La OMS apunta a posibles efectos cancerígenos del aspartamo, el endulzante más utilizado del mundo
La Organización Mundial de la Salud ya lo había advertido: los edulcorantes pueden tener efectos negativos si se consumen durante mucho tiempo, y tampoco ayudan a bajar de peso. Ahora va un paso más allá: fuentes de la evaluación que el organismo está realizando sobre el aspartamo, uno de los endulzantes más utilizados del mundo, aseguran que el resultado supondrá incluir esa sustancia entre las que se consideran como potencialmente cancerígenas.
De acuerdo con la información publicada por Reuters, la consideración del comité de expertos independiente de la OMS en aditivos alimentarios (JECFA) tras la revisión de miles de investigaciones científicas, es que el aspartamo debe ser incluido en la lista de “posiblemente cancerígeno para los humanos” por la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC según sus siglas en inglés), un organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud.
Con todo, el profesor en la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid y en la facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo-CEU, y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición, Rafael Urrialde de Andrés, explica en Science Media Center que “hay que esperar al 14 de julio y ver cómo determina la valoración y en qué grupo lo engloba”
A partir de ahí, las Agencias y Autoridades de Seguridad Alimentaria tendrán que determinar si revalúan, si lo prohíben o si mantienen autorización y bajo qué condiciones, si se sigue con la misma Ingesta Diaria Admisible o se disminuye la misma y hasta qué punto se baja.
El aspartamo está presente en muchísimos tipos de alimentos y bebidas, aunque en países cálidos, por las desviaciones de sabor que tiene como consecuencia de altas temperaturas, se usa en concentraciones más bajas y en combinación con otros edulcorantes que, por ejemplo, en el centro y norte de Europa.
Sin embargo, decisiones similares de la IARC –aquí el listado– en el pasado para diferentes sustancias han generado preocupaciones entre los consumidores sobre su uso, han dado lugar a demandas y han presionado a los fabricantes para que recreen recetas y cambien a alternativas. Eso ha generado críticas de que las evaluaciones de la IARC pueden ser confusas para el público.
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