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Las mujeres candidatas a gobernar el 24M no son tantas, pero se las ve y escucha más

La Ley de Igualdad, aprobada en 2006 durante el mandato de Zapatero, obliga a los partidos políticos a cumplir la paridad entre hombres y mujeres en las listas electorales. Ninguno de los dos sexos puede tener una representación superior al 60% de la candidatura. Sin embargo, no obliga a listas cremallera –alternar hombre y mujer–. Andalucía cambió su ley electoral para que fuera preceptivo, pero el número uno suele ser hombre.

En esta campaña electoral se cumple esa ley de mínimos, pero es la primera vez que hay tanta visibilidad mediática de las mujeres candidatas, en parte porque se ha elegido mujeres en territorios de importancia en términos políticos y porque además tienen peso dentro de sus partidos: Manuela Carmena, Esperanza Aguirre, Rita Barberá, Mónica Oltra, Ada Colau, Cristina Cifuentes o María Dolores de Cospedal tienen protagonismo diario en informativos, debates y titulares.

“La visibilidad en esta campaña es un hito muy relevante. La política que tenemos ahora es mediática, así que los líderes que no están en ese espacio no existen”, dice Máriam Martínez-Bascuñán, profesora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. “El hecho de ver más mujeres en los medios crea imágenes en el imaginario colectivo y eso tiene efecto transformador. Se cambia la simbología y, por tanto, los mecanismos de poder”.

Los datos confirman que las candidatas a gobernar siguen siendo minoría en política. En las listas autonómicas, el PP y el PSOE empatan en mujeres cabezas de lista: seis de un total de 15 candidatos (se presentan también en Ceuta y Melilla). Ciudadanos tiene cuatro mujeres como número uno en las 13 autonomías en las que se presenta. El caso de Podemos ha sido el más gráfico, sobre todo por la foto que se hizo Pablo Iglesias con sus 13 aspirantes a presidente de Comunidad. Costaba ver entre ellos a las dos únicas mujeres. En Izquierda Unida se llevan la palma en masculinidad: solo dos de sus 15 candidatos son mujeres (ver gráfico).

¿Ha habido un avance desde las últimas elecciones autonómicas y municipales de 2011? Depende del territorio sobre el que se mire. En la Comunidad de Madrid, solo el PP apuesta por una candidata: Cristina Cifuentes en 2015 y en 2011, Esperanza Aguirre. Los demás partidos eligen y eligieron hombres. En el caso de la alcaldía de Madrid sí ha habido un cambio más significativo. De los seis principales candidatos hoy, cuatro son mujeres (Aguirre, del PP; Manuela Carmena, de Ahora Madrid; Begoña Villacís, de Ciudadanos; y Raquel López, de IU). Hace cuatro años todo eran hombres (Gallardón por el PP, Jaime Lissavetzky por el PSOE, Ángel Pérez con IU y David Ortega por UPyD).

Teresa Jurado, profesora de Sociología de la UNED y experta en género, interpreta que los partidos están siguiendo una estrategia de marketing para cazar el voto femenino: “Los análisis muestran que las mujeres están menos interesadas por la política. En parte es porque, además de trabajar, el cuidado de familiares recae sobre ellas. Los partidos quieren atraer ese voto. De hecho, el último sondeo del CIS revela que hay un 5% más de mujeres indecisas que hombres”.

La Comunidad Valenciana es un ejemplo de esa feminización de candidatos: Carolina Punset, de Ciudadanos; Mónica Oltra, de Compromís; y Alicia Andújar, de UPyD, casi igualan en número a los hombres (los del PP, PSOE, Podemos e IU). En 2011 solo había una candidata: Marga Sanz, de IU. Sin embargo, la alcaldía de Valencia sigue igual en términos de género: Rita Barberá contra contrincantes varones ahora y en 2011.

En la ciudad de Barcelona sí ha habido un vuelco importante. De cero mujeres a cuatro. Más allá de la presencia mediática nacional de Ada Colau (Barcelona en Comú), UPyD, Ciudadanos y las CUP también tienen candidatas, frente a los cuatro candidatos de los partidos tradicionales PP, PSOE, ERC y CIU. En Cataluña (cuyas elecciones no están aún convocadas), igual que en Madrid, solo el PP presentó una mujer. Fue en las autonómicas de 2010 cuando Alicia Sánchez-Camacho rompió la mayoría aplastante de los hombres. En 2012 repitió como única política cabeza de lista.

María Dolores de Cospedal es otra de las políticas y cabezas de cartel más visibles porque, además de candidata del PP a Castilla-La Mancha, es la secretaria general del partido. En las elecciones de 2011 estuvo sola como mujer candidata. Este año se ha incorporado otra cabeza de cartel: Celia Esther Cámara, de UPyD.

Pese al avance en algunos territorios, Laura Nuño, coordinadora del grado de Igualdad de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, advierte de que “no podemos lanzar las campanas al vuelo respecto a que haya más mujeres candidatas o políticas”. Primero, porque “en la agenda de la mayoría de los partidos no está la igualdad. Además, una cosa es la presencia y otra la representación. Nos encontramos con la presencia de mujeres como fruto de la presión feminista, pero eso no significa que representen políticas de igualdad”. Pone como ejemplo a Esperanza Aguirre: “Es la política que bautizó al ministerio que creó Zapatero como el Ministerio de Igual-da”.

Martínez-Bascuñán comparte la opinión: hay que distinguir de entre las mujeres candidatas a las que encarnan valores de equidad y feminismo. No todas son iguales. Destaca especialmente a Ada Colau: “Comparte dudas, reconoce que está indecisa sobre algún tema, pide opinión en su blog... Esa forma de liderazgo es nueva y rompe esa política paternalista asociada a lo masculino en la que el político se presenta como la persona que sabe lo que es mejor para los ciudadanos”.