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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

“La dana desde mis ojos”, un cuento para ayudar a los más pequeños a entender lo ocurrido

Valencia —

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Concha Tejerina

València, 13 nov (EFE).- Carolina Górriz Ferrer, maestra de infantil y primaria en uno de los colegios valencianos devastados por la dana que aún no ha podido reanudar las clases, ha escrito “La dana desde mis ojos”, un cuento infantil en el que intenta plasmar lo ocurrido a través de la mirada de un niño.

“La primera idea que tuve cuando decidí escribirlo fue buscar un recurso con el que poder abordar el tema con mis alumnos cuando se retomara la actividad escolar”, explica a EFE esta profesora de pequeños de 4 años en el Colegio San José y San Andrés de Massanasa, uno de los municipios de la zona cero de la dana.

Desde que se produjo la catástrofe siguen limpiando las instalaciones del centro escolar, que aunque no ha sufrido daños a nivel estructural sí ha quedado muy afectado por el barro y el lodo, lo que no les ha permitido reanudar todavía las clases. “Poco a poco vamos viendo la luz, pero aún no estamos abiertos”, afirma.

Según explica, el mismo día 29 de noviembre tuvieron clase hasta mediodía y sobre las 14:00 horas les avisaron de que tenían que salir del centro. Los menores que se habían quedado al comedor fueron recogidos por sus familias.

“Miedo”, “fango” y “solidaridad”

“La dana desde mis ojos”, un cuento de 14 páginas en formato PDF, no tiene un protagonista, puede ser cualquier alumno. “Pensaba en ellos y que, al contarlo ellos, pudieran sentirse identificados con lo que había pasado”, señala Carolina.

Según explica esta maestra de 24 años, “no es un narrador contando una historia sino que es el propio niño quien lo cuenta, y pienso que de esta manera se pueden sentir más familiarizados y llegar mucho más”.

“Mamá me levanta por la mañana”. Así empieza este cuento en el que, desde la mirada de un niño, se viven las primeras horas y días de la dana. Desde que comienza a llover y hay en la calle un “mar de color marrón”, cuando se preguntan si su abuelo o su tía estarán bien, cuando todo se llena de “fango” o cuando llegan bomberos, militares y gente “desde muy lejos”.

El cuento incluye palabras como “miedo”, “sueño”, “deseo”, “duda”, “fango”, “ayuda” o “solidaridad” y concluye con una frase de Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

Relata que como sus alumnos son tan pequeños intentó plantear el cuento “de una manera positiva”. A pesar de que lo ocurrido es una tragedia, “lo positivo es que estamos encontrando mucha ayuda entre todos y eso es lo que nos hace ver poco a poco la luz y enfocarlo de una manera sensible y cercana para ellos”, señala la docente.

Carolina Górriz explica a EFE que su primera idea a la hora de escribir el cuento era buscar un recurso con el que poder abordar el tema con sus alumnos cuando se retomara la actividad escolar: “Conociendo a mis alumnos y sabiendo que la literatura infantil es algo que llama mucho la atención y algo con lo que siento que puedo llegar a ellos, me parece que es un recurso muy accesible para mi clase”.

“Siempre he sido muy apasionada de la literatura infantil y no había encontrado nada con lo que pensara llegar a ellos, por eso se me ocurrió hacerlo yo misma”, confiesa.

Según explica, en clase tienen “muchos libros parecidos, sencillos y que llaman mucho su atención porque riman y eso les hace mucha gracia. Por eso se me ocurrió hacerlo y buscar este tema que muchos están sufriendo de primera mano”.

Sentirse identificados con lo ocurrido

Asegura que a pesar de que solo tienen 4 años, entienden que algo está pasando y señala que ha hablado con las familias de sus alumnos y muchos han tenido que ser reubicados en otros colegios “y no lo están pasando muy bien. Muchos están viviendo de primera mano lo ocurrido -señala- y con este cuento puedo llegar a ellos”.

Esta maestra tiene una cuenta educativa en Instagram (@miprofecaroldice) en la que ha compartido el cuento tras ser animada por muchos compañeros de profesión, que le han escrito para compartir el PDF y poder exponerlo también en sus aulas, y además trabaja en hacer una adaptación digital del cuento con pictogramas, para hacerlo más accesible para todos los públicos.

Aunque de momento es un PDF de 14 páginas, a Carolina Górriz le gustaría plasmarlo en papel: “Ha tenido más éxito del que pensaba, era algo que no pensaba compartir, un recurso que creé para utilizar con mis alumnos, pero la gente de alrededor me motivó a compartirlo”.