El Parlamento italiano aprobó hoy la ley del testamento vital, que permite a una persona indicar anticipadamente los tratamientos a seguir o rechazar en caso de incapacidad, entre críticas de la derecha, que lo considera una vía hacia la eutanasia.
El proyecto de ley fue aprobado definitivamente en el Senado por 180 votos a favor, 71 en contra y 6 abstenciones y sus principales valedores fueron el gubernamental Partido Demócrata (PD, centroizquierda) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
Fue aprobado en primer lugar en la Cámara de los Diputados el 20 de abril pero el texto, muy criticado por los sectores conservadores de los partidos, ha sufrido numerosos retrasos en su tramitación a causa de las miles enmiendas interpuestas para bloquearlo.
El texto permitirá a los enfermos disponer de un testamento previo y vinculante para el médico y los familiares con el que podría renunciar a los llamados tratamientos paliativos extremos al fin de su vida, como la alimentación e hidratación artificial.
Es decir, una persona, ante la posibilidad de quedar inválida, podrá aprobar o negar determinadas terapias o tratamientos médicos, entre los que figuran la nutrición y la hidratación artificial, para no sufrir el ensañamiento terapéutico.
La ley también implica a los menores y el consenso al testamento vital será ejercitado por los padres o tutores, “teniendo en cuenta la voluntad” del afectado.
Durante el debate previo a su aprobación, los conservadores rechazaron el proyecto de ley al considerar que puede abrir la vía a la eutanasia.
El presidente de “IDEA”, Gaetano Quagliariello, expresó su “firme rechazo” ante un proyecto que consideró “la vía italiana a la eutanasia” y avanzó que tras las generales del 2018, una “mayoría de centroderecha pondrá remedio a estas grandes equivocaciones”.
También desde la xenófoba Liga Norte se votó en contra no porque no sean partidarios a legislar en este ámbito sino por considerar el texto “una chapuza y un preludio a la eutanasia”, según el portavoz en el Senado, Gian Marco Centinaio.
En la “Forza Italia” de Silvio Berlusconi se concedió la libertad de conciencia a sus legisladores pero el partido expresó su negativa a esta ley que “cuenta con miles de imprecisiones” y “provocará un caos brutal”, según denunció el senador Maurizio Gasparri.
La aprobación fue recibida con un aplauso y destacados líderes italianos la celebraron, como la presidenta de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini, quien dijo que “de ahora en adelante los enfermos, sus familias y los profesionales médicos estarán menos solos en situaciones dramáticas”.
El primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, del PD (centroizquierda), celebró en Twitter la aprobación de esa “elección de civismo” y este “paso adelante por la dignidad de la persona”.
Esta ley está considerada como la última de relevancia antes de que concluya oficialmente la legislatura, el próximo febrero, y desde el Gobierno se comprometieron a sacarla adelante.
La tramitación de este proyecto ha transcurrido de forma paralela al polémico juicio contra el miembro del Partido Radical, Marco Cappato, por facilitar la muerte asistida el pasado febrero en Suiza a Fabiano Antoniani, que había quedado ciego y tetrapléjico.
Cappato, que hoy se manifestó frente al Parlamento, afirmó que se “reconoce el derecho de los enfermos a interrumpir sus tratamientos sin sufrir” y dijo que “no hay más la posibilidad de imponer como una tortura una terapia que el enfermo no quiere asumir”.