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Las nuevas hamburguesas sin carne son por ahora más un reclamo comercial que una alternativa sostenible

Una de las nuevas hamburguesas vegetales

Teguayco Pinto

En los últimos años varias empresas han conseguido llevar al mercado un nuevo tipo de hamburguesas sin carne. Las dos principales marcas comerciales han crecido exponencialmente en EEUU y este mismo verano una de ellas ha aterrizado en los supermercados españoles. El éxito de este nuevo producto se asienta en una mayor preocupación ambiental por parte la ciudadanía, sin embargo, poco se sabe de la forma de producir estas nuevas hamburguesas y hasta qué punto son una alternativa más sostenible a las hamburguesas de carne.

El pasado mes de agosto el Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) pedía un cambio urgente en la dieta del planeta para reducir el consumo de carne, ya que las emisiones totales de la ganadería mundial se sitúan en torno a las 7,1 Gigatoneladas de CO2 al año, lo que representa el 14,5 por ciento de todas las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, según datos de la FAO.

La conclusión de los expertos del IPCC coincide con otro grupo de científicos independiente que, en un artículo publicado en la revista The Lancet a principios de año, concluyó que para salvar el planeta hay que reducir un 50% el consumo de carne roja.

Hamburguesas vegetales para carnívoros

En este escenario han aparecido las nuevas propuestas comerciales, desarrolladas por las empresas Beyond Meat e Impossible Foods, que se han presentado como una alternativa más sostenible a la carne tradicional. La novedad respecto a las carnes vegetales anteriores es que este nuevo producto va dirigido a consumidores de carne, no a veganos o vegetarianos, ya que son productos de textura y sabor muy similar al de la carne.

Las nuevas hamburguesas son una mezcla de varios ingredientes de origen vegetal, como el concentrado de proteína de soja modificada genéticamente, aceite de coco, aceite de girasol, dextrosa cultivada, gluconato de zinc, etc. Todos estos productos ofrecen a la hamburguesa una textura similar a la carne e incluso tienen un aditivo, la leghemoglobina de soja, que hace que la carne sangre.

Este nuevo tipo de carne, especialmente las hamburguesas, se han ido abriendo camino en el mercado estadounidense y grandes cadenas de comida rápida, como KFC o Burger King, ya han incluido estos productos entre su oferta. El mercado se ha extendido rápidamente y el sector registró en 2017 unas ventas superiores a los 670 millones de dólares, un 24% más que el año anterior, según datos de la Plants Based Food Asociation.

Las hamburguesas vegetales de Beyond Meat también han llegado a España, donde se comercializan de la mano de Zyrcular Foods. Desde el pasado mes diciembre se pueden encontrar en algunos restaurantes del país y desde julio también se pueden adquirir en algunas cadenas de supermercados.

Menor impacto ambiental

Teniendo en cuenta que el impacto ambiental de la proteína vegetal es mucho menor que el de la carne, es de suponer que estos nuevos productos serán más sostenibles. Sin embargo, hasta ahora apenas se han realizado estudios y tan solo se han publicado informes encargados por las propias compañías.

En 2018, Beyond Meat encargó un estudio de impacto ambiental a un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan que reveló que sus hamburguesas vegetales generaban un 90% menos de emisiones de gases de efecto invernadero y tenían mucho menos impacto en el agua y el uso de la tierra que las hamburguesas de carne de vacuno.

También Impossible Foods ha publicado datos propios sobre el impacto ambiental de sus productos. Según un informe publicado este mismo año en su página web y elaborado por la consultora Quantis, la Impossible Burger genera un 89% menos de emisiones de gases de efecto invernadero y utiliza un 87% menos de agua y un 96% menos de tierra.

Por sus intentos por conseguir un nuevo tipo de carne con menor impacto ambiental, el pasado año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente otorgó a estas dos empresas el premio Campeón de la Tierra en 2018 , reconociendo su labor pionera para mejora la sostenibilidad del mercado alimentario.

Escepticismo entre los investigadores

Sin embargo, la escasez de estudios independientes hace que algunos investigadores planteen sus dudas sobre las triunfalistas afirmaciones de estas compañías y recuerdan que a la hora de valorar el impacto ambiental de un producto también se deben tener en cuenta otros factores, como “las formas de producción y los costes de transporte”, según ha asegurado a eldiario.es Barbara Willaarts, investigadora del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (Austria).

Esta especialista asegura que “no solo es un tema de consumir de manera eficiente, sino también de tipos de mercados (ecológico versus intensivo) y de proximidad” y afirma que “comer carne de vaca ecológica de España sin duda será más costoso desde el punto de vista de uso de recursos, pero quizás sea también más sostenible que comer hamburguesas de soja producidas en Brasil, por las externalidades que genera su producción y transporte”.

Willaarts no es la única especialista que matiza las afirmaciones de estas compañías. El investigador de la Universidad de Oxford, Marco Springmann aseguró a la cadena CNBC que “Beyond e Impossible van en la dirección de reducir la huella de carbono, pero decir que es lo más respetuoso con el clima es una falsa promesa”.

Según este investigador, “tiene sentido desarrollar alternativas a la carne de vacuno, porque tenemos que cambiar nuestros hábitos alimenticios a dietas más basadas en plantas si queremos limitar el calentamiento global a menos de 2 grados centígrados”, pero “aunque estos productos procesados tienen la mitad de la huella de carbono que el pollo, también tienen cinco veces más impacto que una hamburguesa de judías”.

¿Es útil para luchar contra el cambio climático?

Sobre el impacto que tendrán este tipo de productos a la hora de frenar el cambio climático los investigadores también se muestran escépticos. En este sentido, el profesor del Instituto de Decisiones Ambientales de Zurich, Michael Siegrist, aseguró al New York Times que estos nuevos productos “están muy lejos de tener un impacto ambiental” y afirmó que no está claro si las proteínas vegetales están reemplazando realmente a la carne, ya que “desafortunadamente, el consumo de carne sigue aumentando en todo el mundo”.

Teniendo en cuenta las tendencias actuales, parece improbable que vaya a suponer un cambio importante a medio plazo, dado que los casi 700 millones de dólares registrados por las empresas de carne vegetal en EEUU durante 2017 palidecen ante los más de 1,02 billones que facturó la industria de la carne ese mismo año, según datos de la asociación de empresas de productos cárnicos de EEUU.

El otro gran producto de origen vegetal que ha tenido un crecimiento importante en los últimos años es la leche de origen vegetal, ya sea de soja, almendra o coco. Solo en EEUU el consumo de este tipo de bebidas ha crecido del 1% del mercado de productos lácteos líquidos al 13% en apenas unos años.

Sin embargo, aunque el crecimiento de la demanda de carne siguiera un ritmo similar al de las leches vegetales, apenas serviría para contrarrestar el aumento en la demanda de productos cárnicos que se está produciendo a nivel global, tal y como señalaba Siegrist, especialmente en países emergentes como China e India.

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