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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

India se adelanta en la carrera por el hielo y las “islas de luz” de la Luna

“Hemos logrado un aterrizaje suave en la Luna”. Con estas palabras, el director ejecutivo de la agencia espacial de la India (ISRO), Sreedhara Panicker Somanath, anunciaba el éxito de la misión Chandrayaan-3 alunizando cerca del polo sur de la Luna y su país se convertía en el cuarto en posar una nave sobre nuestro satélite. 

Un cuarto puesto no es ni siquiera merecedor de medalla, pero este diploma en la carrera lunar viene cargado de significado: primero, porque llega días después de que la sonda rusa Luna 25 se estrellara intentando alcanzar el mismo objetivo, y, segundo, porque es el pistoletazo de salida a una carrera para llegar al polo sur y sus alrededores en busca de recursos para una futura base lunar.

“En los próximos meses van a tener que poner semáforos en el polo sur de la Luna”, bromea el astrofísico Daniel Marín, experto en tecnología y misiones espaciales. “Todo el mundo quiere ir allí”. Lo harán los aterrizadores del programa Nova-C y el rover VIPER de la NASA en 2024, las misiones Chang’e 7 y 8 de los chinos en 2026 y 2028, la sonda rusa Luna 27 en 2028, varias misiones estadounidenses del programa CLPS, además de la que organiza India en colaboración con la agencia espacial japonesa para 2026. “Por no hablar de las misiones tripuladas de la NASA a la Luna, a partir de Artemisa IV, y las misiones ILRS chinas: primero para una base no tripulada y luego tripulada a partir de 2030”, indica Marín.

¿Y qué se les ha perdido allí, si hasta ahora nadie había ido? Básicamente los recursos, y en concreto el hielo, que está mezclado con el regolito lunar. “Se cree que hay muchísimo hielo, miles de toneladas, y es un recurso finito que interesa porque puedes hacer agua líquida para consumir en una futura base, oxígeno para respirar e hidrógeno como propelente para naves espaciales”, explica el experto. “Y, aunque ahora no haya infraestructura para aprovecharlo en una base lunar, en los próximos años se espera que sí; el primero en instalarse será el primero en explotarlo”. 

“Islas de luz” contra la noche lunar

La otra clave de esta misión tiene una fuerte carga poética y es la búsqueda de las llamadas “islas de luz”, zonas del polo sur lunar donde la iluminación del sol es casi permanente durante todo el año, de modo que constituyen un lugar ideal para establecer una base y explotar estos recursos. Llegar al polo sur lunar no es especialmente dificultoso desde el punto de vista técnico, pero hasta ahora no se había emprendido la carrera porque hasta los 90 no se conocía la existencia del hielo y el interés por volver a la Luna no se ha revivido hasta hace poco. 

Estas misiones van en busca de las llamadas “islas de luz”, zonas del polo sur lunar donde la iluminación del sol es casi permanente durante todo el año

“El problema de las sondas lunares es que la Luna está ahí al lado y parece sencillo llegar, pero no debe serlo, porque justo antes del éxito indio se han estrellado Israel, Japón, la segunda misión india y ahora Rusia”, indica Marín. La principal dificultad de las misiones en el terreno es precisamente la que tiene que ver con las alternancias de luz/oscuridad. “La diferencia de temperatura entre el día y la noche es enorme y duran mucho, lo que hace que sobrevivir a la noche lunar esté muy complicado para una nave”, señala Marín. 

“Es por eso que esta misión india va a durar solo dos semanas escasas”, indica Javier Pedreira, cofundador del blog Microsiervos y especialista en la carrera espacial. “Tanto el aterrizador como el rover funcionan con energía solar y no llevan ningún tipo de calentador, así que van a hacer lo que puedan antes de que llegue la noche lunar”. 

Una potencia espacial emergente

La llegada a la Luna de India después del fracaso de los rusos el pasado fin de semana podría interpretarse como la irrupción de un nuevo candidato serio en la carrera lunar, pero los indios llevan años con un programa muy sólido y avances modestos pero constantes. “La India es una potencia espacial seria desde hace mucho tiempo”, asegura Pedreira. “Tienen gente muy buena y se preocupan de formarla”. Pero aunque solo sea por inercia, observa, Rusia sigue teniendo capacidades que India no tiene, aunque en este momento su programa vaya “cuesta abajo”. 

La India es una potencia espacial seria desde hace mucho tiempo. Tienen gente muy buena y se preocupan de formarla

“En realidad, India ya había adelantado a Rusia, porque tiene dos sondas alrededor de la Luna, mientras que Rusia no ha enviado nada y lo primero que lanza se ha estrellado”, apunta Marín. “Y está por delante de Rusia en el programa de sondas espaciales, porque ha enviado una sonda a Marte, cosa que Rusia no ha hecho”. En cualquier caso, advierte, más que con Rusia, en clave nacional India tiene la competición con China y el gobierno ultranacionalista lo ve como un éxito en la rivalidad con sus vecinos. 

Las ventajas del “bajo coste”

A última hora del miércoles (hora española), el módulo de aterrizaje de la misión Chandrayaan-3 dejó salir el vehículo explorador Pragyan que intentará recabar información y muestras de la superficie en el tiempo que le quede antes de que se cierna sobre ellos la oscuridad. El objetivo es elaborar experimentos científicos y recabar datos sobre la composición mineral del satélite y la presencia de agua en esta región de la Luna para preparar el terreno a próximas misiones.

Una misión muy modesta desde el punto de vista científico, pero si esto sale bien, indica Marín, será un gran avance para la misión LUPEX que llevarán a cabo con los japoneses. Y en el futuro, dado que firmaron recientemente un acuerdo de colaboración, los avances técnicos y la información obtenida por India podría servir para colaborar en la misión Artemisa de la NASA, que mantiene la esperanza de poner a los primeros seres humanos en la Luna desde la era de los programas Apolo. 

Igual que sucedió con la sonda que enviaron a Marte, el programa lunar de los indios se enfrenta a limitaciones presupuestarias (nada que ver con las cifras monstruosas de la NASA), pero marca un camino de misiones de bajo coste pero muy eficientes que en Estados Unidos se está imitando desde el sector privado. “El programa indio sigue adelante con paso firme, pero también se topa con la realidad presupuestaria, que no es la misma que tiene China”, asegura Marín. “Con esta última misión no han alcanzado técnicamente el polo sur, están a 69 grados de latitud o el equivalente a la Antártida, pero se puede decir que India se ha adelantado en la carrera por el polo sur de la Luna”. Y esa va a ser la competición espacial que va a dar los grandes titulares en los próximos años.