Laura Nuño, la directora del máster de Montón, un referente en estudios de género e imputada en el caso Cifuentes
Laura Nuño es casi el perfecto ejemplo de la 'transversalidad' que se ha dado en los últimos años en la Universidad Rey Juan Carlos. Representante sindical por Comisiones Obreras y a la vez bendecida por la dirección de la URJC como directora del Observatorio de Igualdad de la URJC, fue parte de la candidatura de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid (IUCM) con Luis García Montero como penúltima de la lista. Y ascendió a subdirectora del Instituto de Derecho Público en diciembre de 2017, como mano derecha del profesor Enrique Álvarez Conde que, según la jueza de instrucción, fue el “urdidor” de favores a políticos como Pablo Casado y Cristina Cifuentes.
Nuño es un referente en los estudios de género en España. Apreciada por compañeras de área y alumnas, sus investigaciones se han centrado en la división sexual del trabajo, las políticas de igualdad, el androcentrismo en la academia o la prostitución. Impulsó el primer grado académico sobre género en España y actualmente integra la plataforma que reivindica que el Ministerio de Educación reconozca los estudios de género como área específica de investigación.
El nombre y la firma de Nuño aparecieron en las actas que daban por convalidadas tres asignaturas a la expresidenta de la Comunidad de Madrid. Documentos firmados en mayo de 2012 y cuyas rúbricas fueron falsificadas, según han declarado algunos de los docentes implicados y el examen caligráfico de la perito Rosario Casas. “No recuerdo firmar el papel y no es mi firma”, aseguró entonces Nuño sobre este documento. Tras anunciar su dimisión, declaró a la Ser que había sido engañada: “Yo me creí las explicaciones del máster de Cifuentes (...) y no estaba preparada para la llamada del domingo”, en referencia a la llamada de eldiario.es que le informó que su firma aparecía en las convalidaciones.
“Me siento engañada y desbordada”, señaló. La profesora aseguró que desconocía quién podría haber falsificado su firma en las actas de convalidaciones de Cristina Cifuentes: “Hay responsables varios, pero no sabría apuntar a alguien”. Sin embargo, la jueza que investiga el caso la imputó meses después (en agosto) junto a otra profesora por falsedad documental y prevaricación.
Ahora se sabe que es también la directora del máster de Carmen Montón, un posgrado que está plagado de irregularidades y en la que ella era la máxima responsable, además de estar en la comisión de convalidaciones. Según la profesora Sonia Núñez Puente, a Montón se le convalidó su asignatura, algo de lo que la propia ministra no tiene constancia porque asegura que ella no pidió ninguna convalidación.
Ligada a CCOO e IU
Nuño también ha sido secretaria de la sección sindical de Comisiones Obreras en la Universidad Rey Juan Carlos hasta el pasado mes de julio, cuando dimitió “por motivos personales”, según confirma el sindicato, que ha iniciado el procedimiento para elegir a su sustituto. Todo este nuevo rumbo, tras conocerse su posible implicación en los hechos que se investigan en los casos del máster y de los que ella siempre ha defendido que era ajena. eldiario.es ha intentado ponerse en contacto con ella, pero Nuño responde que no puede atender las preguntas por consejo de su abogado.
Como sindicalista, Nuño accedió a la Junta de Personal de la URJC, en la que fue secretaria. Trabajadores de la universidad sostienen que, pese a su dimisión de CCOO, sigue formando de parte de ella, extremo que este diario no ha podido confirmar. Como miembro de la Junta parte de su cometido era negociar convenios o ejercer la labor de vigilancia que corresponde a los sindicatos.
Una labor de control que trabajadores de la universidad denuncian no se realizaba en toda su extensión. Nuño fue señalada como parte de lo que empleados del centro conocen como 'Modelo Bankia', un sistema de dádivas a cambio de silencio que se instauró en la universidad con la aquiescencia de los sindicatos. También ha eludido posicionarse en casos graves que han afectado a la universidad pública. Por ejemplo, evitó criticar o denunciar los numerosos plagios del exrector Fernando Suárez cuando se hicieron públicos. En este supuesto entramado, Nuño obtuvo la dirección del Observatorio de Igualdad. Ella se defendió en su momento y aseguró que lo montó por su cuenta y que no cobra por ese trabajo. Sin embargo, un observatorio dentro de una universidad pública debe tener el beneplácito de la dirección de la misma.
Las personas que conocen la trayectoria política de Nuño en la Comunidad de Madrid sostienen que su papel en el sindicato ha sido más relevante que su labor política, que asimilan a la de una militante de base salvo en casos puntuales. En su militancia en la Asamblea de Universidad estuvo en el entorno de José Antonio Moral Santín y Ángel Pérez, dos de los histórico máximos dirigentes de IUCM caídos en desgracia. El primero por el frente judicial que tiene abierto como vicepresidente de la antigua Caja Madrid por el uso de las tarjetas black, que implicó también al PP, al PSOE, a los sindicatos y a las organizaciones empresariales presentes en el consejo o en empresas participadas por la entidad. Ángel Pérez fue expedientado por las responsabilidades políticas que le exigió su organización derivadas precisamente por la labor de IUCM en el control de la extinta caja pública madrileña.
Ahora, Laura Nuño se enfrenta a la justicia por el caso Cifuentes ya despojada de puesto en Comisiones Obreras y de su cargo directivo.