Nueva York, 18 dic (EFE).- El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció este miércoles una demanda civil contra la mayor cadena de farmacias del país, CVS, por recetar opioides ilegalmente durante más de una década y reclamar reembolsos a los programas de seguros de salud federales.
La demanda, interpuesta en un tribunal de Providente (Rhode Island), fue hecha pública hoy y acusa a CVS, que tiene más de 9.000 establecimientos en Estados Unidos, de violar la Ley de sustancias controladas y la Ley de falsas reclamaciones, y en última instancia, de contribuir a la crisis de los opioides.
“Esta demanda argumenta que CVS no ejerció su papel clave como guardián de las peligrosas recetas de los opioides y, en su lugar, facilitó la proliferación ilegal de estos fármacos altamente adictivos”, indicó en un comunicado el fiscal de Rhode Island, Zachary Cunha.
Desde 2013, CVS dispensó recetas médicas sin un propósito médico legítimo, no válidas o no resultantes de un proceso profesional, según la demanda, de “cantidades excesivas de opioides” y de una combinación de opioides, benzodiazepinas y relajantes musculares conocida como “trinidad”.
Además, se indica que esas prácticas fueron resultado de los objetivos de resultados, los incentivos y las políticas de contratación de la empresa, que además, “privó a los farmacéuticos de información crucial” que podría haber reducido la prescripción ilegal de esos fármacos.
Las autoridades acusan a CVS de priorizar los beneficios sobre la seguridad de los pacientes y “sobrecargar” a los trabajadores de sus farmacias, de manera que “no podían cumplir la responsabilidad básica de asegurar que las recetas son legítimas”.
CVS dijo a la cadena Fox que se defenderá y destacó que gobiernos locales y estatales del país llevan años litigando con esta y otras empresas por estas mismas causas, y en su caso firmó un acuerdo en 2022 por el que pagaba 5.000 millones de dólares para resolver todas las denuncias de opioides en su contra.
Cada año, miles de estadounidenses mueren por sobredosis de opioides, presentes en analgésicos que las compañías farmacéuticas anunciaban a finales de los años 90 como sustancias seguras que no causan adicción.