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La oposición de varios países frustra el intento de que las farmacéuticas publiquen cuánto les cuesta producir los medicamentos

En la mañana de hoy, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución para mejorar la transparencia del mercado farmacéutico, en la que urge a los países a “adoptar las medidas adecuadas para compartir públicamente la información sobre los precios” de los medicamentos. Sin embargo, la propuesta final no ha incluido la exigencia a las farmacéuticas de que publiquen los costes de desarrollo de los fármacos, una información que resulta clave a la hora de negociar los precios de los medicamentos y que sí estaba en la propuesta inicial presentada por varios países. El cambio en el texto se ha producido debido a la presión de varios países, como EEUU, Francia, Alemania o Reino Unido, que han conseguido que la publicación de los costes de I+D de las farmacéuticas sea voluntaria. A pesar de ello, Alemania y Reino Unido han terminado votando en contra de la resolución.

El pasado mes de febrero, Italia presentó una propuesta sobre transparencia en el sector farmacéutico. La resolución establecía un plan para que los datos de los ensayos clínicos, la inversión en investigación y desarrollo, tanto pública como privada, y la fijación de precios de los medicamentos fueran cada vez más transparentes. El objetivo era mejorar el acceso a la información y, por lo tanto, fortalecer la posición de los estados en las negociaciones con la industria sobre el precio de los tratamientos y evitar así algunos de los excesos que se han producido en los últimos años.

La iniciativa contó con el apoyo inicial de otros 9 países, entre ellos España. Sin embargo, un grupo de estados encabezado por Alemania, Francia, EEUU y Reino Unido, trataron de modificar el texto, introduciendo cambios que se alineaban con los intereses de las farmacéuticas. Durante estas últimas semanas han continuado las negociaciones y no fue hasta la noche de ayer cuando los delegados llegaron a un acuerdo sobre la resolución, que sería aprobada durante la mañana de hoy, último día de la Asamblea Mundial de la Salud que ha tenido lugar en Ginebra.

Finalmente, la resolución aprobada, que no es vinculante, insta a los Estados miembros a mejorar el intercambio público de información sobre los precios reales pagados por los gobiernos, así como una mayor transparencia sobre las patentes farmacéuticas, los resultados de los ensayos clínicos y otros factores determinantes de la fijación de precios. El objetivo, asegura un comunicado de la OMS, “es ayudar a los Estados miembros a tomar decisiones más informadas a la hora de comprar productos sanitarios, negociar precios más asequibles y, en última instancia, ampliar el acceso de la población a los productos sanitarios”.

La publicación de los costes de I+D será voluntaria

Uno de los principales escollos de la negociación ha sido la exigencia de una mayor transparencia en los costes de desarrollo de los fármacos por parte de las farmacéuticas. Finalmente, la resolución ha incluido esta exigencia, pero solo de forma voluntaria, ya que pide que los países miembros apoyen “la difusión y la mejora de la disponibilidad de los costes de los ensayos clínicos en seres humanos”, pero solo “si ya están disponibles públicamente o se han facilitado voluntariamente”.

A pesar de que esta cesión ha permitido cerrar el acuerdo y contar con el voto de EEUU y Francia, inicialmente reticentes, algunos analistas se han mostrado muy críticos con la resolución final. “Puede ser incluso perjudicial”, ha asegurado a eldiario.es el director de la organización Knowledge Ecology International, James Love, “porque esto significa que solo se obtendrán los datos cuando sean de interés para la empresa, o en una forma que puede ser engañosa, inexacta o fuera de contexto”.

La posibilidad de que la adopción de las medidas propuestas fuera voluntaria por parte de las empresas fue inicialmente planteada por varios países, pero contaba con la oposición de España y Brasil. A pesar de ello, el representante español en la Asamblea, Martin Remón, ha asegurado que la aprobación de esta resolución “es un paso razonable para enfrentar un problema que nos afecta a todos”.

Sin embargo, durante su intervención, Remón ha insistido en la necesidad de conocer los gastos en I+D que hacen las farmacéuticas y ha lamentado la falta de ambición en este aspecto. “Preferiríamos menos reservas y más disposiciones sobre los costes de la I+D y los ensayos clínicos”, ha afirmado. “La industria debe entenderlo y no podemos apartarnos de este camino”.

Un último intento de bloqueo por parte de Reino Unido

A pesar del consenso alcanzado durante la noche del lunes y de que el texto final ha rebajado considerablemente las exigencias respecto a la propuesta inicial, la resolución no ha sido aprobada por unanimidad. Reino Unido se desvinculó y trató de bloquearla, intentando que la discusión se aplazase hasta 2020, una maniobra contó con el beneplácito de Alemania, que también se opuso, así como de Hungría. Sin embargo, a este movimiento no se sumaron otros de los críticos iniciales de la resolución, como Francia, EEUU, Suecia o Canadá, que finalmente dieron su apoyo al texto.

“El Reino Unido y Alemania han terminado siendo los mayores defensores de las grandes compañías farmacéuticas”, ha asegurado Love. “El Reino Unido pasó los últimos días pidiendo modificaciones en el texto para debilitar la resolución y luego ni siquiera se unió al consenso”.

Los representantes de varios países han lamentado que no hubiera unanimidad, como suele ser habitual en las resoluciones de la OMS, y el delegado de Brasil ha sido especialmente crítico con los países que se han opuesto, asegurando que “las quejas sobre el proceso son un mal disfraz para otras preocupaciones”.