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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Pietro Orlandi: “Espero unas palabras de Francisco sobre Emanuela que nos den esperanza”

Roma —

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Roma, 21 jun (EFE).- Para Pietro Orlandi, el 40 aniversario de la desaparición de su hermana Emanuela, cuando tenía 15 años, es un día más en una búsqueda que no cesa, ni cesará hasta que se conozca la verdad. Ahora espera, según confiesa en una entrevista a EFE, que el papa Francisco pueda dedicar unas palabras de esperanza para la familia de la “chica del Vaticano”.

Nunca ha pensado en rendirse: “No aceptaré nunca pasivamente una injusticia. Esta es una enorme injusticia y, sobre todo, cuando se sabe que hay personas que conocen lo que ha sucedido, por lo que nunca podré aceptarla, aunque hayan pasado cuarenta años. Nuestro objetivo es llegar a la verdad y hacer justicia a mi hermana”, explica a unos pasos del Vaticano, donde vivía con su familia cuando tuvo lugar la desaparición, el 22 de junio de 1983.

Orlandi, de 59 años, habla siempre con determinación, a pesar de que lleva 40 años repitiendo su historia. Pero ahora tiene más esperanza, gracias a algunas novedades, como la apertura por parte de la fiscalía vaticana de una investigación, así como el anuncio de que el Parlamento italiano instituirá una comisión de investigación.

“Siempre lo he esperado, que hubiera una voluntad de arrojar luz. Lo positivo es que también el Estado italiano, la fiscalía de Roma, abrió una investigación y comenzó a colaborar con el Vaticano. Y luego esta propuesta de una comisión parlamentaria, que en mi opinión fue lo más positivo”, explica, aunque matizando que espera que no se queden en meras palabras.

Hace unas semanas, fue convocado por el fiscal vaticano, Alesandro Diddi, para prestar declaración. “Yo lo llevaba años pidiendo porque en el último periodo había encontrado cosas importantes, documentos importantes, declaraciones, incluso intercambios de Whatsapp entre dos personas cercanas al papa Francisco con teléfonos confidenciales que hablaban de Emanuela...”, cuenta.

“Pero han pasado tantos días, que debo decir que esas personas cuyos nombres mencioné sé que aún no han sido llamadas...”, explica con un velo de tristeza temiendo que la investigación vaticana quede en nada.

Asegura que ha sido el pontífice argentino quien ha impulsado la investigación y que así se lo comunicó el fiscal vaticano: “El papa Francisco y el cardenal (Pietro) Parolin, secretario de Estado, querían una investigación a 360 grados, y sí la frase fue realmente investigar sin que nadie se escape y escarbar en todos los rincones y todo lo que se pudiese encontrar”.

El próximo domingo Orlandi ha organizado una manifestación en la plaza de San Pedro, como cada aniversario, pero en esta ocasión espera que “el papa pueda expresar unas palabras de esperanza para que podamos llegar a la verdad y sinceramente no tengo dudas de que llegarán, porque ha sido él quien ha abierto esta investigación, lo que significa que existe la voluntad por su parte de esclarecer las cosas”.

“Sería muy positivo que él dedicara unas palabras a esta ciudadana del Vaticano secuestrada hace cuarenta años”, añade Pietro Orlandi, que cuenta con amargura que la única vez que vieron a Francisco, poco después de su elección, este les dijo: “Emanuela está en el cielo, que es una forma delicada de decir que estaba muerta”.

Sobre las numerosas hipótesis de lo sucedido y los presuntos responsables que han circulado estos años, convirtiendo el caso de “la chica del Vaticano” en uno de los grandes misterios italianos sin resolver, Pietro Orlandi asegura que su hermana fue secuestrada y no al azar e insiste en el tema de la pederastia dentro del Vaticano.

“Está claro que hay un chantajista y un chantajeado y si éste eran el Estado Vaticano y la persona que lo representaba en ese momento, Juan Pablo II, tenían que ser chantajeados con algo fuerte”, afirma.

“No creo que Emanuela fuera sólo objeto de abusos y que el Vaticano durante cuarenta años tratase de encubrirlos (...) sino que, por ejemplo, si había alguien importante en el Vaticano que tenía este vicio, porque en el Vaticano se llama vicio, no se llama delito, y ese alguien quería chantajear, pues entonces tenía que haber documentación de lo sucedido”, explica su posible versión de lo ocurrido.

Mañana, 22 de junio, será “un día más” para Pietro Orlandi, que explica que cuando su madre pregunta cuántos años han pasado, porque se le empiezan a olvidar las cosas, nunca se lo dice para evitarle más dolor: “Sólo le digo, unos cuantos...”

Cristina Cabrejas