Las familias de los que empujaron la histórica ley de eutanasia: “Nadie tendrá que volver a pasar por lo que pasó Luis”

Marta Borraz

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“¡Ha sido una de las noches que mejor he dormido en mucho tiempo!”. Danel Aser Lorente descuelga el teléfono en el AVE que le lleva a Barcelona, la ciudad en la que vive, tras un viaje exprés a Madrid. Apenas ha estado 24 horas para asistir de cerca a la votación que ha aprobado la primera ley de eutanasia en España. Una norma que llega tarde para personas como la vizcaína Maribel Tellaetxe, su madre, pero que si ha logrado salir adelante es gracias a la constante pelea de familias como la suya. “Ayer fue como quitarnos una mochila que yo no sabía que era tan pesada. El momento fue de júbilo y emoción absoluta, y al mismo tiempo pena por no haber podido conseguir esto para la 'ama”, cuenta.

Las restricciones sanitarias por la pandemia impidieron que, como suele ocurrir en los plenos históricos, personas como él acudieran a la tribuna de invitados para ver desde las alturas las 198 luces verdes que la respaldaron, pero pudo hacerlo desde una sala del Congreso. La norma, que convierte en derecho pedir ayuda para morir en acotadas situaciones, consiguió un amplio apoyo, solo con los votos en contra de PP, Vox y UPN, y dio respuesta a una demanda social que, según las encuestas más recientes, apoya la mayoría de la población. Para Danel, lo más importante es que “la gente que está sufriendo podrá decidir marcharse tranquila y acompañada de los suyos sin dolor ni sufrimiento, que era la gran lucha que llevábamos”.

Es lo que no pudo lograr finalmente su 'ama', Maribel, que les pidió a sus tres hijos y a su marido que la ayudaran a marchar el día que el Alzhéimer que sufría le impidiera reconocerles. Lo dejó escrito por carta y en el testamento vital. Ese día llegó, y la familia no pudo cumplir su voluntad a pesar de que veían los estragos que la enfermedad hacía con ella. Actualmente, y hasta que la ley entre en vigor –aun le queda la votación del Senado– las penas por ayudar a alguien a acabar con su vida van de los seis meses a los seis años de prisión. “Yo lo hubiera hecho porque prefiero dos años de cárcel que sus dos años de sufrimiento, pero su deseo expreso es que si significaba un castigo penal para nosotros, no lo hiciéramos. Lo más importante de todo es que nosotros nunca reivindicamos el fin de la vida de mi ama por nosotros, sino porque esa fue su voluntad”, dice Danel. En abril de 2019 Maribel falleció.

También para Asun Gómez el pleno fue “muy muy especial”, declara emocionada mientras pasea por Madrid, donde vive. Su pareja, Luis de Marcos, murió en agosto de 2017, enfermo de esclerosis múltiple y postrado en una cama sin poder moverse desde hacía tiempo. Los dolores y el sufrimiento se habían vuelto insoportables y su vida, convertida “en un infierno”, ya no era vida, según declaró él mismo en una entrevista con elDiario.es: “Pido morir porque acabar con esta situación es una liberación para mí”, decía. Como Maribel y su familia, decidió hacer público su caso para impulsar la legalización de la eutanasia y ambos iniciaron recogidas de firmas en la plataforma change.org que alcanzaron más de 800.000 apoyos.

La enfermedad que su pareja sufría avanzó “muy rápido” en los últimos años. Le inmovilizó el cuerpo casi por completo, excepto la cabeza, y se agravó hasta el punto de dificultar su habla y su respiración. Para Asun “hubiera sido más fácil decirle 'venga, quédate', pero hubiera sido el colmo del egoísmo” porque lo que Luis le decía es que necesitaba irse, que no quería seguir viviendo en esas condiciones. “Que te diga eso la persona de la que estás locamente enamorada es durísimo, pero ¿le voy a retener yo en contra de su voluntad por mucho que le vaya a echar de menos? No es humano. Ahora estoy orgullosa de que su sufrimiento no haya sido en balde y de que nadie tenga que pasar por lo que pasó él”.

Asun siguió el pleno extraordinario junto a Danel y Txema, su padre. Los tres se abrazaron emocionados cuando Mertixel Batet, la presidenta de la cámara, pronunció las palabras “queda aprobada la proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia” entre aplausos de los diputados, según se puede ver en un vídeo del momento difundido en redes sociales. Ella tenía a Luis en su mente: “Quería mantenerme muy consciente. Me estaba diciendo a mí misma todo el rato 'vívelo, vívelo, que no se te pase ni un nanosegundo de esto'. Y cuando se aprobó lo que pensé fue 'Luis, misión cumplida, aquí lo tienes', que era algo que comentábamos mucho que diríamos algún día. Al final lo dije yo sola, pero estoy muy feliz y tranquila”, explica.

“He cumplido con lo que le prometí a María José”

Fuera, a las puertas del Congreso, Ángel Hernández seguía la votación desde la concentración convocada por la Asociación Derecho a Morir Dignamente, que lleva desde los años 80 peleando por la eutanasia legal y acompañando a familias y enfermos. Precisamente un día después se conocía que la jueza ha dictado la apertura de juicio oral contra él por ayudar a morir a su mujer, María José Carrasco, que llevaba 30 años enferma de esclerosis múltiple en fase terminal. Ángel le prestó asistencia para acabar con su vida en abril de 2019 y por ello la Fiscalía pide para él seis meses de cárcel. El juicio, dice, no le preocupa y alude a la “alegría” que le produce la aprobación de una norma así, que solo tienen un pequeño puñado de países en el mundo.

“Por fin una acción como la que hicimos María José y yo ha tenido su efecto. Lo que más me importó es que por fin he cumplido con lo que le prometí a ella, que fue que no dejaría de trabajar porque esta ley saliera adelante”, reconoce. Es en este momento cuando Ángel ha comenzado “a hacer el duelo” por el fallecimiento de su compañera, porque “tampoco quise hacerlo hasta que este momento se produjera. Ahora ya la estoy dejando que se vaya, que no quiere decir que la vaya a olvidar, pero sí quedarme más tranquilo”.

Desde que a principios de los 90 Ramón Sampedro reclamara su derecho a poner fin a su vida, han sido varios los casos que han sacudido a la opinión pública y que le han puesto rostro a la pelea por la eutanasia. María José Carrasco, Maribel Tellaetxe o Luis de Marcos son algunos de los que, junto a Antoni Monguilod o José Antonio Arrabal, que grabó en vídeo su propio suicidio, han impulsado en los últimos años el debate. “Somos más libres a partir de ayer, porque podremos disponer de nuestra propia vida”, sentencia Asun.

Las claves de la ley

El objetivo de la norma es que aquellas personas mayores de edad que estén “en un contexto de sufrimiento debido a una enfermedad o padecimiento incurable” que viven como “inaceptable” puedan solicitar ayuda para morir. Será de dos formas: activa, que se produce cuando es el médico el que lo hace, o en forma de 'suicidio asistido', que se refiere a quien se da muerte a sí misma con la asistencia del sanitario, que le proporciona los medicamentos necesarios y le atiende. El paciente debe estar informado y pedirlo de “forma autónoma y consciente”. Además, tiene que pasar por varios filtros en el que al menos dos médicos diferentes deben autorizar la solicitud y una Comisión de Garantía y Evaluación hará un control previo. Los sanitarios tendrán derecho a la objeción de conciencia. Puedes leer todas las claves aquí.