado por que ella retome la relación, a pesar de que ese ir hacia adelante y hacia atrás es algo muy habitual. Hay que saber que la alternancia en el afecto es lo que les engancha”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla. El artículo está lleno de información muy valiosa.

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  •  Las cuidadoras, las limpiadores de hoteles, de oficinas o de casas no tienen reconocidas enfermedades profesionales. Las dolencias que sufren claramente relacionadas con su trabajo se consideran comunes y eso tiene consecuencias concretas: menos bajas, menos prestación, menos pensión. Han hecho un calendario para compartir sus historias y reivindicaciones, y este sábado hacen un encuentro en el Reina Sofía de Madrid para explicar este proceso.
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Una de las escritoras que tengo pendientes dese hace mucho es Lucía Berlín. Hace unos días di con un podcast sobre ella y la historia de su vida entrelazada con la historia de cómo escribió lo que escribió ha hecho que no vea el momento de pasarme por una librería o por una biblioteca. Te lo dejo por si te apetece escucharlo.

Y la semana que viene, más.

Ana

Hola,

La manera en la que contamos las historias importa mucho. Quiero decir, que no solo es importante qué historias contamos -en una pieza periodística, en un libro, en una serie, en una película, en un podcast, en una anécdota boca a boca- sino la forma en la que las enfocamos y relatamos. La perspectiva, el punto de vista, las palabras, las imágenes, lo que se muestra y lo que no, lo que se cuenta y lo que no.