La Generalitat informa de dos posibles casos de leptospirosis en voluntarios, una bacteria habitual en zonas inundadas
La Conselleria de Sanidad ha informado este viernes de dos casos probables de leptospira, a falta de confirmación por los resultados de las correspondientes analíticas, en dos personas que voluntariamente han hecho tareas de limpieza o desescombro en sendos municipios afectados por la dana.
Ambas presentan buena evolución clínica y una de ellas está ingresada en un centro hospitalario, según la Generalitat, que explica que la leptospirosis es una enfermedad bacteriana que puede contraerse al contacto con aguas de inundación, tierra húmeda o lodos contaminados con orina o tejidos de animales infectados, siendo las ratas los causantes más frecuentes.
Existe tratamiento antibiótico para combatir esta infección y en la mayoría de los casos se presenta síntomas leves como fiebre, malestar general y dolores musculares. La leptospirosis destaca como uno de los principales riesgos tras inundaciones. Estas bacterias pueden entrar en el organismo a través de lesiones cutáneas o mucosas, afectando tanto a personas que residen en las zonas afectadas, como a aquellas involucradas en labores de limpieza y rescate. Sin embargo, no se transmite entre humanos.
La primera evaluación del riesgo
El Ministerio de Sanidad ha realizado precisamente la primera evaluación del riesgo de infecciones y otras enfermedades tras las inundaciones. El documento, en el que han participado también técnicos de la Generalitat y del Ministerio de Ciencia, establece un riesgo “moderado” de leptospirosis para la población de las zonas afectadas “ya que la acumulación de basura, escombros y restos de alimentos favorece un aumento en las poblaciones de roedores, reservorio de la enfermedad, aumentando así la probabilidad de transmisión”. No obstante, el impacto de la enfermedad es “bajo o moderado” porque existe un tratamiento disponible efectivo.
Desde la Conselleria de Sanidad se insiste en la importancia de observar la sintomatología de las personas expuestas a zonas inundadas o que han participado en tareas de limpieza en los municipios afectados y acudir al punto sanitario en caso de ser necesario. Entre los síntomas a tener en cuenta se encuentra la fiebre elevada y persistente, la diarrea o vómitos intensos, el dolor abdominal intenso o la coloración amarillenta de la piel y/o los ojos.
Además, también se debe observar la orina oscura, la tos persistente o dificultad para respirar, las erupciones rojas o púrpuras en la piel que puedan indicar sangrado bajo la piel, el dolor de cabeza intenso o rigidez de cuello, la confusión, desorientación o agitación. Asimismo, se ha de prestar especial atención a las heridas abiertas o lesiones, especialmente si presentan signos de infección (enrojecimiento, hinchazón, secreción o dolor).
Una línea de financiación para salud mental
La ministra Mónica García ha anunciado también este viernes que prepara una línea de financiación específica para salud mental dirigida a los afectados de la DANA porque los daños psicológicos que genera pueden aparecer de forma distinta y hacerse más significativos con el paso de los meses. García ha usado su cuenta en la red social X para avanzar que su departamento está preparando esta línea, de la que dará detalles “muy pronto”, para garantizar así la asistencia a las víctimas “con equipos multidisciplinares que actúen desde la emergencia y continúen ofreciendo apoyo a medio plazo”.
En paralelo, el Comisionado de Salud Mental del Ministerio ha enviado unas recomendaciones para mitigar, en la medida de lo posible, el impacto emocional de la catástrofe. Entre ellas, se aconseja a la población que no se aisle y que mantenga el contacto con familiares y vecinos, a la vez que evite la exposición a sobreinformación y mala información. También se recomienda mantener en lo posible las rutinas, establecer horarios para comer, descansar y hacer otras actividades en la medida de lo posible para proporcionar “algo de estabilidad en momentos difíciles”. El Ministerio pide prestar especial atención al cuidado de niños y mayores, a los que se aconseja brindar actividades y entornos “emocionalmente seguros”.
En cuanto a las recomendaciones generales dirigidas a la ciudadanía, se recuerda lavarse muy bien las manos con agua y jabón, utilizar mascarilla, guantes, protección ocular y ropa adecuada de manga larga en las labores de limpieza de las zonas afectadas, así como no consumir alimentos en contacto con los suelos inundados. En las limpiezas de las casas se recomienda abrir las ventanas y puertas para ventilar, retirar todos los enseres mojados, el agua estancada, lodo y barro, limpiar las paredes y suelos y desinfectar con lejía.
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