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“Insuficiente” y con temas sin abordar: la propuesta de Estatuto docente de Educación no convence al profesorado

Las negociaciones, que se prevén largas, han comenzado. El Ministerio de Educación ha presentado por fin, apurando el plazo autoimpuesto en la Lomloe, su primera propuesta (parcial) de estatuto docente, con el que pretende mejorar la profesión modificando aspectos esenciales de la misma, como el acceso, las oposiciones, la formación inicial y continua o el desarrollo de la carrera profesional.

Entre las principales apuestas de Educación están incluir una prueba específica para acceder a los grados de Magisterio o Infantil y quizá también para el Máster, que propone ampliar en duración; crear una especie de MIR docente descafeinado; modificar el sistema de prácticas tanto durante la carrera como a la hora de acceder a la escuela pública; cambiar el sistema de oposiciones; y evaluar de manera sistemática la labor docente (puedes consultar el documento íntegro aquí).

Fuentes del Ministerio explican que la idea del departamento que dirige Pilar Alegría es trocear la negociación con comunidades autónomas y sindicatos porque se prevé que el proceso se va a alargar en el tiempo y de esta manera Educación podrá ir aprobando las medidas que se pacten sin tener que esperar al todo para que el estatuto entre en vigor. Siguiendo esta lógica, las cuestiones previsiblemente más polémicas, como los aspectos remunerativos, la duración de la jornada docente o las ratios han quedado fuera de la primera tanda de negociaciones.

Una reivindicación histórica

Este estatuto docente es una reivindicación histórica del profesorado, que aspira a una norma con la que poder planificar su carrera. Actualmente, el desarrollo de la profesión prácticamente se limita a acumular sexenios que se conviertan en un pequeño plus en la nómina.

Los principales sindicatos han acudido este jueves al Ministerio para conocer la propuesta de Educación. Las primeras valoraciones oscilan del “insuficiente” de CCOO al “buen punto de partida” con el que STEs ha calificado algunos aspectos como la formación inicial y permanente. UGT ha lamentado que “se ha tratado de un encuentro de carácter informativo, que no negociador”, y CSIF ha señalado la necesidad de “revertir los recortes de 2012, aún vigentes”.

Todas las organizaciones coinciden en destacar que esta propuesta es muy inicial y en señalar sus carencias. “Faltan propuestas sobre los derechos de los y las docentes, dignificación de su labor y no solo las aportaciones económicas”, apunta STEs, una idea, la de la “dignificación”, que repite CSIF y también UGT: “El documento está claramente descompensado porque si bien se extiende en cuestiones importantes como la formación inicial, la reformulación de especialidades docentes, la formación permanente y el sistema de selección, no se mencionan, sin embargo, cuestiones que deberá contener el futuro estatuto: dignificación de la profesión, retribuciones, jornada lectiva, ratios, recuperación de derechos, entre otras”.

CCOO menciona las condiciones laborales (carga lectiva y ratios entre ellas), la jubilación anticipada voluntaria o la homologación de las condiciones laborales del profesorado como elementos que se han quedado fuera de la primera propuesta de Educación y lamenta que Educación ha presentado un documento “con la única pretensión de cumplir el plazo máximo para su desarrollo (...) sin que del borrador se desprenda un interés real por reconocer y mejorar la profesión docente y las condiciones del profesorado”.

Educación solo ha convocado para esta primera cita a los sindicatos mayoritarios de la escuela pública, pese a que el Estatuto también afectará a los docentes de la privada, concertada o no. FSIE, una de las organizaciones centrada en la red de iniciativa social, ha exigido al Ministerio que cuente también con estos sindicatos. “Cerca del 30% de los docentes que ejercen la profesión lo hacen en estos centros y no pueden ser excluidos del debate de una regulación tan importante y largamente reivindicada por nuestro sector” ha señalado el secretario general de FSIE, Jesús Pueyo.

Demasiados estudiantes, poca oferta de plazas

Educación explica en el texto que uno de sus principales objetivos es atraer a los mejores estudiantes a la docencia bajo el viejo axioma educativo de que “un sistema no puede ser mejor que sus profesores”. El Ministerio de Educación explica en su propuesta que actualmente no hay ningún requisito específico para acceder a los grados de Educación Infantil y Primaria en la Universidad, y en su afán de revalorizar este tipo de estudios universitarios propone establecer una prueba de acceso para cribar a los aspirantes porque “no solo la nota de admisión permite identificar la excelencia”.

El Ministerio argumenta que “uno de los problemas detectados” es “el enorme desajuste entre las plazas de los estudios universitarios y las necesidades del sistema educativo”. Y pone cifras al desajuste: “Los egresados en 2019-20 fueron 29.499 maestros, frente a las casi 12.000 plazas vacantes por jubilación. Y 37.262 egresados del Máster en ese curso, frente a las casi 10.000 vacantes por jubilación”.

El examen que quiere instaurar el Ministerio “debe evaluar la competencia comunicativa y razonamiento crítico y la competencia científico-matemática e incluir aspectos referidos a actitudes y competencias de la profesión docente”, dice el texto. Hay comunidades, como Catalunya, que ya han impuesto esta prueba inicial y, si se trata de cribar, es todo un éxito: la mitad de los aspirantes de las universidades catalanas no la supera.

La modificación de la formación inicial básica universitaria se completa con una revisión de los contenidos de los planes de estudios para adaptarlos a la nueva ley, que propone una enseñanza por competencias, y con la propuesta de inclusión de más asignaturas de didáctica de las especialidades docentes en los grados que habitualmente cursan quienes van a ser docentes de Secundaria después (Historia, Geografía, Filología, Física o Química..).

Una prueba de acceso similar a la planteada para el grado podría instaurarse para los másteres de formación del profesorado, aunque en este caso se plantea como posibilidad solo. En el acceso a estos posgrados sí se propone que para cada especialidad docente se establezcan unos requisitos mínimos relacionados con ese área de conocimiento. Los cambios en el máster se completan con la posibilidad de alargar su duración (actualmente dura un año).

Mejorar la formación inicial es una de las propuestas de Educación que ha gustado a los sindicatos, al menos como concepto. STEs lo califica de “buen punto de partida”, especialmente la parte relativa a aumentar la didáctica en la Universidad. CCOO también detecta un debe en este área, y pide al Ministerio “una mejora real de la formación inicial y no solo cribas para reducir las personas que acceden a ella”.

¿Quién evalúa?

Educación también quiere evaluar al profesorado –ahora no se hace de manera sistemática– y ligar el desarrollo de la carrera a esta evaluación, que plantea así: “Debe partir de un informe de autoevaluación, valorar los aspectos específicos de la función docente en el marco de la autonomía del centro, contar con la participación de diversos órganos de gobierno y coordinación docente del centro y con la del servicio de inspección y compaginar su solicitud voluntaria con la obligatoriedad de participar en aquellas actuaciones formativas que deben superarse para acceder al desempeño de la función directiva o la superación de la fase de prácticas, entre otros puestos”.

“La evaluación no debe servir para dividir ni para individualizar el trabajo de las y los docentes”, advierte STEs. Este aspecto es uno de los que más ha inquietado al profesorado en activo a falta de una mayor concreción. “¿Quién nos va a evaluar? ¿En base a qué?”, se preguntaba un profesor. No va a encontrar las respuestas en esta primera propuesta.

Otro aspecto en el que coinciden los sindicatos que debería incidir el estatuto es en una “homologación de las condiciones laborales y retributivas del profesorado, su revisión al alza y el avance hacia un cuerpo único docente”, según expone CCOO y destaca también CSIF, que pide “condiciones de igualdad en el conjunto de las comunidades autónomas”, situación que está lejos de darse con grandes diferencias salarias (y de otro tipo, pero estas son las más evidentes) entre autonomías.

La modificación de las prácticas, tanto iniciales como para quienes van a acceder a la función pública, genera “inquietud” en los STEs, especialmente la parte en la que Educación quiere implantar una formación dual (a medio camino entre la Universidad y el centro educativo). “Si lo plantean en esa línea será difícil llegar a acuerdos”, advierten.

Los sindicatos son conscientes de que este documento no es más que una primera toma de contacto inicial, aunque lamentan pese a todo que “el Ministerio no ha puesto sobre la mesa” medidas para la mejora de las condiciones de trabajo del profesorado, una cuestión “imprescindible”, según UGT, para “atraer a los mejores a la función docente”, objetivo declarado de Educación en el texto.

CCOO piensa que lo presentado no cumple los mínimos y “exige al Ministerio que presente un documento desde el que se pueda trabajar para cumplir con los urgentes e ineludibles objetivos de dignificar la profesión docente y mejorar las condiciones del profesorado”. CSIF aspira a un estatuto que “regule toda la profesión docente, desde sus inicios hasta la jubilación” (no hay nada sobre esta cuestión en el texto del Ministerio) y STEs espera, ahondando en las impresiones iniciales de UGT, “una auténtica negociación” y no una imposición por parte del Ministerio.